El cierre fronterizo y las medidas sanitarias por el covid-19 contribuyeron ayer a que prácticamente se triplicara el número de melillenses de religión musulmana que acudieron al matadero o a los diez puestos de sacrificio provisionales habilitados por la Ciudad Autónoma en distintos barrios de la ciudad y poder cumplir con el rito del sacrificio. Según el consejero Mohamed Mohan, ayer se sacrificaron en Melilla cinco mil corderos, todo ello bajo estrictas normas sanitarias. En declaraciones a la prensa, el consejero de Políticas Sociales, Mohamed Mohand, reconoció que el de ayer fue un día de celebración del Aid el Kebir dentro “de la nueva normalidad que marca el covid”, de ahí que “haya que entender que hay cosas que no pueden ser igual que en años anteriores”.
No obstante, dejó patente “el esfuerzo que ha hecho la Ciudad Autónoma y la Consejería para poner a disposición de los melillenses los recursos que se podían aportar para que la celebración de la pascua grande llegase a buen puerto”. En ese motivo tuvo un recuerdo para la comunidad musulmana ceutí que no pudo celebrar la pascua, a los que deseó unas felices fiestas y que para el próximo año todo esté solucionado.
Dispositivo
Confirmó Mohand que ayer no se pudieron desplegar los once puntos de sacrificio temporal previstos porque se dieron una serie de problemas en el punto de Altos del Real, porque no fue posible abrir para acondicionar las instalaciones deportivas de la zona. A pesar de ello, se habilitó un punto de información para derivar a las personas que acudieran a sacrificar su cordero, al resto de las instalaciones provisionales.
Ese fue el único incidente de una jornada que se desarrolló sin problemas, según el consejero, que confirmó que ayer en la ciudad se sacrificaron cinco mil cabezas de ganado, aunque la previsión era la de haber llegado a los seis mil “para satisfacer al conjunto de las necesidades de los melillenses”. No obstante, durante estos días “también se han sacrificado cientos de corderos para poder atender a las carnicerías”.
Asegura que en los diez puntos de sacrificio se ha producido “un pico histórico” de utilización, porque en carpas donde el año pasado “se sacrificaron uno o dos corderos, este año se han sacrificado veinte”, lo que pone de manifiesto que la iniciativa “ha tenido una buena acogida y que los melillenses han sido receptivos”.
Mohand, que indicó que desde la Ciudad Autónoma se va a seguir apostando por aportar estos recursos a los ciudadanos, señaló que en la zona de Tiro Nacional se sacrificaron ayer unos cien corderos.
En cuanto al matadero, dijo que ayer duplicó su actividad, hasta el punto de que si la media era de 46 sacrificios, ayer se llevaron a cabo cien, atendiendo así a las familias melillenses que habían concertado cita en estas instalaciones.
El consejero reiteró que en los puntos de sacrificio temporal se han seguido todos los protocolos, evitando “aglomeraciones de personas, respetando el distanciamiento social o el uso de mascarillas”, y se hecho contaban, además de la presencia de operarios que ayudaban a las familias y de veterinarios controlando el buen funcionamiento, de vallas que fijaban los flujos de entrada y salida a estas instalaciones.
Aid el kebir
El coronavirus ha vuelto a marcar una celebración festiva más en Melilla, en esta ocasión la pascua musulmana del sacrificio, que ha impedido, entre otras cuestiones, el desarrollo del tradicional rezo comunitario junto al Tercio.
No obstante ayer, tras el rezo en las mezquitas, llegó el momento del sacrificio en el que rememorar al profeta Abrahán. Los cabeza de familia procedieron a sacrificar el cordero, con un corte certero en la yugular para evitar el sufrimiento al animal y su desangrado completo y controlado.
Una vez realizada la operación de limpieza del animal, se inicia el trabajo de las amas de casa, que se afanan en preparar los sabrosos y condimentados platos típicos bereberes.
Cumpliendo también con la tradición, los musulmanes entregarán parte de la carne del animal sacrificado con las personas más pobres, porque compartir también engrandece el alma. Los pinchitos de hígado y los callos constituyen los primeros platos, tras los que, con la carne ya más reposada, llegarán los exquisitos guisos de las patas de cordero especiadas y otras exquisiteces culinarias de la variada gastronomía rifeña.
A lo largo de estos días se suceden, en torno a la mesa, los encuentros entre familiares, amigos y vecinos, con los que compartir unos entrañables momentos de hermandad.
En el Aid el Kebir se rememora la reafirmación de fe que demostró Abrahán, aceptando la difícil prueba que le impuso Dios de sacrificar a su hijo primogénito, Ismael, en la ciudad de Minan, ahora tierra santa de La Meca. Sin embargo, el arcángel Gabriel, por imperativo divino, según las sagradas escrituras, detuvo en el último momento al siervo de Dios y le ofreció un cordero para que lo sacrificara en lugar de su hijo. Los creyentes musulmanes rememoran este sagrado momento y su comunión con el Todopoderoso, sacrificando un cordero en su nombre.
