Decía Séneca “no hay viento favorable para el que no sabe dónde va”. Para ello debemos comenzar reflexionando sobre nosotros mismos, sobre quiénes somos y cuál es nuestro papel y para responder a esta cuestión previa, debemos comenzar diciendo que un centro de formación es una entidad de carácter permanente, que, con dotación de medios técnicos, materiales y humanos, realiza la impartición, total o parcial, de la formación de oferta, de alguna de las especialidades incluidas en el Fichero de Especialidades Formativas del Servicio Público de Empleo Estatal.
Por lo tanto, una vez homologada la entidad, adquiere la condición de CENTRO COLABORADOR, con la misión de mejorar la cualificación de los trabajadores mediante formación que el mercado laboral demanda.
Con lo anteriormente expuesto, se puede afirmar que somos instrumentos reales de inserción laboral y de creación de empleo, motivo por el que entendemos que el papel a desempeñar es el de participantes activos de cualquier acción y desarrollo de políticas activas de empleo, que ayuden a la mayor brevedad, satisfacer la demanda del tejido productivo de la ciudad, facilitándoles recursos humanos debidamente cualificados, y propiciando así la recuperación económica de Melilla.
Tras la última crisis, debemos recordar que presupuestariamente, nuestro sector sufrió una rebaja económica, en los módulos tasados por los organismos públicos, con los que trabajamos habitualmente. De esto, podemos afirmar sin faltar a la verdad, que, en muchos casos, estos módulos se rebajaron a mucho más de la mitad de su valor. A pesar de ello, aquella situación la superamos con esfuerzo, responsabilidad y capacidad de adaptación a la nueva situación económica del país, sin que por ello rebajásemos ni un ápice la calidad, ni la cantidad de atención ofrecida a nuestros alumnos, ni a los organismos con los que trabajamos habitualmente.
Ofrecemos asesoramiento y colaboración, para así crear en conjunto, un entorno real, que posibilite ofrecer a las empresas de Melilla mano de obra cualificada, que tanto necesitan ahora muchos empresarios con el cierre de la frontera y la ausencia de sus empleados transfronterizos.
Ofrecemos dotar a los ciudadanos, aquella cualificación que les facilite la vuelta al mercado laboral, y que, al formarse en nuestros centros, realizan en muchos casos, prácticas reales dentro de entornos profesionales en las empresas melillenses. Estas prácticas facilitan al empresario la contratación segura de mano de obra, así como al alumno una puesta en marcha inicial de esa deseada inserción. Además, hemos de resaltar que paralelamente, este hecho repercutirá también en el ánimo de estos ciudadanos, trabajadores desempleados necesarios para la recuperación de esta ciudad, donde cada uno de nosotros somos necesarios para volver a la nueva normalidad.
Pero la situación actual, con un horizonte poco halagüeño por desgracia, requiere de nuevo grandes esfuerzos, que exigen realizar ejercicios de responsabilidad que nuevamente la sociedad demanda, ya que se ha de afrontar el nuevo escenario laboral realizando por un lado las funciones que habitualmente desempeñamos, tratando de favorecer que aumente el número de empleos a corto o medio plazo, e instaurando las medidas necesarias y extraordinarias, como no puede ser de otra manera, que protejan a nuestros trabajadores y usuarios.
Nosotros tampoco somos ajenos al entorno actual. Nuestras empresas, al igual que muchas otras en Melilla tenemos urgencias dada la tremenda crisis que debemos afrontar. Todas las medidas de habilitación de infraestructuras que se establezca por parte de las autoridades competentes, entendemos que deben ser sin lugar a dudas, un ejercicio bilateral, donde el peso económico y organizativo no recaiga solo en el sector, es decir en nuestras empresas.
Somos CENTROS COLABORADORES, y no meros actores puntuales o externos sin vinculación a los Organismos Públicos, por lo que necesitamos tomar decisiones e implementar medidas específicas para evitar en algunos casos el cierre, y en otros evitar perder puestos de trabajos. No solo es una crisis económica, es también una carrera para adaptarnos a las necesidades, por colaborar con el Gobierno, Entidades públicas y usuarios, con el fin de crear un entorno seguro a la vez que operativo y eficaz.
Entre las medidas a tomar, entendemos que debemos ser parte en la toma de decisiones de nuestro sector, pues como instrumento de actuación de las políticas activas de empleo, somos la palanca necesaria para llevar a buen puerto cualquier actividad económica y para levantar la economía de nuestro entorno.
También valoramos la posibilidad de emprender proyectos con las empresas que necesiten mano de obra cualificada, y que carezcan de ella por el cierre fronterizo. Para ello debemos estudiar cuales son los cursos o acciones formativas que puedan ofrecerse de forma presencial, teleformación, y por supuesto, de forma mixta, siguiendo en este último caso, los criterios establecidos por Educación a realizar en colegios públicos, según se desprende de las declaraciones del propio Gobierno.
En cuanto a las actuaciones con las administraciones, deseamos que se nos escuche, que se nos haga partícipes de las políticas a implantar. Demandamos agilizar ayudas y abono de facturas que aún estén pendientes, con el fin de no perjudicar este retraso a la viabilidad de nuestras empresas. Con respecto a las acciones formativas suspendidas actualmente, estudiar la situación de ausencias de nuestros alumnos por causa de fuerza mayor, cuando se vuelva a reanudar los cursos. Facilitar itinerarios que tengan un valor real para la ciudad.
Como herramientas necesarias para el desarrollo de las políticas activas de empleo, como empresarios, y como ciudadanos, afrontamos el futuro con esperanza, con ilusión, y dispuestos y deseosos de volver a retomar nuestra labor que tan necesaria es, porque además de saber la dirección del viento, “… se hace camino al andar…”.
