Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Objetivo progre: Incrementar la pobreza

El “buenista” Rachid Bussian, consejero de muchas cosas, informó que los clubs de categoría nacional “podrán recibir” la subvención acordada a finales de mayo o principios de junio. La concreción no es la tónica habitual de este consejero que, a pesar de los malos tiempos en que vivimos, se ríe mucho. “La paralización que ordena la Ciudad solo va a traer más ruina, más paro y más crisis”, grabó el vicepresidente segundo de nuestra Asamblea y diputado local del PP, Daniel Conesa, mensaje que publicamos el jueves y con el que estamos de acuerdo, porque los hechos corroboran lo que el diputado dice. Conesa tiene razón, aunque no milite en la izquierda progre ni, probablemente, haya leído el libro de Gloria Rojas, “Cómo hablar con un progre”, subtitulado “Por qué, en lugar de hacerla desaparecer, la socialdemocracia incrementa la pobreza”.
“Progre es el que se siente profundamente en deuda con el prójimo y propone saldar esa deuda con tu dinero”, escribió el jurista estadounidense Gordon Liddy. La razón por la que España está tan paralizada es casi indescifrable. ¿A quién o quienes les puede interesar que España se hunda en la ruina, el paro y la crisis? Solo cabe una explicación: a aquellos que se beneficiarían políticamente, primero, y económicamente, más tarde, de la ruina y la ruptura de España, a aquellos que quieren saldar sus presuntas deudas con el prójimo, y aumentar sus recursos propios, con nuestro dinero.
Pero el caso concreto de Melilla es aún más inexplicable. En una ciudad isla/aislada, donde los datos oficiales del daño ocasionado por el coronavirus son mínimos, los mejores de España, ¿cómo se puede explicar que nos obliguen a seguir domiciliariamente encerrados y económicamente paralizados? Por la incapacidad ejecutiva de un Gobierno local presidido por un pasota, “con una actitud de tener la vida resuelta” -como decía nuestro Editorial del jueves- que transmite la idea de que la duración de la prisión domiciliaria a la que estamos sometidos, la apertura de empresas, los pagos a proveedores de la Ciudad, dependen de su personal capricho, del momento en el que él considere que “ha dejado de pasarse” y ya “no se queda corto”, el momento en el que, rápida o lentamente, volveremos a una cierta normalidad vital.
Habitualmente nuestro Editorial de los lunes se había dedicado al deporte, especialmente al deporte local. Pero ahora la paralización ha llegado también al deporte y hay poco nuevo que contar, más allá de los intentos de las distintas Federaciones para agilizar esa cierta normalidad anhelada.
El baloncesto es el deporte que más ha concretado una solución: La ACB propone, y los equipos admiten, que 12 equipos se jueguen el título en una eliminatoria final, quizás en Canarias, otro de los lugares españoles donde el coronavirus no ha sido demasiado duro, y la postura dominante en la categoría en la que milita el Melilla, la LEB Oro, es que la Liga se de por terminada, sin ascensos ni descensos.
En nuestra ciudad, el “buenista” Rachid Bussian, consejero de muchas cosas, informó que los clubs de categoría nacional “podrán recibir” la subvención acordada a finales de mayo o principios de junio. La concreción no es la tónica habitual de este consejero que, a pesar de los malos tiempos en que vivimos, se ríe mucho. Conviene recordarle que es preferible mantener e intentar mejorar lo que tanto costó hacer, antes que destruir lo que existe y causar paro y daño humano evitables. Para eso, para construir y no destruir, elegimos a los diputados y pagamos los melillenses a los consejeros. Y, a título de ejemplo, conviene recordarle lo que es el golf -un deporte que se practica al aire libre y a cualquier edad- en España: 273.000 jugadores federados; 1,4 millones de turistas eligen España para jugar al golf, deporte que genera 2.500 millones de euros de ingresos anuales y genera más de 30.000 empleos directos e indirectos.
Melilla tiene un campo de golf público donde antes había un estercolero. A ese campo se le han puesto innumerables trabas públicas imposibilitando que funcione al nivel que podría funcionar. Rachid Busian y su partido, CpM, se podrían apuntar un meritorio tanto a su favor y para beneficio de los melillenses si consiguen transformar esa dinámica negativa en una positiva.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€