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La Ciudad, dispuesta a habilitar un terreno para que los ganaderos importen más borregos si así bajan el precio

“Si para bajar ese precio el Gobierno se tiene que hacer cargo del flete del ganado, también lo haríamos”

El Gobierno de Melilla mostró ayer su disposición a habilitar terrenos de Ciudad Autónoma como un centro temporal de concentración de animales para su venta con el objetivo de posibilitar la importación de más borregos de la capacidad que tienen los cuatro cebaderos si ello abarata su precio de cara a la celebración del Aid El Kebir. En rueda de prensa, el presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, Eduardo de Castro, explicó que su Gobierno está intentando que los borregos que deberán comprar las familias musulmanas para sacrificarlo el día de la Pascua Grande, el 31 de julio, tengan un precio “lo más ajustado posible”.

De ese modo, la Ciudad Autónoma busca que “todo el mundo pueda celebrar la fiesta a un precio razonable para un sector de la población que tiene problemas económicos”, lo que requiere que la importación y venta de borregos “no tenga tanta ganancia empresarial”.
Para conseguir ese propósito, De Castro explicó que una fórmula sería permitir que las explotaciones ganaderas puedan importar a Melilla más cabezas de ganado de las que suelen tener, lo que requiere la concesión de un permiso por capacidad, de acuerdo con lo que establece la ley.
Si ello no fuera posible, se puede crear una nueva explotación ganadera especial, concretamente un centro de concentración de animales para la venta, según el anexo 3 del Real Decreto 479/2004, que sería el quinto en Melilla y aumentaría la capacidad de los otros cuatro cebaderos que ya existen.
El presidente melillense señaló que, con más corderos en Melilla, funcionaría la ley de la oferta y la demanda y el precio podría bajar, algo a lo que ya se han comprometido los ganaderos locales, ajustando el precio de venta “lo máximo posible” si la Ciudad Autónoma les garantiza un permiso para la venta y la posibilidad de importar más cabezas de ganado.
“Si para bajar ese precio, por parte del Gobierno hubiera que llegar a hacernos cargo del flete del ganado, también lo haríamos”, agregó De Castro, que no especificó en qué terrenos se podría habilitar ese quinto centro de concentración de animales, ya que eso dependería de las necesidades.
No obstante, sí avanzó que hay varios terrenos de la Ciudad, incluso uno “muy grande” si fuera necesario, que se podrían preparar en muy poco tiempo como una explotación ganadera temporal, cuya autorización expiraría una vez que se celebre el Aid El Kebir.

Países árabes
El precio del animal, apuntó De Castro, depende de la compra en origen y del margen de beneficio que añada el ganadero, que el Gobierno local pretende que sea “el mínimo posible”, aunque admitió que el mercado “va variando” y también depende de la demanda, que ahora es alta, ya que las explotaciones ganaderas de la península están vendiendo a muchos países, como Arabia Saudí, Libia o Egipto.
“Si esos países llenan un barco de ganado porque tienen un precio asegurado, aquí también sube un poco”, razonó De Castro antes de señalar que los ganaderos melillenses son empresarios especializados y tienen previsto qué salida dar a los corderos que no puedan vender si finalmente importan más de la demanda.
En principio, tal y como anunció el consejero de Salud Pública, Mohamed Mohamed Mohand, los ganaderos de Melilla tenían previsto importar 4.000 cabezas de ganado, cifra que podría aumentar en función de la decisión de los ganaderos con las medidas que anunció De Castro, que fueron acordadas este lunes en un Consejo de Gobierno deliberativo.

Borrego peninsular como “única opción”

El presidente melillense incidió en que “la única opción” posible que hay este año es la importación de borregos de la península, dado que la frontera con Marruecos está cerrada por la crisis sanitaria y los animales del país vecino no pueden pasar.
Asimismo, señaló que estas cuestiones han sido consultadas con el Ministerio de Agricultura por parte de la vicepresidenta primera de la Asamblea, Dunia Almansouri, y él mismo con el director general, de manera que se pueda “conjugar la venta con el destino final del animal”.
El objetivo es que los cebaderos puedan tener un permiso temporal y que esos animales vayan a centros de sacrificio, que en principio sería el matadero, aunque la ley permite “hacer satélites” mediante la instalación de carpas.

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Redacción

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