¿Dónde está el PSOE ahora que en Melilla llevamos mes y medio sin contrato marítimo y no hay ni rastro de una leve intención de reactivarlo? ¿Diría lo mismo el PSOE si siguiera en la oposición, o ahora que gobierna ha cambiado de opinión? Devuelvan a Melilla lo que es suyo si no quieren que esta isla en la que se ha convertido durante la pandemia sea “la nueva normalidad” a partir de ahora La Delegación del Gobierno y la Dirección General de la Marina Mercante abordan hoy en una reunión la desescalada en el transporte marítimo. Se acerca la “nueva normalidad”, un eufemismo más a los que nuestros dirigentes nos tienen acostumbrados para llamar al panorama que tendremos después de la desescalada, y es preciso poner sobre la mesa cómo serán, con este nuevo panorama de pandemia, nuestros desplazamientos a la península.
Es importante la reunión de hoy porque el barco es el transporte más utilizado por los melillenses a la hora de viajar. Probablemente no porque sea el preferido por ellos, sino porque tradicionalmente ha sido el más asequible y accesible, amparado en un contrato marítimo. Pero ahora tenemos un nuevo escenario, y es que no existe ese contrato marítimo que en Melilla ha garantizado unas condiciones en el servicio en cuanto a frecuencias, calidad de los buques, precios de los billetes, etc. Los melillenses no queremos que esa sea “la nueva normalidad” en nuestro transporte marítimo, sino que el Gobierno, como dijo Imbroda hace unos días, se ponga las pilas y se apresure a sacar un nuevo pliego de condiciones, lo que exige también una inversión de dinero público sobre la mesa.
El contrato marítimo es, digámoslo así, una forma de acercar a la península a quienes viven lejos de ella, algo que no se puede entender como un privilegio, sino como una cuestión de justicia, porque aquí no tenemos a nuestro alcance infraestructuras de inversiones millonarias como redes kilométricas de AVE y autovías.
El PSOE, con responsabilidades en Moncloa y en la Ciudad Autónoma, no puede seguir escurriendo el bulto. Y menos aún cuando uno de sus cuatro diputados, que es presidente del Patronato de Turismo, Mohamed Mohand, reconoció la semana pasada lo evidente, y es que no se podrá hablar de turismo en Melilla “si el precio de los billetes es el que es”.
En el caso del barco, ya no hay contrato marítimo que ponga un tope al precio de los billetes porque el PSOE lo ha permitido. Curiosamente, el mismo partido que más criticó lo sucedido en 2014, el año en que el contrato marítimo se quedó desierto dos veces. ¿O quizá era un falso interés el que tenía entonces, como parece que le sucedía con la criminalidad? En los dos años de Gobierno socialista las infracciones penales en Melilla no han hecho más que subir, pero el PSOE, lejos de denunciarlo públicamente en rueda de prensa como hacía cuando estaba en la oposición, ahora ni siquiera habla de los malos datos que cada tres meses nos ofrece el Ministerio del Interior.
Llama poderosamente la atención este giro del PSOE, cuando hace no tanto puso el grito en el cielo: “Que el contrato marítimo quede desierto es la culminación de un despropósito tras despropósito del PP”. “Es un fracaso sin precedentes, pues nunca se ha dado una situación similar en Melilla”. “Esto pone de manifiesto la incompetencia con la que se ha llevado esta labor por parte del PP”. “Esta situación en la que nos encontramos es el resultado de la dejación de funciones total del Gobierno de España unido a un triunfalismo y venta de humo del Gobierno de Imbroda”. “Se abre un periodo de incertidumbre”. ¿Recuerda el PSOE todas esas frases? Son suyas, pronunciadas en 2014 por su entonces secretario general, Gregorio Escobar, antecesor de Gloria Rojas y actual vicepresidente de la Autoridad Portuaria. ¿Dónde está el PSOE ahora que en Melilla llevamos mes y medio sin contrato marítimo y no hay ni rastro de una leve intención de reactivarlo? ¿Diría lo mismo el PSOE si siguiera en la oposición, o ahora que gobierna ha cambiado de opinión? Porque, francamente, la situación es actualmente mucho peor que hace seis años. Devuelvan a Melilla lo que es suyo si no quieren que esta isla en la que se ha convertido durante la pandemia sea “la nueva normalidad” a partir de ahora.
