El 7 de julio de hace 20 años se formalizó en Melilla la moción de censura contra Mustafa Aberchán -por entonces alcalde de nuestra ciudad-, moción que se votó, con éxito, el 17 de julio del año 2000. Un artículo publicado ese 7 de julio en el diario El País, firmado por la periodista local Toñy Ramos, explicaba, lo que MELILLA HOY publicaba en portada ese día, que la moción de censura fue firmada por 13 de los 25 diputados -5 del PP, 3 de UPM, 2 del PSOE y 3 del Grupo Mixto (formado por 2 exdiputados del GIL y 1 del PIM, partido que presidia Enrique Palacios)-.
Aberchán calificó la iniciativa -continuaba el artículo de Toñy- de “xenófoba y racista”, e Ignacio Velázquez, portavoz del PP, le replicó que “ser musulmán no debe ser un menoscabo para la política, pero tampoco debe ser un plus. Mustafa Aberchán debería explicar si cuando él firmó una moción de censura contra mí era porque soy de una religión distinta de la suya”.
En declaraciones a MELILLA HOY, Juan José Imbroda, ya candidato a la presidencia de la Ciudad, declaraba: “la moción no va contra los musulmanes, sino contra una política incompetente”. Francisco Robles, uno de los 13 firmantes, aseguraba que “con el gobierno actual se ha perdido un año de gestión”, Antonio Gutiérrez, entonces presidente del PP local, anunciaba que invitarían a CpM a “participar en el gobierno”, y la gestora del PSOE aseguraba que sería “disciplinada” y “no crearía inestabilidad”. Rafael Villuendas, portavoz del PSOE, calificó el acuerdo de su partido con el PP como “casi histórico”.
Aberchán, al que ahora le molesta mucho que se diga que su partido tiene tintes étnicos, no solo calificó la iniciativa, la moción de censura, como “racista”, sino que también anunció una manifestación de musulmanes en Melilla y su personal traslado a Madrid para explicar que la moción, firmada también por PP y PSOE, era “contra un alcalde musulmán”. ¿Las razones aducidas por la oposición para la moción de censura?: “Falta de transparencia, clientelismo político, subastas y contrataciones sin los requisitos legales necesarios y la persecución de los diputados de la oposición”. ¿Se parece mucho a la situación actual del año 2020 la de 20 años antes?
En fin, el 17 de julio del año 2000, a las 13 horas, Juan José Imbroda, líder del partido local Unión del Pueblo Melillense, fue investido como presidente de la Ciudad, con la presencia del Ministro de Administraciones Públicas de entonces, el socialista Jesús Posada, cargo en el que Imbroda se mantuvo – ya como miembro del PP- hasta las elecciones de mayo de 2018, hace poco más de un año.
Habrá que volver a los clásicos para soportar la crudeza de la actual realidad melillense, volver a, por ejemplo, Lucio Anneo Séneca, nacido en Córdoba, ciudad entonces romana y capital de la Bética. Fue Séneca un filósofo moralista estoico, una de las figuras más destacadas de la Roma de la dinastía julia-claudia, como preceptor y consejero de Nerón y regente de facto del imperio durante 5 años, con Sexto Afranio Burro. Fue un gran filósofo y un hombre muy poderoso, al que Nerón, su discípulo, obligó a suicidarse -abrirse las venas y beber cicuta- en el año 65. Séneca rehuyó la palabra martirio y afirmó que la medida, el valor, de la vida es su perfección, no la extensión de su tiempo. En ningún estoico vemos aparecer, como en Séneca, tan nítidamente el fondo último del estoicismo: la resignación. Una resignación compatible con lo que él escribió en su “Sobre la constancia del sabio”: “es más firme el vigor que no es vencido que el que no es atacado … y llamaré hombre de valor a aquél a quien no aterroriza la fuerza enemiga cuando se presenta ante él, no a aquél cuya tranquilidad es grande en medio de un pueblo abúlico”.
Es necesario valor y huir de la abulia para cambiar la actual situación política de Melilla. Lo que ocurrió hace 20 años, en una situación política melillense muy parecida a la de hoy, hay que tenerlo muy en cuenta, especialmente PP y PSOE, en estos tiempos dramáticos.
