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ECONOMÍA

Ali Boulaatour: “Estamos desesperados”

La Compañía está situada en Puerto Noray y tiene licencia del Grupo 2 (café, bar y pub)

Empresarios del Puerto Deportivo Noray de Melilla denunciaron, el pasado domingo, la discriminación que sufren en relación a otros locales de ocio de la ciudad. En este sentido, han señalado en un comunicado que “algún responsable debe explicar cómo el ocio de la ciudad disfruta de la nueva normalidad pre-COVID y sin embargo en Puerto Noray persiste ese celo y acoso”. Asimismo, han cuestionado “por qué persisten esas limitaciones horarias a locales en Puerto Noray con licencias de grupo 2 y 3”. Los empresarios del ocio han reclamado que se explique cómo otros con licencias de grupo 0 (hasta las 00:00 horas) aprovechan esas limitaciones para abarcar horarios de grupo 2 y 3 (hasta las 0’03). En la nota, demandan igualmente que se explique “cómo las inspecciones se limitan al Puerto Noray y el resto campa a sus anchas”. Por ello, preguntan “¿Se intenta estrangular a estos emprendedores?, ¿se intenta acaso matar alevosamente el puerto Noray? ¿se declaró sin habernos enterado el epicentro de la pandemia aquí en el Puerto Noray?”.
Ali Boulaatour, propietario de La Compañía, explicó a MELILLA HOY, en representación de los empresarios de Puerto Noray, que la situación que están viviendo todos es de desesperación. “Yo pertenezco al grupo 2 y tengo que cerrar a las tres de la mañana, mientras que los del grupo 0 y 1 se aprovechan de esa situación y están también hasta las tres, las cuatro e incluso las cinco de la mañana. Esto lo veo día tras día”
Precisamente, aseguró que el problema ha surgido con la publicación del BOME. “Se ha informado que todo el mundo puede cerrar a las tres y se están aprovechando de ello los locales que deben cerrar temprano. Antes estaba bien, pues cada uno cerraba a su hora”.
No obstante, espera que las autoridades regularicen la situación y ponga orden a este respecto. “Se debe hacer algo por controlar la situación, pues los botellones, las fiestas que se hacen en la ciudad y locales donde se juntan más de ciento cincuenta personas, no lo ve la policía. Nosotros no hacemos servicios ni en barra ni dentro, solo atendemos a mesas para actuar de buena fe, y que mi conciencia esté tranquila con la situación que estamos pasando, pero veo cualquier terraza y es un desmadre con todas las mesas juntas. Nadie controla a quienes deben cerrar a la una de la madrugada y por qué tienen que estar hasta las tres”, se lamentó.
Por otro lado, no entiende la crítica negativa que reciben los locales de Puerto Noray, pues afirma que los empresarios cumplen a rajatabla con la normativa. “La gente habla mucho en las redes sociales y al Puerto Noray lo tienen como la bestia negra, pero se ha demostrado que aquí no pasa nada, pues llevamos las cosas a rajatabla y bien, aunque me gustaría hacer un llamamiento a las autoridades para que controlen los horarios y los locales de fuera y cierren a su hora”.
Además, afirmó que constituye una gran pérdida económica si se restringe el horario en esta época estival. “No teniendo por qué tenemos que cerrar a las tres cuando trabajamos solo dos días a la semana. Si no aprovechamos los meses de julio y agosto, después de cuatro meses cerrados, ya me dirán cómo debemos afrontar la situación si se produce otro rebrote o cierre de los locales”.
En este sentido, indicó que son muchos los empleados a su cargo y así es difícil cumplir con las nóminas, aunque nunca les ha fallado. “En el ERTE teníamos a 14 empleados, más los 17 autónomos. Ahora mismo estamos en pérdida, y el año pasado he llegado a tener a 96 trabajadores. Y ahora cómo pago las nóminas. Si encima restringen los horarios y a los demás le dan vida, no sé como lo voy a hacer”.
De cualquier modo, el propietario de La Compañía espera que se dé una solución al tema y dejen de estar discriminados los locales de Puerto Noray con respecto a otros grupos del gremio. “A las tres menos cuarto de la mañana ya estoy cerrando el local, cuando antes podía hacerlo a las cinco y media. Estamos desesperados con la situación, pues todos tenemos que comer, así que vamos a trabajar. Al principio no nos daban tregua, a todas horas, con los controles, y se ha visto que en mi local no hay nada, que lo llevamos muy bien, pero por qué dentro de la Ciudad no se aplica el mismo criterio. Aquí todos iguales o nada”, concluyó Ali Boulaatour, en representación de La Compañía, El Manhattan, El Pedal de Oro, Flamingo y Pub Época.

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Antonio Calderay

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