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Carta del Editor

Sí, necesitamos un verdadero Estatuto de Autonomía

Antonio Calderay y yo le hicimos el pasado miércoles una entrevista a Antonio Miranda (Nono, para los amigos, así que Nono a partir de ahora, en esta Carta) en la que, con su habitual tono amable y firme respondió a todo lo que le preguntamos e incluso habló de lo que no le habíamos preguntado. Escribo esto mientras oigo la maravillosa canción Fragile, de Sting, interpretada por Julio Iglesias (“on and on the rain will say/ how fragile we are; una y otra vez la lluvia dirá/ lo frágiles que somos”) así que en lo que diga respecto a esa entrevista habré mezclado la simpatía y el aprecio que siento por Nono con el ambiente musical mágico de la canción de Sting.
Nono era el Consejero de Deportes de la CAM cuando el Melilla Baloncesto, hace cuatro años, logró el que quizás sea el mayor logro del deporte melillense: el ascenso a la máxima categoría del segundo deporte del país, el baloncesto, mi querido y añorado deporte de infancia y juventud. No se pudo, por razones económicas y limitaciones del aforo del pabellón local, convertir ese gran logro -con un melillense, Alejandro Alcoba, como entrenador del equipo- y se perdió una oportunidad de poner a Melilla, que entonces era Ciudad Europea del Deporte, en otra dimensión nacional deportiva y turística.

Antonio Calderay publicará estos días lo que Nono Miranda dijo sobre el ámbito deportivo, así que yo solo quiero resaltar lo que él ya declaró cuando era Consejero de Deportes y repitió más tarde en diferentes ocasiones: que el golf local fue, desde 2015, el deporte con las mejores y más claras cuentas de todo el deporte local. Viene bien recordarlo tras todo lo que nos hizo sufrir una denuncia política, vergonzosamente aceptada y continuada por el gobierno de aquel momento, increíblemente mal llevada por un funcionario público y final y justamente fallida y desestimada en el Juzgado, para desesperación de los gafes y fracasados políticos que alentaron la falsa denuncia sin fundamento, más allá de la mentira y la ignorancia maligna y mal intencionada, como suele ser la ignorancia.

Aunque se mueva en el ámbito deportivo, trasciende de ese ámbito la respuesta que Nono dio a mi pregunta de si había hablado con el actual Consejero de Deportes, Rachid Bussian. Sí, fue la respuesta, que puede parecer normal, pero que en las actuales circunstancias no lo es, lo que rebela algo hoy muy importante: que Nono Miranda tiene la capacidad, que hoy casi ningún político tiene en Melilla, de hablar con libertad con políticos de otros partidos. Lo curioso, y dañino, es que las personas que, como Nono, tienen esa demostrada capacidad de diálogo interpartidista sean las apartadas de la cúspide de los partidos, en favor de los obedientes ante el jefe de turno. Nono Miranda no desea ningún mal a Rachid Bussian e incluso le envió, a través nuestra, un mensaje muy claro, basado en su experiencia y que creo que es más importante de lo que puede parecer: que no les haga caso a los que tiene alrededor, que tome él las decisiones.

Nuestro entrevistado había leído la entrevista que le hice a Juanjo Imbroda, en la que me manifestaba su convencimiento de que el PP obtendría mayoría absoluta en las elecciones locales de 2023. “No habrá mayoría absoluta en Melilla si no se produce el cambio en el Partido Popular”, me dijo Nono, con el mismo convencimiento que Juanjo había utilizado para decirme lo contrario. Obviamente uno de los dos se equivoca, así que es importante pensar mucho sobre eso, para actuar con base racional, en vez de emocional. Ambos, Juanjo y Nono -un histórico del PP- son muy diferentes, pero tienen mucha experiencia política y pueden demostrar, cada uno en su ámbito, buenos resultados electorales, así que este tema no puede -o no debe- quedar en una discrepancia sin importancia, porque no lo es y lo que pase y pasase en el primer partido de Melilla, el PP, es importante y tendrá repercusiones en toda nuestra necesitada ciudad. Por cierto, Miranda lanzó una idea, difícil de materializar, pero sobre la que los partidos deberían pensar mucho antes de elegir a sus candidatos, la de que para dedicarse a la política se debería tener la vida resuelta. Ya lo dijo Platón hace miles de años.

La situación política, guste o disguste, es muy importante porque “para que una economía de mercado funcione es necesario el apoyo democrático a las reformas -mantener bajo el desempleo y suministrar prestaciones a los parados- y es imprescindible crear la infraestructura institucional necesaria para que esa economía funcione” (Joseph F. Stiglitz, “El malestar en la globalización”). Stiglitz, en ese libro, estaba analizando la transición del comunismo al capitalismo, que no es el caso español -al menos todavía, ya que nos estamos acercando a un proceso inverso al del resto del mundo- pero sí es el caso melillense, ciudad en la que no ha llegado a existir una verdadera economía de mercado, de la que ahora ya no quedan apenas ni vestigios. Melilla necesita crear empresas nuevas, muchas. E invitar a empresas de fuera, nacionales o internacionales, a venir y participar en proyectos conjuntos, que los puede haber. Hay que reducir las burocracias oficiales. Y lograr entrar en la Unión Aduanera. Y -para satisfacción especial de Pepe Megías- ser una verdadera, aunque pequeña, Autonomía, como las polis griegas, no ese engendro político que ahora somos y que apenas cabe en el Estado español. Todo eso, y más, vendría a ser la infraestructura institucional necesaria para que la economía de mercado, capitalista -la única que funciona de entre las conocidas y experimentadas- melillense pudiera funcionar también aquí, en esta pequeña y gran ciudad laboratorio que somos. “La mayoría de los éxitos económicos son locales, diseñados por personas de cada localidad, sensibles a las necesidades y preocupaciones de la localidad” (Stiglitz). Esa es nuestra esperanza.

Posdata
Asegura Pepe Megías (MH del viernes) que habrá Gobierno PP-PSOE antes del 17 de septiembre, Día de Melilla. Incluso predice su composición. No es una simple opinión, lo del posible pacto. Su predicción está basada en contactos realizados, aunque sean negados. Pero para que esa predicción se convierta en pacto hay que tener en cuenta que Juanjo Imbroda se ha apresurado a negarlo. Y es evidente: si Imbroda no quiere, no habrá pacto PP-PSOE.

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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