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BALONCESTO-OPINIÓN

El Ser y No Ser del fisioterapeuta deportivo

Enrique Orellana, fisioterapeuta del Club Melilla Baloncesto

Enrique Orellana Rico es el primer fisioterapeuta que colabora con la iniciativa que la Federación Melillense de Baloncesto ha puesto en marcha, con una serie de publicaciones de profesionales del mundo de la canasta, por el actual estado de alarma de la crisis del coronavirus. El fisioterapeuta del Club Melilla Baloncesto expone su visión en esta sección de artículos, titulada: “El Ser y No Ser del fisioterapeuta deportivo”. El malagueño, de 26 años de edad, es graduado en ciencias de la actividad física del deporte y en fisioterapia por la universidad Alfonso X El Sabio. Es experto en Terapia Manuel Ortopédica (TMO Formación-2016) y también ha realizado el Curso de Especialista en Fisioterapia Deportiva IACES-2018 y un Máster Universitario en Fisioterapia y Readaptación en el Deporte por la Universidad Camilo José Cela. También es integrante del Grupo de Investigación de la Universidad Alfonso X El Sabio (2017-18), con experiencia en la Escuela de la RFEF, Club Estudiantes de Baloncesto, Pádel 2.0 y Sanset Pádel Indoor Madrid, y SC Performance con jugadores profesionales de baloncesto (2019).

Por Enrique Orellana, fisioterapeuta del Club Melilla Baloncesto

La figura del fisioterapeuta deportivo, dentro de un equipo profesional, comúnmente lleva a confusión. ¿Es aquel que se encarga de los jugadores lesionados, realiza vendajes a los que lo necesitan y la persona con la que se desahogan los jugadores dentro del cuerpo técnico o su función principal es la de recuperar la salud de los deportistas?
Cuando preguntamos a personas que no están relacionadas con el deporte en su día a día, nos encontramos respuestas como estas: “El fisioterapeuta deportivo es la persona que trata o previene dolencias provocadas por lesiones o malos hábitos para que el paciente recobre o no pierda la funcionalidad que debería”.
“Es el que se encarga de los problemas físicos del equipo: lesiones. También es el que los prepara físicamente para la temporada, como por ejemplo, en la resistencia y fuerza”, otras hacen referencia al gasto económico.
“La razón de que exista un fisioterapeuta deportivo es porque al estar en el día a día del equipo, tendrá más información que un fisioterapeuta externo cuando se produzca alguna lesión, porque tendrá más información de sus movimientos en pista y sabrá sus necesidades antes de lesionarse. Esto puede traducirse en menos sesiones para recuperarse de las que harían falta externamente y eso se traduciría en un ahorro de tiempo y dinero”.
Hay ideas que concuerdan completamente con nuestro día a día, pero por el contrario vemos que algunas no pertenecen al ámbito de la fisioterapia deportiva. Al pedirle a los profesionales relacionados con este mundo del baloncesto, como jugadores, preparadores físicos o entrenadores, refieren que la responsabilidad del fisioterapeuta deportivo incluye “ser el responsable del área médica más influyente en la salud y rendimiento, debería tener la iniciativa de prevenir posibles lesiones durante la temporada a nivel individual y encargarse de los jugadores lesionados, además de tener los conocimientos de fisioterapia necesarios, tiene que estar metido en la dinámica del equipo y saber manejarse con esa información de ambas partes; y al tener algún jugador molestia debe encargarse de mandarle ejercicios preventivos y si no son suficientes tratarle manualmente”.
Como era de esperar, estas respuestas detallan algo más las funciones generales de nuestro oficio al estar en un constante vínculo. Sin embargo, cabe destacar algunas funciones más en nuestra forma de organizar nuestro trabajo.
Si comenzamos hablando por el ámbito laboral, como fisioterapeutas deberíamos tener las suficientes destrezas y conocimientos para analizar correctamente a nuestros jugadores, no solo en situaciones en los que haya aparecido una lesión; debemos conocer sus eslabones débiles por todo el cuerpo, aquellas zonas que son menos eficientes y desde las cuales puede desarrollarse cualquier patología, no sólo musculo esquelética, sino dotarnos de ciertos conocimientos base para saber derivar a otros especialistas, como pueden ser preparadores físicos, nutricionistas, podólogos, psicólogos, odontólogos o cualquier tipo profesional que esté mejor preparado para la alteración que podamos haber detectado.
Debemos conocer lo mejor posible el gran y complejo engranaje que es el cuerpo de nuestros jugadores, que van a exponerlo a situaciones muy exigentes en su práctica deportiva, situación que puede aumentar la probabilidad de sufrir algún tipo de patología. Por ello, es básico tener una buena evaluación y un sistema de test para conseguir dicha información, además del trabajo, observación y recopilación de cada día de trabajo dentro y fuera de la pista.
Por supuesto, debemos apoyarnos en el resto de valoraciones dentro del equipo: las del médico, preparador físico o incluso entrenadores. No debemos olvidar que ocho o diez ojos ven más que dos y que mientras más variables tengamos en cuenta, menos margen de error tendremos en nuestra planificación.
¿Cómo debemos usar toda esta recopilación de datos? Básicamente debe ser nuestra ruta de guía a la hora de planificar, junto con el preparador físico, el trabajo preventivo lo más individualmente posible y también para conducirnos cuando tengamos alguna lesión, debido a que el propio lugar de la lesión puede no coincidir con su localización de origen.
Además de tener la capacidad para recopilar y analizar toda esta información, debemos saber cómo trabajar con ella. Para ello, pienso que mientras más herramientas tengamos en nuestras manos, mejor será. En la base del tratamiento debemos tener claro qué estímulo queremos provocar en el paciente, una vez que tengamos el del punto de partida, saber qué dice la ciencia para conseguir dicho objetivo y dentro de las posibilidades, hacer el tratamiento con el que más afinidad tengamos tanto el paciente como nosotros.
Por dicha razón, debemos tener a mano un par de cosas, primero, dominar diferentes técnicas capaces de provocar el estímulo que buscamos, y segundo, aquellas que no dominemos, tener gente de confianza a nuestro alrededor capaces de ayudarnos y colaborar ya que sería imposible dominar y ser un experto en todas ellas.
Como en todo grupo de trabajo de seres humanos, es importante conocer y saber leer la singularidad del equipo y el momento determinado en el que nos encontramos. Muchas veces, los fisioterapeutas estamos en una posición en la que recibimos información, a veces muy personal, tanto de los jugadores como el resto del staff.
Personalmente, defiendo que debemos saber manejar toda esta información, pasando lo más desapercibido posible en el día a día, para ayudar a crear un clima de trabajo que no nos desvíe como grupo del objetivo principal que es la competición.

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