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Atril Ciudadano

Aquella gripe asiática 1957

Al ver las imágenes del montaje de camas para atender a los contaminados por el coronavirus en una de las amplias naves de IFEMA, se me pasó por la mente algo parecido que viví en mi época de servicio militar ya muy próxima la fecha de finalización del mismo.
Me correspondió hacer mi servicio militar en 1955 y mi destino fue la Agrupación de Sanidad de Melilla, además en el primer año de mando como Comandante General de Melilla del General D. Ramón Gotarredona Prats, muy recordado por su férreo sentido de la disciplina y de servicio, a la que no se estaba acostumbrado con otros mandos anteriores. No obstante muy querido por los melillenses que enaltecían sus virtudes y rectitud.

La época era muy difícil por coincidir con la Independencia de Marruecos y movimientos de alguno de los incidentes, que se producían en fronteras y otros dentro de la ciudad. Hubo momentos en que hasta que los que teníamos destinos en oficinas durante el día, tuvimos que hacer servicio de vigilancia en las calles de la ciudad, en los fuertes y polvorines, hasta vigilia nocturna en las compañías, vestidos y armados, incluso con bombas, con un miedo total y comprensible.

Bueno centrándome en lo del principio de este escrito y como he adelantado ya próximo al termino del servicio, nos encontramos con la amenaza de la Gripe Asiática, que nos cogió de sorpresa y en nuestro acuartelamiento se sufrió y aunque nuestros mandos eran en los altos cargos médicos, los suboficiales y tropa no lo éramos mayormente, salvo un pequeño número de soldados que por haber tenido dispensa por sus estudios y no pertenecer a los que hicieron milicias universitarias, cumplían su servicio en nuestro cuartel.

Dicho esto tuvimos que montar una compañía con aquellas rudimentarias camas, consistentes en unos caballetes de hierro donde se colocaban unas tablas y sobre ellas los a modo de colchonetas rellenas de paja o grama, unas junto a otras nada parecido a los instalados en IFEMA, pero que en la foto publicada aparentemente y en mi imaginación, me lo han recordado.

Algunos caímos con la gripe, pero los que teníamos domicilio en Melilla, en vez de instalarnos en la nave, nos permitieron irnos a casa para allí pasar la enfermedad, que sufríamos con unas grandes temperaturas de fiebre
Viene a mis recuerdos que aparte de la asistencia familiar y la médica correspondiente de la época, me pasaba las largas horas con la compañía de la radio que tenía en mi habitación que compartía con mi hermano, ausente, por que él se encontraba en Granada donde cursaba sus estudios universitarios. Por aquella época mis emisoras preferidas eran las de Melilla EAJ 21 Radio Melilla, con la que colaboraba por mi pertenencia al cuadro de actores y la que recientemente inaugurada Radio Juventud de la Cadena Azul y también podía seguir las de Málaga.

Por ellas me enteré de las noticias de la Marcha Verde y otras acciones de Marruecos y la inminentes llegadas a Melilla de barcos a recoger fuerzas militares con destino a la zona de Ifni y la emocionante noche del embarque, donde el relato del mismo y el sonido de las marchas militares y aplausos de despedida de los melillenses me impacto tanto, que según me contó mi madre que a pesar de la alta fiebre me levanté y quise vestirme para ir al puerto y lo que les costó convencerme ya que se sabía que una unidad a embarcar sería de Sanidad de Melilla y la otra el batallón disciplinario, pero la de Sanidad no fue posible por causa de la Gripe y la que la sustituyó fueron los de Ceuta que era la otra escala de los barcos de guerra, que eran los que transportarían las tropas al destino.

Anecdóticamente a pesar de las largas horas de fiebre y cama, mi imaginación trabajaba y por mi colaboración con las emisoras locales cree un concurso que resulto muy concurrido que denominé CADA CALLE PRESENTA SU ARTISTA, hubo gran aceptación y la final se celebró en el Teatro Nacional. En fin no quiero extenderme más, no sé, si este mi recuerdo tenga mucho interés, pero para mí queda la podemos llamar anécdota o vivencia de que gracias a la gripe me libré de ir a una guerra de la que aún se desconocen que fue de aquellos que a ella fueron.

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