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El centro de menores de Rostrogordo recurre a las actividades educativas y de ocio como herramientas de integración

El director del Centro Educativo Residencial de Menores Fuerte Rostrogordo, Rachid Mokhtar, afirma que están “comprometidos con lograr un proceso de integración eficaz en el tejido social melillense” de los jóvenes que atienden y que el hilo conductor de todas las actuaciones que se desarrollan buscan “el interés superior del menor tal y como garantiza, tanto nuestro ordenamiento constitucional, como los tratados internacionales y de la unión europea”. Explica que para lograr este fin de integración, el equipo educativo (educadoras sociales, trabajadores sociales, enfermera, psicóloga, monitores y auxiliares educativos), junto con dirección ha elaborado “un programa muy completo para abordar, desde una perspectiva multidisciplinar, todos los ámbitos y necesidades de este colectivo tan vulnerable poniendo el acento en el educativo, psicológico, social y de ocio”.

Objetivos
Recuerda Mokhtar que los expertos coinciden en que el ocio es “una actividad esencial y necesaria para los chicos de estas edades y tiene multitud de beneficios importantes”, entre ellos el desarrollo de la creatividad, la forma física, cultura general, reducción de estrés y sobre todo la sociabilidad.
“Ser sociables implica conocer qué y a quiénes nos rodea, entenderlos, comprender que existen otras ideas y formas de ver el mundo que se deben respetar, ello supone una adaptación mucho más efectiva en la comunidad en la que se reside”, explica.

Actividades
El equipo técnico ha considerado “muy oportuno” fusionar las actividades de ocio con un proyecto de intervención en drogodependencias ya que, “es bien sabido que tanto el ocio como las actividades deportivas son un gran aliado a la hora de llevar a cabo un proceso de rehabilitación de sustancias psicoactivas”.

Entre las actividades que se han llevado a cabo destaca, por ejemplo el campeonato de fútbol, en el que han participado todos los menores del centro en 16 equipos de 7 integrantes cada uno, en total 112.

Asimismo se han organizado una excursión orientada a que 32 menores adquieran nociones sobre la historia y arquitectura modernista de la que goza Melilla. También 62 jóvenes han tomado parte en una excursión por los pinares de Rostrogordo y Aguadu donde se les inculcó “la importancia de preservar el medio ambiente ya que repercute en la vida del hombre y de las generaciones venideras”.

Además se ha organizado una actividad relacionada con el cine “encaminada a fomentar la fluidez de la lengua castellana”, al tiempo que potencia el compañerismo y mejorar las relaciones interpersonales. La programación ha incluido también una visita a la granja escuela, con la asistencia de 55 jóvenes, y el objetivo, “inculcarles el buen trato hacia los animales y los seres vivos en general”.

Otra de esas actividades desarrolladas ha sido una excursión a la playa, con la participación 64 jóvenes. “Se escogió este escenario para transmitir a los menores tutelados el efecto que la contaminación tiene sobre el océano. Se ofreció una charla en la que se ilustraba todos los efectos nefastos que tenía arrojar basura y plásticos al océano y la repercusión que tenía sobre los ecosistemas marinos”, manifiesta.

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Redacción

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