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Melilla, cuando era conocida como “La América Chica”

Espectacular imagen de la flota pesquera que existía en Melilla hasta los años 80

Hoy queremos recordar a esos pescadores que formaron parte de la tercera flota pesquera de España del siglo XX, hoy solo en nuestro recuerdo. La Ciudad era conocida, por su flota pesquera, saladeros, fábricas, militares de reemplazo, mineral, comercio, fútbol y ocio, tanto que se llamaba “La América Chica”, por ser una ciudad de oportunidad. Sin embargo, comenzaron a decaer dichas actividades principios de los años 80. El Barrio Industrial nació a principios de la primera década del siglo XX, fue el inicio de la industrialización y por albergar la mayoría de fábricas existentes en Melilla en esa época, es por lo que se la conocía por los peninsulares que venían a trabajar como “La América Chica”. Esta época dorada de actividad comercial e industrial empezó a decaer a principios de los años 80 cuando se clausuraron tanto las fábricas de conservas de pescado, el tintero de las redes en la actual calle Francisco Benítez Muñoz "Los Salazones" nº9, así como, la de galletas "La Estrella", fábricas de caramelos, fideos, garajes y talleres de los autobuses de la CTM, calle conde de Alcaudete nº10, los primeros garajes de la C.O.A situados en la calle Marqués de Montemar nº 1 y la compañía de transporte público Hispano-Francesa, cubría hasta la zona del protectorado Hispano-francés, su garaje se ubicaba en la calle Alfonso Gurrea nº12.

Aunque hoy día se sigue llamando Barrio del Industrial a pesar de no existir en él ninguna industria, se sigue manteniendo el mismo nombre como un recuerdo de lo que antaño fue. En la actualidad es un barrio completamente residencial en la que posteriormente se han abierto pequeños comercios de prestación de servicios, tales como farmacias, cafeterías, supermercados, ópticas, clínicas, tiendas de fotos y comercios de complementos para el hogar.

Hoy quedan pocos vestigios de aquel pasado, y algunos de los pocos que quedan, presentan un aspecto desolador: Un almacén inactivo, otro en funcionamiento (el de Wenceslao García Soler), y unas pocas manzanas de casas en estado semi-ruinoso, aunque algunas habitadas todavía, conformando así una mezcla en donde conviven la excelencia de edificios nuevos junto a los antiguos. Es la resistencia a la desaparición.

De entre todos ellos, el edificio más emblemático es el de la antigua compañía de autobuses CTM, posteriormente conocido como “Casa Montes Hoyo” ubicado en la calle Conde de Alcaudete nº10, el Gran Teatro Cine Perelló, siendo en la actualidad el único cine abierto y conserva su fachada de la época situado en la calle: Polavieja nº 33, así como el antiguo saladero de Wenceslao García Soler, ubicado en el Paseo Marítimo nº3, y por último, la antigua fábrica de licores de “Ramírez Sogorb e Hijos”, ubicada en la calle Alfonso Gurrea nº11.

Melilla en el siglo XX tuvo una de las tres flotas pesqueras más importantes de España.

El barrio contaba con varaderos y astilleros suficientes para la construcción y reparaciones de barcos pesqueros. Para ello contaba con excelentes carpinteros de rivera y calafates.

Anécdota:
Era muy habitual ver a cientos de mujeres (250 por cada saladero de media), que aguardaban en las inmediaciones de los saladeros o junto a las entradas de los mismos para iniciar la jornada laboral, ya que dependían de la pesca para trabajar y cobrar, en esos tiempos, la cantidad de 40 pesetas la hora. Tenían un sistema muy curioso de empezar el trabajo y era mediante el aviso de sirenas que cada uno de los saladeros tenía en sus exteriores. Cada vez que la flota pesquera hacia entrada a puerto y una vez confirmada las capturas, los encargados o propietarios de los saladeros se adelantaban a sus respectivas empresas y avisaban mediante toques de sirena para que las trabajadoras estuviesen preparadas e inmediatamente pudieran entrar a trabajar para limpiar el pescado.

El bar “Los Salazones” fue inaugurado en 1965 y se encontraba situado en la calle Francisco Benítez Muñoz "Los Salazones" nº 3, (antigua calle Conde de Alcaudete nº17). Con anterioridad fue una fábrica de madera de pinsapo, especial para fabricar barcos de pesca, fue propiedad de la familia Benet hasta 1960.

Al cerrar dicha fabrica, el local fue adquirido por la familia Benítez como bar siendo el único en Melilla que servía tapas de carne de tortuga marina ya que abundaban en la playa de los Cárabos, constaban de un peso de entre 10 y 15 kilos. Eran muy consumidas y su sabor recordaba a la ternera. Se dejaron de servir dichas tapas por la desaparición de las tortugas a finales de los años 70.

La flota pesquera, realizaba una captura de alrededor de 9000 toneladas anuales, la mitad iba destinado al consumo fresco, tanto para los melillense así como a la provincia de Nador y, la otra mitad iba a los saladeros y el salazón.

La flota pesquera melillense era muy numerosa y en su mayoría procedían de distintas ciudades de la península como: Almería, Alicante, Cadiz, Málaga, Murcia, Castellón y Tarragona.

Por Farid Mohamed

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