Discusiones partidistas aparte, lo que es evidente para la inmensa mayoría de melillenses es que cuanto menos dure el actual Gobierno, mejor para casi todos. También es evidente que la aritmética electoral es la que es, nos guste o no, y que 14 suman más que 11. Hoy sí voy a comentar lo que ha ocurrido en esta levantisca -por el levante- y calurosa semana y empiezo recordando lo que sucedió en las elecciones de Galicia y el País Vasco. En Galicia, mayoría absoluta del PP, sin alianzas con otros partidos. En el País Vasco, hegemonía de los nacionalistas de derecha, el PNV. Retrocesos notables de la izquierda. En Melilla, donde desgraciadamente no puede haber elecciones anticipadas y tenemos que seguir sufriendo este patético gobierno, entrevistamos ese día a Carlos Echeverría, experto en yihadismo, quien afirmó que “ni la pandemia ha interrumpido o serenado la violencia yihadista” y que “esta misma semana ha habido una operación antiterrorista cerca de Melilla”. Hay muchas formas de yihadismo, algunas encubiertas que, como en el caso político melillense, causan mucho daño.
El martes se produjo la toma de posesión del nuevo superintendente de la Policía Local de Melilla, una extraña, inexplicable e inexplicada apuesta de Eduardo de Castro, cuyas relaciones con la Policía Local no pueden ser peores. Sería conveniente revisar el procedimiento que ha terminado con tan extraño nombramiento.
Miércoles: el PP, en el Pleno de Control, acusó a CpM de haber incurrido en “prevaricación y malversación “por lo que hicieron con los menores trasladados al Fuerte de Rostrogordo, una instalación deportiva pública, una más de las maltratadas y semiabandonadas por una Consejería de Deportes, de CpM, incapaz de tomar decisiones eficaces, sometida a los criterios partidistas e ideológicos de Mustafa Ahmed Moh, alias Aberchán, que significa “negro”, en tamazight. Por cierto, lo de alias no es negativo. Hay muchos personajes históricos conocidos por sus alias o apodos: Platón, que se llamaba realmente Aristocles; Calígula, cuyo nombre era Cayo Julio César Augusto Germánico; Pancho Villa, José Doroteo Arango; y así un largo etcétera).
Jueves: José Megías, actuando como Prometeo -el gran benefactor de la humanidad- desencadenado, nos deleita con un nuevo artículo, “La insolencia del poder”, parcialmente dedicado precisamente al Consejero de Deportes, Rachid Bussian -al que cuanto más se le conoce, más decepciona- que también es Consejero de Fomento y al que Megías termina recomendando: “No tenga tanta prisa por ser el dirigente de su partido. Si Aberchán hace lo mismo que Imbroda, y van por el mismo camino, ¡cuán largo me lo fiáis, amigo Sancho!”, cita de El Quijote muy adecuada para este caso.
Viernes, 17 de julio, “Veinte aniversario de la moción de censura con la que PP y PSOE desbancaron al Gobierno de Mustafa Aberchán”, portada del MELILLA HOY. Aberchán afirmó, aquí y acullá, hace 20 años, que la moción de censura era un ejemplo del “racismo” de las formaciones firmantes. Como decía yo en mi Carta del Editor de ayer, para Mustafa Ahmed racista viene a ser todo aquél que no le vota a él. Los firmantes de la moción de censura, PP y PSOE entre ellos, la motivaron por “la falta de transparencia del Gobierno Aberchán, su “clientelismo político”, la “persecución” de los diputados de la oposición y el “incumplimiento pertinaz” del Reglamento de la Asamblea. El Partido Popular afirma hoy, 20 años después de aquella moción, que CpM es “más radical y antisistema que en el año 2000” y se muestra “dispuesto a alcanzar un gran pacto nacional con el PSOE para desalojar a CpM del Gobierno de la Ciudad”. Desde luego un gran pacto PSOE-PP va a ser necesario en España si pretendemos que la Unión Europea nos conceda, en condiciones que podamos asumir y que la UE crea que cumpliremos, los 140.000 millones de euros del Fondo de Recuperacion que necesitamos.
Sábado: el uso de la mascarilla será obligatorio en Melilla desde el lunes. Y si no, sanciones desde 100 euros a los viandantes (que no podrán tener mascarilla gratis) y 3.000 euros a los locales que incumplan los horarios. Parece un endurecimiento excesivo, dada la situación del COVID-19 en nuestra ciudad. Parece, más que una lógica cautela, un intento más de control político de los ciudadanos, controles a los que los gobiernos ineficaces -como el nuestro- son tan propicios.
Domingo: Mustafa Ahmed, Aberchán, defiende el mal llamado gobierno “tripartito”, en el que él domina, y afirma que el PP busca volver al Gobierno “para que no aflore lo que hicieron con el dinero de los melillenses en estas dos décadas”. Con eso da razón a la respuesta inmediata del PP, vía la senadora Sofía Acedo, que recuerda a “Aberchán” que es “el único dirigente político de Melilla que está condenado a cárcel, por un hecho tan condenable como la compra de votos a cambio de trabajo en las pasadas elecciones generales de 2008”. Discusiones partidistas aparte, lo que es evidente para la inmensa mayoría de melillenses es que cuanto menos dure el actual Gobierno, mejor para casi todos. También es evidente que la aritmética electoral es la que es, nos guste o no, y que 14 suman más que 11.
