Ellos no se han ido. Hace ya cinco meses que empezó esta pesadilla del Covid-19, luchando contra un bicho que se metió en sus vidas y en sus casas. Han recibido los aplausos y miles de detalles de una sociedad, la melillense, que desde el primer momento les brindó su apoyo. Fueron muchos días de duras horas de servicio en la ambulancia, durmiendo lejos de sus familias por temor al contagio, de sus padres, de sus mujeres, maridos e hijos.
Hoy todo vuelve a empezar y parece que muchos nos hemos olvidado de su duro trabajo, días de mucha calor en los que, mientras muchos estamos en casa con el aire o el ventilador, ellos trabajan bajo un traje, el famoso EPI, donde bajo el mismo, se alcanzan más de 40 grados de temperatura, haciendo que algunos de ellos caigan exhaustos de calor y deshidratación.
Por ello hoy mi agradecimiento es para ellos, porque sé por lo que pasan cada día, sin querer casi hablar para no preocupar a sus familias. Es un orgullo tener a uno de esos héroes en casa, por ello pido que sigamos apoyándolos como al principio porque ellos, aún siguen ahí, velando por la salud de todos. Gracias por todo lo que hacéis. Por María del Mar Mejías García
