Ecologistas en Acción ha 'concedido' 48 banderas negras a playas españolas, dos a cada una de las provincias litorales y otras tantas a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla por estar afectadas de múltiples causas que las amenazan entre las que destacan los vertidos o la mala depuración. En el caso de Melilla, las banderas se otorgan a la depuradora y la ampliación de la desaladora. El colectivo ecologista Guelaya explica que solicitó hace unos meses a la Consejería de Medio Ambiente los datos relativos a la depuradora de Melilla para participar en la elaboración de un Informe Nacional sobre las depuradoras de España que está elaborando Ecologistas en Acción. “Hace tiempo que Guelaya sospechaba del malfuncionamiento de la depuradora de Melilla, pero no podíamos imaginar que estuviese en una situación de emergencia extrema”, afirman.
Informe
En el informe que les suministra la Consejería de Medio Ambiente “se nos comunica que, en agosto de 2019, se detecta avería en dos de los tres decantadores de la EDAR y desde esa fecha la planta incumple todos los parámetros establecidos por el RD 509/1996, por el que se establecen las normas aplicables al tratamiento de las aguas residuales urbanas, pero los datos son peores según avanzan los meses”.
En diciembre los datos de DBO (Demanda Bioquímica de Oxígeno) llegan a cuadruplicar el máximo permitido, los de DQO (Demanda Química de Oxígeno) lo duplican y los de SS (Sólidos en Suspensión) casi lo quintuplican, por lo que las aguas vertidas por la depuradora de Melilla se pueden calificar de “negras”.
Afirma Guelaya que los problemas de la depuradora de Melilla no acaban con la “enorme avería que padece desde hace meses” y es que el agua del terciario de la planta “no sirve ni para regar jardines”.
“Uno de los grandes problemas de Melilla es que el agua del grifo es imbebible y otro es que el consumo de agua en la ciudad es desorbitado: 400 litros por habitante y día frente a los 150 de media nacional. Para hacer frente a la escasez de agua potable se construyó la desaladora”, explican.
Pero el consumo de agua en Melilla “no ha dejado de aumentar”. La desaladora produce alrededor de 20.000 m3 diarios y el consumo de la ciudad ronda muchas veces los 38.000 m3. “Podíamos haber pensado en la necesidad de reducir el consumo de agua, pero como solución se aprobó un proyecto de ampliación de la desaladora”, critican.
Guelaya-Ecologistas en Acción presentó alegaciones a la ampliación de la desaladora, entre ellas, la construcción de un emisario que permita alejar el agua de rechazo de la desaladora del cantil de la costa., “pero no se nos ha escuchado, el cuarto módulo de la desaladora verterá la salmuera a través de la cascada actual, y lejos de atajar el problema, lo ampliaremos”, de ahí que tanto la planta como su ampliación “merezcan una bandera negra”.
