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Tribuna Pública

Medidas económicas de la CAM y “desescalada”, para una crisis sin precedentes

El presupuesto de ingresos de la Ciudad Autónoma de Melilla para 2.020 asciende a algo más de 285 Millones de euros, según consta en la web oficial de la institución melillense. De este montante total de ingresos, más de la mitad, aproximadamente 154 Millones de euros ( 54,2 %. Cap. IV ) procede de las transferencias corrientes del Estado para la financiación de las CCAA y los Ayuntamientos. La segunda partida en importancia se refiere al Cap. II, Impuestos Indirectos, donde se recogen entre otros, la previsión de ingresos por recaudación de I.P.S.I., y que supone un total de 71,2 Millones de euros ( 25 % ). El total de ambas partidas, Cap. IV , Transferencias Corrientes, procedentes de financiación a cargo del Estado , más la recaudación del IPSI (Cap. II) básicamente, suponen el 80 % del total de ingresos estimados por la Ciudad Autónoma para este año 2.020. El 20 % restante de los ingresos presupuestados hasta llegar al 100 %, se corresponde con los Impuestos Directos, las Tasas y Precios Públicos, además de Activos Reales y Pasivos Financieros -créditos -, y de otros de menor cuantía.

Lejos de pretender entrar en detalles, esta era la previsión de ingresos que el Gobierno de Melilla realizaba para este año 2.020. Evidentemente, esta era la situación previa a la aparición de la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, y que motivó la declaración del estado de alarma en que nos encontramos desde el pasado 14 de marzo. Estado de alarma que seguimos padeciendo y permanecerá de momento, según las últimas acciones del Gobierno, hasta el próximo día 9 de mayo y que probablemente se prolongará sucesivamente en períodos de quince días.

Ante esta situación de crisis devastadora sobrevenida, que ya ha sido definida por muchos como la mayor crisis a nivel global desde la II Guerra Mundial, la Consejera de Hacienda, Empleo y Comercio de la Ciudad de Melilla, Dunia Almansouri, declaraba hace un par de semanas que ahora,…“ las cuentas ya no nos salen” . Algo más de treinta y cuatro días necesitó la responsable de las cuentas públicas de la Ciudad de Melilla, para reconocer que las cuentas no le salían. No es de extrañar pues que a fecha de hoy -después de 47 días de confinamiento-, el Gobierno de la CAM no haya sido capaz de aprobar ni una sola medida económica tendente a paliar las terribles consecuencias que sobre los ciudadanos, está teniendo esta crisis.

La realidad económica y social de la ciudad nos obliga a plantearnos un escenario, con una caída estimada en la recaudación del IPSI y otros impuestos superior a 50 Millones de euros. El cierre de la frontera con Marruecos y la parálisis económica de la Ciudad así lo apuntan. Además de esto, una merma considerable en la partida correspondiente a la financiación estatal – habida cuenta de las muchas necesidades que se presentan-. En estas condiciones nos vemos abocados a una nueva redacción de los Presupuestos de la Ciudad, considerando un techo máximo de ingresos del orden de 210 millones de Euros y no los 285 millones considerados actuales, sin condiciones COVID-19.

Si el Gobierno de la ciudad, que hasta hace poco “sacaba pecho” presumiendo de que iba a diseñar unos presupuestos cruciales para la Ciudad, muy alejados de los que el PP venía aplicando año tras año y especialmente diseñados para combatir la pobreza, ahora tiene una magnífica oportunidad para hacerlo. Lo ensayado hasta ahora, no ha sido más que un ligero ejercicio de “corta y pega”, de los presupuestos aprobados por el PP en años anteriores. No hay más que ver la partida presupuestaria dedicada a subvenciones – CAP. IV Pres. Gastos. Transferencias Corrientes-, que ha pasado de los 51,7 Millones de euros que destinó el PP en 2.019, a los 51,5 Millones que recogía el Gobierno tripartito para este año 2.020. ¿Dónde está el cambio?. Atrás quedaron las duras críticas del actual Gobierno tripartito, a la gestión de subvenciones realizada antaño por el PP, cuando este era responsable del Gobierno.

Cabe destacar en este aspecto, la ejemplar iniciativa de la Comisión Islámica de Melilla, renunciando públicamente a la subvención que tenía asignada por 180.000 E. Todo ello en favor de estos recursos fuesen destinados a la atención de necesidades derivadas de la crisis del COVID-19. Todo un ejemplo que debería seguirse, para reconstruir los nuevos presupuestos que necesita nuestra Ciudad.

Ha llegado la hora de hacer POLÍTICA, de verdad y con altura de miras. Todo lo que resulte secundario debe ser suprimido en favor del interés general. Deberá prevalecer siempre, el criterio de paliar los efectos devastadores de esta pandemia, frente a los partidistas. La clase política debe mostrarse a la altura de las circunstancias, mostrar un comportamiento ejemplar en el cumplimiento de las normas y empezando por ellos mismos, aplicar una reducción drástica de gastos superfluos. No parece racional, ni mucho menos ejemplarizante, que el Gobierno de la nación afronte la crisis con el mayor número de efectivos – Vicepresidentes, Ministros, Altos Cargos y Asesores- y mayor coste, de la historia de la democracia. Cuando además todo esto no se traduce en mejores cotas de eficacia y eficiencia en la gestión política que vienen realizando. El Gobierno de la Ciudad de Melilla y los Partidos Políticos con representación en la Asamblea, también deberían tomar buena nota de ello y actuar en consecuencia. En estos momentos TODOS los recursos son determinantes.

Pero la realidad parece que va por otro camino bien distinto. La respuesta de nuestros responsables políticos, tanto a nivel local como nacional, parece ser siempre la misma. Ante las nuevas necesidades sobrevenidas, su respuesta no es otra que: más déficit público, más deuda acumulada y en definitiva más presión sobre el contribuyente. El Presidente de la CAM dice que pedirá financiación al Gobierno, y el Gobierno dice que pedirá financiación a Europa. Ninguno habla de gastar menos en lo superfluo. Ambos aseguran que prefieren transferencias – dinero sin condiciones-, que créditos. Me pregunto si todavía hay alguien que piense que Europa va a dar dinero a España, sin ningún tipo de condiciones ni garantías, para que lo gestione el actual Gobierno.

Y mientras tanto, otro dato demoledor, el PIB se desplomó el 5,2 % en el primer trimestre de este año, su mayor caída desde que existen registros. Dato que unido a los más de 3,5 Millones de parados – nunca oigo a los que emplean el lenguaje inclusivo hablar de parados y paradas -, sin contar los que actualmente se encuentran en ERTE, arrojan un panorama más que desolador. Ante esta situación y después de una pésima gestión de la crisis, el Gobierno nos presenta un “Plan de Desescalada” para poner en marcha al país, que no convence a nadie. Las CCAA, los ayuntamientos, los empresarios, los partidos de la oposición y hasta algunos de sus socios de gobierno, manifiestan abiertamente que las medidas adoptadas no han sido consensuadas y que esto va a ser un auténtico desastre.

En nuestra ciudad también tenemos una pequeña muestra de lo mismo, basta con ojear los medios de comunicación para comprobar que representantes del comercio – ACOME-, hostelería, Plataforma de Empresarios, sindicatos docentes- SATE- STEE-, sanitarios, e incluso el Decanato de los Jueces, desaprueban las medidas de la ¨desescalada”, en lo que a sus respectivas responsabilidades de refieren. Si seguimos así, esto no puede acabar bien.

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