Hay que poner cada cosa en una balanza y ver sí ganamos o perdemos con esta decisión marcada por un intento de Marruecos de controlar en su país la crisis del coronavirus, limitando al máximo posible la llegada de sus nacionales residentes y trabajando en distintos países de Europa” Depende. Como si de la canción del recordado Pau Dones se tratara, la suspensión de la Operación Paseo del Estrecho (OPE) tendrá sus beneficios, pero también sus perjuicios.
Entre los beneficios más llamativos, están sobre todo aminorar el riesgo de contagio de Covid-19 por una mayor aglomeración de personas en Melilla, dado que son miles los marroquíes que suelen elegir nuestra ciudad para cruzar hacia Marruecos para pasar sus vacaciones y posteriormente regresar a sus países de residencia en Europa. Otro efecto también notable es la menor presencia de vehículos: atrás quedarán esas colas que incluso colapsaban calles de tránsito del resto de melillenses, especialmente las más cercanas a la frontera de Beni-Enzar.
Entre los perjuicios, los más significativos a nuestro juicio son en primer lugar el menor impacto que tendrán en las comunicaciones marítimas, lo que podría llevar a las navieras a reducir trayectos al contar con menores pasajeros. También el gasto que realizaban en Melilla, aunque hay quienes opinan que el impacto en este sentido es muy recudido. Y, en nuestra opinión, la cancelación de la OPE reduce las esperanzas de una apertura de los puestos fronterizos de Melilla lo antes posible, algo que parece que va a ser difícil que ocurra, aunque también existe la posibilidad de si bien no habrá una operación como la conocíamos hasta hora, haya un tránsito considerable de vehículos y personas si la frontera se abriera. Sin OPE, no parece que Marruecos vaya a tener prisas por abrir sus puertas, aunque con el país vecino nunca se sabe porque en 24 horas puede adoptar decisiones de gran calado, como ya ocurrió con el mismo cierre fronterizo del 13 de marzo, con apenas ocho horas de antelación, o el pasillo humanitario de mediados de mayo para que pasaran marroquíes atrapados en Melilla, que se acordó en una madrugada de Ramadán y a las pocas horas se permitió el paso de 200 magrebíes a su país.
En definida, el anuncio del ministro marroquí de Exteriores, Nasser Bourita, de que este verano no habrá OPE "en su forma habitual", tiene diferentes puntos para su visión, con beneficios palpables por un lado y perjuicios por otro. Hay que poner cada cosa en una balanza y ver sí ganamos o perdemos con esta decisión marcada por un intento de Marruecos de controlar en su país la crisis del coronavirus, limitando al máximo posible la llegada de sus nacionales residentes y trabajando en distintos países de Europa.
