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Más agilidad para las ayudas

Estamos a las puertas de los dos meses del estado de alarma. A pesar de que es mucho tiempo, y la gravedad del problema, nuestras administraciones están siendo demasiado lentas en una gestión que debe ser bastante más ágil cuando hay tantas vidas que dependen en estos momentos de ellas. Hablamos de la tramitación de los ERTE y el plan de ayudas a empresas y autónomos Se dice pronto, pero estamos a las puertas de los dos meses del estado de alarma, una situación excepcional que durará, tras la aprobación de la prórroga en el Congreso, hasta el 24 de mayo. Por ahora. Y a pesar de que es mucho tiempo, y la gravedad del problema, nuestras administraciones están siendo demasiado lentas en una gestión que debe ser bastante más ágil cuando hay tantas vidas que dependen en estos momentos de ellas.
Tenemos dos ejemplos muy claros en Melilla, innegables aunque los políticos que están al frente de ellas quieran escurrir el bulto diciendo que se está trabajando de forma incansable. A la vista de los resultados, el trabajo, por muy incansable que sea, está resultando ineficaz y claramente insuficiente.
Uno de esos ejemplos lo tenemos en los Expedientes de Regulación Temporales de Empleo. Los ERTE, que se han convertido en uno de los grandes protagonistas de la pandemia, debido a la gran cantidad de personas que, con el coronavirus, se han vuelto envueltas en uno al no poder ir a trabajar o ver limitada la actividad de sus empresas. Son más de 900 las solicitudes de ERTE presentadas en Melilla, de las que han resueltas alrededor de 850, según la información facilitada esta semana por la delegada del Gobierno, Sabrina Moh. Hablamos de cerca de 3.500 trabajadores afectados, una cifra que da cuenta de la magnitud del problema. Muchos de ellos, dos tercios según el PP, se han quedado sin cobrar porque el SEPE, o la Delegación del Gobierno, o ambos organismos, no han sido lo suficientemente diligentes para sacar el trabajo a tiempo y dejar a trabajadores sin recibir sus prestaciones. Hablamos de personas, familias y muchos de ellos, seguramente, pasando apuros porque llevan cerca de dos meses sin cobrar. Veremos si esto no pasa factura a las tasas de pobreza que tenemos en Melilla, muy elevadas. Y si no, que se lo digan a las muchas ONG que en estos días difíciles están dando el callo. Esas sí que trabajan de forma incansable para no dejar a nadie en la cuneta.
Otro ejemplo está en el enorme retraso que acumula ya el plan de ayudas a empresas y autónomos, del que dependen miles de puestos de trabajo en Melilla. A estas alturas del estado de alarma, el Gobierno de la Ciudad Autónoma ni siquiera lo ha presentado aún en la Asamblea. El PP denunciaba ayer que en Ceuta ya tienen este plan aprobado desde hace un mes. Aquí, nada. Cuando el tripartito se decida a presentarlo, quizá ya sea demasiado tarde por una tardanza que, hablando de nuestro futuro, es imperdonable.

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