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Vuelos al 100% y muchas medidas de seguridad en la reanudación de las conexiones con Málaga

Los primeros pasajeros aterrizaron poco antes de las 8.00 horas de ayer

El aeropuerto de Melilla, con 50 años de recorrido, vivió ayer un día histórico: pasaba página, por fin, a más de tres meses sin operaciones comerciales por las restricciones en la movilidad impuestas por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, la reapertura al público de la infraestructura de Aena ha venido marcada por la llamada “nueva normalidad”, no solo por las numerosas medidas higiénico-sanitarias que los pasajeros se encuentran a la hora de volar, sino también porque los primeros vuelos programados por Air Nostrum están registrando una elevada ocupación. Los dos primeros de ayer, de hecho, iban ocupados al 100%, lo que ha llevado a la aerolínea a aumentar la oferta los fines de semana, en los que, además de los dos vuelos diarios con los que se ha reanudado la línea de Málaga, habrá un tercero para viajar los viernes y los domingos.

“La gente tiene ganas de venir a Melilla y salir de la ciudad”, apuntó el director del aeropuerto, Iván Grande, como explicación a estas ocupaciones “muy altas” que se esperan en los primeros vuelos programados tras 96 días sin vuelos comerciales.
No obstante, pese a esa elevada ocupación, el aeropuerto vive a medio gas sus primeros días de reactivación, en cuanto al transporte de pasajeros se refiere, ya que de momento no todas las empresas que trabajan en esta infraestructura han vuelto a su actividad (como el parking o el rentacar, por ejemplo), ni tampoco todos los trabajadores de las que sí están ya operativas.
Con gran probabilidad, ese retorno podría ocurrir a partir del 1 de julio. Ese día, como apuntó Grande, habrá “un salto cuantitativo importante” en la programación del aeropuerto porque está previsto que Air Nostrum empiece de nuevo a operar la línea de Madrid, con 4 o 5 frecuencias semanales, y también las rutas declaradas como Obligación de Servicio Público (OSP) con Almería (hasta 5 frecuencias semanales), Granada y Sevilla.
Dos semanas después, el 15 de julio, el aeropuerto ampliará su actividad con la puesta en marcha de los ya tradicionales vuelos vacacionales de Air Nostrum a Palma de Mallorca (dos frecuencias semanales) y a Gran Canaria (una frecuencia semanal).
También ese día empezará de nuevo a operar Air Europa, con dos vuelos diarios en la línea de Málaga, una por la mañana y otra por la tarde.
Mientras tanto, hasta el arranque de julio, solo habrá dos frecuencias diarias con Málaga, una muy temprano y otra a última hora de la tarde, salvo los viernes y los domingos, que habrá una tercera a media tarde para dar respuesta a la elevada demanda que se empezó a registrar desde el mismo día en que se anunció el final de las restricciones para viajar.
Ayer, día de la recuperación de las conexiones aéreas con la península, Grande reconocía que la sensación que había ayer en el aeropuerto era “muy bonita” y que era algo en lo que la infraestructura que dirige llevaba más de un mes trabajando.

Medidas de seguridad
Un tiempo en el que el aeropuerto ha puesto en marcha un plan de recuperación operativo “muy ambicioso”, que incluye un gran número de medidas de seguridad no solo para preservar la salud de los pasajeros, sino también la de los trabajadores que permiten con su esfuerzo el funcionamiento de esta infraestructura.
Las medidas se pueden ver antes, incluso, de entrar a la terminal, con diferentes carteles informativos que también están presentes en el interior. Además, hay hasta 20 puntos de dispensadores de gel hidroalcohólico y se ha limitado el aforo de los aseos a un máximo de cuatro personas. También se han dejado fuera de uso diferentes asientos para garantizar la distancia de seguridad y la cafetería, además de tener distanciadas las mesas, dotadas de carta virtual, también cuenta ahora con una terraza en el lateral del edificio.
También se han instalado señales en el suelo para mantener la distancia de seguridad y mamparas de protección en los diferentes mostradores de facturación y embarque. Además, se ha reforzado la limpieza y desinfección y también la información, no solo mediante cartelería, sino también por megafonía.
En definitiva, medidas que proceden de recomendaciones e imposiciones del Ministerio de Sanidad, e incluso de guías de la Agencia Europea de Seguridad Aérea o de la Comisión Europea, tal y como subrayó el director del aeropuerto de Melilla.

Recuperar la confianza
El objetivo, como subrayó, es que los pasajeros acudan “con confianza” al aeropuerto, donde se cumplen las medidas de seguridad sanitaria, y de esta manera, “vayan retomando sus viajes y su vida, en definitiva”.
En este punto, destacó la concienciación que se pudo ver ayer entre los pasajeros de los primeros vuelos, ya que “se han comportado de una manera muy cívica”, respondiendo de forma positiva a las medidas, como el uso obligatorio de las mascarillas y el distanciamiento social.
Algunos de los primeros viajeros que aterrizaron en Melilla también destacaron a su llegada que, aunque el vuelo iba prácticamente lleno, había ido todo “muy bien” y con mucha seguridad y limpieza. “Nos lo han explicado todo muy bien para que viajemos seguros y nos han ido subiendo al avión por fases. Estaba todo muy controlado”, apuntó Juan, uno de los primeros pasajeros que llegó en el primer vuelo por motivos de trabajo.
Ya que ahora hay más medidas que cumplir, también se aconseja llegar al aeropuerto con un poco más de antelación. Según informaron fuentes de Iberia, desde 70 minutos antes se abren los vuelos en el aeropuerto de Melilla para que los pasajeros puedan ir pasando el control de seguridad directamente y accediendo a la sala de embarque.

Emoción en el reencuentro de los pasajeros y la vuelta de los trabajadores tras casi 100 días sin vuelos comerciales

La primera jornada de actividad comercial en el aeropuerto tras más de tres meses estuvo marcada por la emoción en muchos momentos. En algunos reencuentros entre familiares, las lágrimas fueron inevitables, como les sucedió a Alicia y a su madre.
Pero también algunos de los trabajadores que desempeñan su labor en el aeropuerto admitieron ayer que habían sentido emoción después de tres meses sin poder ejercer su actividad laboral. Fue el caso de una empleada, que reconoció que escuchar de nuevo por el walkie talkie la información sobre el desarrollo del vuelo le había erizado la piel. “Nos dijeron que iban a volver y aquí están”, apuntó sin disimular una enorme sonrisa en un día inolvidable de reencuentros.

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Redacción

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