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El empoderamiento de la bicicleta

La celeridad de que esta imagen en nuestra ciudad sea cotidiana, solo depende de nuestra decisión personal

Nuestra entidad, en el artículo “El lado bueno de las cosas”, (https://www.melillahoy.es/noticia/127793/opinion/el-lado-bueno-de-las-cosas.-la-bicicleta.html), expuso los enormes valores propios a nivel europeo de este medio sostenible. En Televisión Melilla hablamos de la bicicleta con perspectiva de género, momento disruptivo en mi vida, al lograr mostrar cómo el movimiento sufragista se valió de ella para reclamar su derecho a la independencia, al desarrollo del voto femenino acuñando a finales del siglo XIX y cómo a este medio con propiedad transformadora le fue acuñado el término “la máquina de la libertad”, en referencia a lo que la bicicleta aportó a este movimiento social, el feminismo.

En otras ocasiones nos hemos hecho eco de numerosos informes que hablan de las maravillas propias de este tipo de movilidad tan socializadora, de ahí que en esta ocasión me gustaría apartarme de cifras tan vitales para mostrar, como decimos los ciclistas el lado más amable y transformador de nuestra querida obsesión, compartiendo así el valor menos conocido, más intimista, menos populista y técnico. En resumen, el punto de vista más humano de la bicicleta, el que me atrapó ya hace años.

Describir lo que un ciclista siente cuando utiliza un “ser” carente de vida, inanimado, silencioso, postrado en esa oscuridad que le procuramos en un rincón más o menos decente, donde en algunas ocasiones acumula polvo y herrumbre al olvidarnos completamente de él y que, tras un momento de epifanía, una revelación, sentimos la necesidad de volver a compartir nuevos momentos de alegría, aunque en esta ocasión nos demande mayores cuidados, más atenciones, pues el tiempo de olvido hace huella en ella. Y aun así, con apenas unos cuidados mínimos, estará sin complejos de ningún tipo dispuesta a lograr junto a nosotros todos los retos que le seamos capaces de exigir. Así es la bicicleta, generosa, pues sufre con nosotros, con crujidos y ruidos, nuestras exigencias físicas en el puerto de montaña de moda. Compañera, pues está dispuesta a realizar junto a nosotros nuestro paseo matinal más liviano o nuestra locura física más prometedora con el segmento de Strava de moda.

Sea con mtb, carretera, ciclocrós, paseo, plegable, eléctrica o no, en el casco urbano o fuera de él, pues las posibilidades son eternas, ningún obstáculo será insalvable. Desde la montaña más alta hasta el sendero más profundo, solo ella seguirá nuestros pasos, deteniéndose si estamos cansados y esperando pacientemente el inicio de la marcha a nuestra menor insinuación, donde sentir el aire en el rostro, soltarte de manos. Qué sensación de libertad, parece que los problemas se quedan atrás y solo una aventura rodeado de amigos nos aguarda, pues no hay mayor disfrute que compartir estos momentos con otros ciclistas que, al igual que tú, solo quieren seguir sintiéndose libres.

No necesariamente será exigible el último modelo de moda para poder disfrutar de este escenario, pues es un ser democrático y accesible a todo tipo de economía doméstica. Tan solo por una pequeñísima parte del coste de llenar el depósito de nuestro modelo de coche, lograremos una puesta a punto de nuestra bicicleta y así comenzar a recorrer nuevas aventuras, sin guardarnos ningún tipo de rencor por el tiempo que permaneció lejos de nuestras atenciones más básicas, pues la bicicleta carece de pasado al procurarnos solo un hermoso presente.

El ciclista es un ser natural, absolutamente biológico. No necesita más que la energía que le procura su corazón, el impulso que le dan sus piernas y brazos, donde busca su estado natural, el sacrificio a veces, otras la comunión con el medio. No desea interferir, pues su capacidad camaleónica atrapa el entorno y, en un acto muy humano, se adapta sin restar, sin dañar, mostrando que el ser ciclista será parte importante de la solución, en el paradigma medioambiental actual, siempre que nos dejen.

La capacidad transformadora de la bicicleta en las ciudades modernas, a tenor de las cifras más que contrastadas durante décadas, (https://ecf.com/) son evidentes. Es realmente muy fácil poner en valor este medio. Solo es necesario algo de interés, a tenor de los datos actuales. Las ciudades futuras no podrán soportar (actualmente tampoco lo hacen, en un futuro menos), el crecimiento exponencial al que se verá sometida tanto en el incremento de habitantes, (en unos años el 70 % de todos los habitantes del mundo vivirán en ciudades), de ahí que la cantidad de recursos necesarios para continuar con nuestro modus operandi (actualmente consumimos 1,7 planetas al año) presuponen un futuro nada alentador. Esto exige que los medios de transporte actuales decrezcan en favor de los que sean (https://aqicn.org/map/spain/es/) verdaderamente sostenibles.

Beneficios de la bicicleta.

1. Ayuda a ejercitarte y mejora tu salud

2. Más espacio. En el espacio que ocupa un automóvil caben hasta 42 bicicletas.

3. El vehículo más eficiente. No tiene mucho sentido transportar una persona de entre 60 y 90 kg con un vehículo de una tonelada.

4. Economía. No sólo dejas de gastar energía, sino también dinero.

5. Es fácil de arreglar.

6. No contamina. La bici no genera emisiones de ningún tipo.

7. Es divertida. La experiencia de montar en bicicleta, experimentar de otra forma la ciudad y sentir la brisa estimulan la generación de endorfinas en nuestro cuerpo, lo cual nos hace sentir feliz.

