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PP culpa al Gobierno y a la Ciudad de que viajar en barco sea más caro al no tener contrato marítimo

El PP acusó ayer al Gobierno socialista de incurrir en un “abandono total y absoluto” y “desidia” hacia Melilla por no haber adjudicado un nuevo contrato marítimo para las líneas de interés público que conectan nuestra ciudad con Málaga y Almería, lo que provocará un encarecimiento y merma de servicios en estas conexiones.

En declaraciones a los periodistas, el secretario general del PP de Melilla, Miguel Marín, subrayó que es la primera vez en la historia que se da esta circunstancia desde que empezó a aplicarse el instrumento del contrato marítimo en las líneas de servicio público de la ciudad.
Según dijo, los melillenses empezarán a notar los efectos de esa inexistencia de contrato marítimo cuando quieran viajar este verano, ya que, si bien la vigencia del anterior pliego expiró el pasado 30 de abril, no ha sido hasta principios de esta semana, con el fin del estado de alarma, cuando se han levantado las restricciones para viajar.

Pagar más por menos servicios y frecuencias
Así, Marín denunció públicamente que los melillenses se encontrarán con billetes de barco “mucho más caros” y “muchísimos menos servicios” a bordo, dada la eliminación de la vigilancia privada y asistencia médica que estaban garantizados en los pliegos de condiciones del contrato marítimo en los últimos años.
Además, no habrá garantía de unas frecuencias mínimas lo que, unido a las otras consecuencias, resulta “realmente muy preocupante” para el PP, que dirigió su reproche, especialmente, a “los melillenses que están gobernando en Melilla” por no haber impedido esta situación siendo el transporte marítimo “un servicio esencial” para la ciudad.

El estado de alarma
En su crítica, el número dos del PP también tuvo palabras para la Ciudad Autónoma, a la que acusó de “intentar tomar el pelo a los melillenses”, algo que dejó claro que la formación popular va a impedir explicando “con pelos y señales lo que ha ocurrido”.
Así, dejó claro que el estado de alarma no es la causante de la ausencia de contrato marítimo en estos momentos, ya que el concurso que sacó a licitación el Gobierno quedó desierto el 31 de enero, de modo que “desde el 1 de febrero hasta el 14 de marzo, tuvieron tiempo para sacar una nueva y no lo hicieron porque han dejado abandonada la ciudad”.
En cualquier caso, aunque hubiera coincidido el estado de alarma, recordó que las cuestiones de interés general no han quedado afectadas por la paralización administrativa y han seguido su curso, algo de lo que hay “multitud de ejemplos” tanto en el Gobierno central como en la Ciudad Autónoma.
Por ello, Marín acusó a ambas administraciones de “inventar excusas” por las que “han quedado retratados” por “mentir descaradamente al conjunto de los melillenses”, de modo que las culpó “por no haber hecho absolutamente nada en estos meses”.
A su juicio, se trata de “una irresponsabilidad de un nivel realmente inimaginable”, habida cuenta que el transporte aéreo y marítimo son “las carreteras, autovías y autopistas” de Melilla para poder viajar a la península.

“Almansouri actuó de manera sectaria y dictatorial”

El portavoz del PP en la Asamblea, Miguel Marín, se mostró ayer muy crítico con el papel de la vicepresidenta primera de la Cámara, la cepemista Dunia Almansouri, que el pasado viernes dirigió el Pleno de Control. A juicio de Marín, Almansouri “actuó de manera sectaria y dictatorial” cuando ordenó que se retirara del acta de la sesión la frase del diputado popular de que el presidente de la Ciudad Autónoma, Eduardo de Castro, dio su rueda de prensa del pasado 6 de junio “como una cuba”.
Marín argumentó que se negó a retirarlo, como le pidió Almansouri, porque no es un insulto, sino “un estado” y es algo que “todos los melillenses pudieron ver en directo” en la comparecencia, retransmitida por TVM.
El portavoz popular recordó que es la primera vez que se ordena retirar una expresión de la sesión de control, a pesar de que “el anterior Gobierno tuvo que padecer todo tipo de insultos, injurias y calumnias”.
También restó credibilidad a la explicación de De Castro de que no había bebido, sino que le había afectado “una medicación”. Según aseguró Marín, el presidente había estado hasta 5 minutos antes de su comparecencia “en un bar de copas céntrico de la ciudad bebiendo” y, aunque dijo no poder decir “qué bebió” De Castro porque él no estaba presente en ese momento, “después de verlo intervenir en la rueda de prensa en ese estado lamentable, cada uno que saque sus propias conclusiones”.
Además, también señaló que estas explicaciones respecto a la medicación se producen 20 días después de los hechos, pese a la polémica generada. “Peor me lo pone De Castro, porque a nadie se le ocurre tomar una medicación y estar bebiendo en un bar de copas hasta 5 minutos antes de dar una rueda de prensa”, concluyó Marín.

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Redacción

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