Los vendedores ambulantes del mercadillo en el SEPES están a la espera de que la Ciudad Autónoma les responda a la petición que le trasladaron de poder ubicar los puestos dos días a la semana en la calle Margallo o en García Cabrelles para buscar nuevos clientes, dado que el cierre fronterizo les priva de los compradores habituales llegados desde Marruecos. José Heredia, uno de los portavoces del colectivo de vendedores ambulantes del mercadillo del SEPES, explicó que hace justo una semana el rastrillo volvió a retomar su actividad y lo hizo no sin cierto malestar por parte de estos autónomos, en especial porque “no se había hecho bien el reparto de los puestos, y había mucha gente que no estaba contenta”. A lo largo de estos días se han subsanado esas pequeñas incidencias y “los vendedores han recuperado sus espacios”, según explica, aunque añade que no han regresado todos los comerciantes que tienen permiso de instalación.
“Ha vuelto el rastro, pero siguiendo las normadas decretadas por el covid-19, como es respetar la distancia entre puestos de más de dos metros, y la distancia social. Además, los vendedores usan mascarillas y guantes o viseras transparentes”, indica. Una semana después del reinicio de la actividad, se constata un paulatino aumento del número de clientes. La mayoría acude con su mascarilla y respeta las normas.
Un dato positivo es que no tienen que soportar la competencia desleal de los vendedores ilegales que montan sus tenderetes en la zona sin contar con permiso o licencia.
Traslado
“Los vendedores están contentos porque pueden trabajar, pero se lamentan de que la frontera está cerrada que es de donde viene la mayoría de los potenciales clientes, y por eso se pidió a la Ciudad Autónoma que permita que el mercadillo pueda desplazarse dos o tres días a la semana del Real a la calle Margallo o García Cabrelles en busca de nuevos clientes”, indica Heredia.
Esperan que la administración local estudie esta propuesta y que a la mayor brevedad les comuniquen si se les concede lo que piden o si se les mantiene en la zona del Real, en la plaza que ocupan a espaldas del centro examinador de tráfico. “El tema -indica José Heredia- está en estudio y hoy por hoy no hay nada en firme, ni ninguna decisión adoptada al respecto, por lo que seguiremos a la espera de ver lo qué nos dicen”.
Línea de ayuda
Según señaló, también propusieron a la Ciudad Autónoma que a través de Promesa se abra alguna línea de ayuda para los vendedores ambulantes “para poder hacer frente a las pérdidas que han sufrido como consecuencia del covid-19”. El tema se propuso en el encuentro que hace quince días mantuvieron responsables del Gobierno local con los representantes de los vendedores.
“Se habló de mantener una reunión con la consejera Dunia Almansouri para avanzar en este asunto, pero de momento no se ha celebrado”, reconoce Heredia, que deja patente que sería preciso habilitar un programa de incentivos específico para los vendedores ambulantes. “Los vendedores ambulantes no tienen local, sino un puesto, y no tienen empleados porque son autónomos, por eso no encajan en las subvenciones de Promesa, de ahí que se pida que se haga algo específico para este colectivo”, reitera.
Mientras, la mayoría de los vendedores han vuelto a la actividad. “Están contentos porque vuelven a trabajar, y pueden buscarse la vida como han hecho siempre, pero también piensan que hay muchas cosas que se pueden mejorar, y piden a la Ciudad Autónoma que les eche una mano”, concluyó.