8. Se ve bien. Aunque un poco banal, es cierto. Ya sea de montaña, una fixie o una estiloholandesa, montar en bicicleta está de moda y se ve bien. Por estas razones, la bicicleta es el mejor transporte del mundo.

Puede que las cifras que llevamos años compartiendo contigo, ahora que estás con el café de la mañana o de la tarde, pienses que no te afecta, pues tienes “buena genética” o que el escenario no es tan negativo. Si eres conformista o si eres optimista, pensarás que aparecerá una tecnología que logrará que toda la contaminación, los gases efecto invernadero, desaparecerán por arte de magia y nos llevarán al paraíso medioambiental cantando el Cumbayá. Eres libre de creer lo que quieras, yo no me siento identificado con ninguno de estos grupos “bendecidos”. Es por ello que proponer, exigir, luchar, formarnos, compartir, sumar y criticar posturas retrógradas es, especialmente ahora que todavía nos queda esperanza y que, según nos dicen los expertos, aún estamos a tiempo, que quiero lograr facilitarte esta perspectiva donde la utopía es válida para algunos, la realista para otros y de obligado cumplimiento, para los más “audaces”.

Nombrar a Anna González creadora del #PorUnALeyJusta, es de obligado cumplimiento en este artículo, pues es más importante para mí como ciclista que el propio Induráin. Gracias Anna, estés donde estés.

Decir que la bicicleta posee un poder de transformación sin precedentes en el entorno urbano puede sonar demasiado optimista, aunque los mayores expertos en planes urbanísticos realistas y no como los que hemos tenido la oportunidad de sufrir estos años en nuestra ciudad, plantean un escenario global indivisible con esta idea, donde el “origen” es bien sencillo y el “desarrollo” no plantea mayores retos que dejarse de discursos desinformados (poco o nada le importa), interesados (destruyen de forma poco creativa) o banales (les da absolutamente lo mismo) “estos se creen que los coches vuelan”, “tú lo que quieres es que metamos en la cárcel a los que tiene coche”, “ el coche debe de llegar donde quiera”.

Este es el auténtico problema en nuestra ciudad para que desarrollemos la bicicleta como medio sostenible, que personas con gran responsabilidad de gobierno urbanístico se sigan manejando en nuestro presente con discursos de la Edad de Piedra. No me imagino que estas acusaciones infantiloides y frases de perfil bajo, propio de redes sociales, tengan cabida en otra ciudad que no sea la nuestra. Sinceramente, por más vueltas que le doy, no creo que ninguno de estos señores tenga el valor de realizar tales afirmaciones en cualquier otra ciudad europea, pues no se atreverían, al quedar expuestos al más absoluto ridículo. Eso sí, solo una vez, porque para su próxima intervención en esta línea, nadie osaría a prestarles ninguna atención.

Este y no otro es el ancla que impide que hoy se celebre el Día Internacional de la Bicicleta como se merece en nuestra ciudad, el que personas responsables de cambiar el status quo existente, no tengan la valentía de mirar el problema a la cara y proponer los planes de actuación necesarios. Desde Melilla Con Bici presentamos más de 30 propuestas de seguridad ciclista a la Viceconsejería de Medio Ambiente ¿? … Llevamos más de 16 meses esperando nuestra inclusión junto con Guelaya en la Comisión de Seguridad Vial que preside la Delegación del Gobierno. Firmamos un Decálogo de Movilidad Sostenible junto con esta entidad (Guelaya) y todos los partidos políticos del Gobierno actual (el que gobernaba entonces no quiso participar), en julio de este año cumplirá 3 años de espera. Solicitamos, siendo consecuentes, la normalización del carril bici desde su inauguración, pues sigue ausente la regulación misma de los VMPE (vehículos de movilidad eléctricos) todavía a día de hoy en espera.

Creo que no se puede pedir más implicación en defender este medio sostenible, en su puesta en positivo, en su protección. También es cierto que tampoco se puede hacer más caso omiso a tantas y tantas propuestas. Déjense de frases nicho “poco a poco”, “no tenemos personal suficiente”, “no hay presupuesto”. Todas ellas, salvaguarda de la indiferencia y el abandono. Podríamos decir que muchas propuestas son a coste cero, que solo es necesario implicar a los participantes necesario, que con algo de pintura, voluntariado, pequeños cambios en la señalización viaria y decididas intenciones de cambiar las cosas, los logros serán enormes, pero eso ya los llevamos diciendo décadas y nada ha cambiado en la forma que necesita esta ciudad.

Melilla Con Bici seguirá en la brecha mientras le queden fuerzas, que a tenor de los resultados falta le harán. La realidad de nuestra ciudad en términos de seguridad vial, de usos y costumbres automovilísticas, del abuso de coche privado condena la tan necesaria expansión de los medios sostenibles. Hoy cumplimos otro Día Internacional de la Bicicleta. Hoy seguimos estando tan lejos de congratularnos por los logros conseguidos como años atrás. Hoy la bicicleta importa tampoco a las autoridades como a gran parte de la población. Hoy seguimos siendo un estorbo para neófitos y mal encarados. Hoy os deseo sinceramente a todos, ciclistas o no, feliz Día de la Bicicleta. Nos vemos en la carretera y para los que ya no están con nosotros, el recuerdo.

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