En Melilla, actualmente, hay 4,5 kilómetros de vías públicas destinadas a las bicicletas, de los cuales 2,8 son de uso exclusivo en tres tramos de carril bici, y los otros 1,7 km de uso compartido con los vehículos en dos ciclocalles, donde las bicicletas tienen preferencia.
En concreto, el carril bici Carlos Huelin, que transcurre por el Paseo Marítimo, tiene 1.900 metros, a los que se suman los 308 metros que van hacia la calle Álvaro de Bazán, pasando por la Plaza Adolfo Suárez (paralelo al Río de Oro); los 290 metros de la calle Marqués de los Vélez, y los 300 de la calle Héroes de Alcántara.
En cuanto a las ciclocalles, una conecta el carril bici con el Dique Sur, con 1.100 metros de pintura roja muy desgastada y casi imperceptible; y otra recién habilitada, aunque no será inaugurada oficialmente hasta septiembre, que transcurre paralelo al cuartel de Caballería por toda la Avenida de Europa hasta su final en la calle Bustamante, con 545 metros en total.
Las reivindicaciones de Melilla Con Bici
Melilla Con Bici tiene también reivindicaciones pendientes de ser atendidas respecto a ambas infraestructuras. Por ejemplo, en cuanto al carril bici Carlos Huelin, esta asociación lamenta que, casi dos años después de su inauguración, “se desconocen sus éxitos y fracasos” porque no se han contabilizado de forma estadística el número de usuarios, así como su tipología, horarios de uso y otras cuestiones que “es muy necesario conocer”.
Además, incide en que carece de regulación, y eso provoca que “cualquiera sea crea con derecho a usarlo”. También a Melilla Con Bici le preocupa el “rápido deterioro” que ha experimentado el carril bici del Paseo Marítimo, al tiempo que insiste en su denuncia pública sobre los errores de diseño en el tramo que va por la calle Marqués de los Vélez, en el que son las bicicletas las que deben ceder el paso a los coches, lo que para esta entidad no es más que “una oportunidad perdida”.
Respecto a las ciclocalles, apunta que no aparecen recogidas en el reglamento general de circulación, ni tampoco en las ordenanzas municipales de Melilla, de modo que “los vehículos que circulen por esa vía no saben qué significan las señales verticales y horizontales” de dichas ciclocalles.
Al hilo, subraya la necesidad de ofrecer más información para que ciclistas y conductores sepan sus derechos y obligaciones.
Sobre la ciclocalle más antigua, que va por el Paseo Marítimo hacia el Dique Sur, Melilla con Bici pide repasar la señalización y reclama que se repare el asfalto, ya que se encuentra en un “pésimo estado” y ello pone en peligro a los usuarios.
En cuanto a la más nueva, que se acaba de pintar su señalización en la Avenida de Europa, Melilla Con Bici advierte del riesgo que supone el giro a la izquierda para ir hacia la calle Bustamante, pues ve en él “un punto de conflicto peligroso con el resto de los usuarios”, en el que el ciclista corre un grave riesgo de ser arrollado por los vehículos que circulen por el carril izquierdo de la Avenida de Europa.
