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Medio Ambiente da por controlado el vertido de combustible en la dársena melillense y ordena reabrir las playas

El consejero de Medio Ambiente, Hassan Mohatar, confirmó ayer que a las ocho de la tarde finalmente se reabrieron las playas de Melilla una vez se pudo controlar el vertido de combustible detectado en la dársena melillense procedente, al parecer, del puerto marroquí de Beni-Enzar y que obligó al desalojo de las zonas de baño y a izar la bandera negra. Según relata el consejero, sobre las diez y media de la mañana de ayer sábado se recibió un aviso por pare de los socorristas de Protección Civil de que se había detectado “un vertido bastante importante” de combustible cerca de la dársena melillense que procedía del puerto marroquí de Beni-Enzar.

Vertido
“Una vez analizada la situación con los GEAS de la Guardia Civil y los socorristas de Protección Civil nos pusimos en contacto con las autoridades, como la Autoridad Portuaria, y Delegación del Gobierno para tomar las medidas oportunas, como fue desplegar una barrera para controlar la matera e izar la bandera negra para prohibir el baño”, dijo. También se recurrió a la Salvamar que colaboró en las labores para acabar con la mancha.

A las ocho de la tarde de ayer se confirmó a la Consejería de Medio Ambiente que se había controlado el vertido y que “no había ningún tipo de peligro”. Acto seguido se procedió a arriar la bandera negra y se izó la bandera azul para permitir a los melillenses que puedan volver a hacer uso de las playas. No obstante, el consejero Mohatar pide a los ciudadanos que hagan “un uso razonable” de las zonas de baño y se tomen las medidas necesarias para ello.

A primeras horas de esta mañana se ha previsto realizar un nuevo control de la zona del vertido y analizar las aguas para desechar cualquier inconveniente que impida el uso de las playas. Mohatar apunta que se informará detenidamente a los melillenses sobre cualquier cambio que se pueda producir.

La aparición del vertido obligó a primeras horas del sábado a cerrar las cuatro playas interiores de la ciudad como son San Lorenzo, Los Cárabos, Hipódromo e Hípica y en todas ellas se izó la bandera negra, que significa que las playas están cerradas y está prohibido no solo el baño, sino también la estancia. Por ese motivo, la Policía se encargó de desalojar las zonas de baño por el peligro que supone el contacto de la piel con el vertido.

La medida no afectó a las playas exteriores de Melilla, que son las de la Alcazaba, Aguadú, Horcas Coloradas y Galápagos. El consejero señaló a este Diario, que precisamente en la playa de Horcas se produjo ayer una importante aglomeración de ciudadanos y se ha dado orden a la Guardia Civil que actúe en la zona para que los bañistas respeten las normas de distanciamiento.

Una vez superado el peligro del vertido, las playas vuelven a estar abiertas al disfrute de los ciudadanos.

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J.A.M

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