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Campaña Mundial por la Educación en Melilla

La pandemia de coronavirus ha venido a empeorar la calidad de la enseñanza en Melilla con una recarga mayor del sobreesfuerzo que ya hacía el profesorado en su jornada laboral y un aumento de la discriminación escolar debido a la brecha digital.

Las entidades que participamos en la organización de la campaña mundial de la educación en Melilla venimos valorando, años tras año, la educación en nuestra ciudad, ya que la defensa de la educación como un derecho universal de todas las personas no solo es una reclamación que hacemos para el resto del mundo, sino también para nuestra ciudad.
Las ratios que el profesorado venía soportando no han variado sustancialmente a pesar de las iniciativas que se han tomado. Algunos centros han construido nuevas aulas, y las nuevas aulas modulares han funcionado, pero no han supuesto un desahogo que se haya podido apreciar en la mayoría de los centros melillenses en cuanto a disminución del número de estudiantes por clase.

En el apartado de nuevas construcciones educativas, la edificación definitiva del nuevo centro de secundaria del Jardín Valenciano no ha contribuido a la disminución de la ratio, debido a que hasta el curso que viene no se trasladará el profesorado y alumnado del centro ubicado actualmente en la Escuela de Arte. Esta medida, que tiene justificación pedagógica y logística, dado que se pretende evitar el traslado en medio del curso, nos recuerda que el nuevo centro ya existía sin edificio y, por tanto, solo en parte vendrá a disminuir la ratio de Secundaria el próximo año escolar.

No obstante, lo que resulta desastroso es que, como consecuencia del plan de contingencia de la Ciudad Autónoma, se haya retrasado un año más la construcción de un nuevo centro de educación Primaria en el cuartel Gabriel de Morales. No considerar una prioridad destinar un espacio físico para las construcciones escolares desde la Ciudad Autónoma es algo inexplicable para un gobierno local.

En cuanto al caso de algunas decenas de escolares que no se habían escolarizado en la ciudad a pesar de la declaración institucional del Gobierno de España en el 30.º aniversario de la Convención de los derechos del niño afirmando su “voluntad de perseverar en el pleno cumplimiento de la Convención en su conocimiento y difusión y en aplicación de las observaciones finales y recomendaciones que el Comité de los Derechos del niño traslada a nuestro país”, solo se ha hecho efectiva la escolarización de una niña de las que cuentan con resolución de la comisión de educación de Naciones Unidas.

Las necesidades educativas específicas no tuvieron un buen comienzo de curso por la falta de servicio de transporte escolar para el alumnado con movilidad reducida, que tuvo que esperar hasta finales de noviembre para disponer de este. A pesar del retraso, el servicio perdió calidad con respecto al año anterior, habida cuenta de que dejó de ser una recogida puerta a puerta por no tener disponibilidad en el autobús para todos los usuarios. Este hecho ha dado lugar a que solo 12 de los 36 escolares con movilidad reducida lo utilicen habitualmente.

La calidad de las ayudas al alumnado con necesidades educativas específicas en el tercer trimestre, en pleno confinamiento, a pesar del esfuerzo de la mayoría del profesorado que mantiene contacto con las familias en sus casas, y de la disposición de estas a colaborar en la educación de sus hijos, es insuficiente por la propia dificultad que puede caracterizar a las colaboraciones virtuales, sobre todo, en el caso de los fisioterapeutas.

Las instrucciones que desde la dirección provincial del Ministerio se están transmitiendo a los centros educativos y al profesorado de la ciudad, a través de sus equipos directivos, están poniendo encima de la mesa el problema de la brecha digital.

El director provincial del Ministerio de Educación y Formación Profesional dice que un 35% de las familias carece de medios tecnológicos sobre una población escolarizada de 21 400 estudiantes. Estas cifras nos llevan a poder afirmar que alrededor de 7490 estudiantes, un tercio del total, van a tener dificultades serias para seguir el tercer trimestre en sus casas, poniendo en evidencia los insuficientes medios tecnológicos de los que dispone la administración para responder a este reto.

Por todo ello, no queda sino concluir que el final de este curso puede calificarse como un paso atrás en la calidad de la enseñanza en la ciudad, a pesar del sobresfuerzo que las nuevas condiciones de trabajo requieren a partir de una situación ya de por sí difícil, sin recibir el profesorado por parte de la sociedad el respaldo y apoyo con el que otros colectivos profesionales sí están contando en este momento, por supuesto, merecidamente.

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