Día a día crece el malestar entre los vecinos de las viviendas situadas junto a la plaza de toros que denuncian que este emblemático inmueble se ha convertido en un segundo CETI al que trasladaron ayer los inmigrantes que protagonizaron el último salto fronterizo, y que se suman a los marroquíes varados y a los exmenas que han dejado de estar acogidos por la Ciudad. Los vecinos demandan explicaciones a las autoridades y que tomen cartas en el asunto. En redes sociales, una vecina de las viviendas del Grupo Orgaz se pregunta por qué los inmigrantes que ayer lograron acceder a Melilla en un nuevo salto a la valla han sido trasladados a la plaza de toros cuando se vendió que iba a ser “un lugar para familias y marroquíes en general atrapados en Melilla por la pandemia y el cierre fronterizo”.
“Está visto que no, que los acogidos cada vez tienen otro perfil muy distinto”, y recuerda que el presidente Eduardo de Castro aseguró que estas personas están en la plaza de toros porque “no hay otro sitio”, pero le recuerda que “jamás se ha utilizado como un Ceti 2”.
Asegura que “lo peor no es esto solo, sino que también es un centro de exmenas, es decir jóvenes que ya han cumplido mayoría de edad y que, por tanto, no pueden estar en los centros de menores, cuyo perfil difícil y conflictivo en muchos casos, reafirma que la Plaza de Toros no es lugar para acogerlos y menos mezclarlos con familias si es que aún las hay en la susodicha Plaza”.
Deja patente esta vecina que no tiene nada en contra de los menores extranjeros no acompañados acogidos por la ciudad que “aprovechan la oportunidad que se les da” y que incluso “se encargaban de la Plaza de Toros cuando estaba abierta como centro de visita cultural y hacían un gran trabajo”. Convertido en un CETI “ahora ya no se apuesta por mantener y revalorizar nuestro patrimonio histórico-artistico; tampoco por trabajar el turismo cultural que supone mantener en buen estado ese patrimonio”.
“Se crea un Ceti 2 sin previo aviso con una vertiente añadida de especie de centro de reforma oficioso; se mezcla a perfiles de población inmigrante de muy distinto rango sin mayor criterio que pueda justificarlo; y se degradan nuestro patrimonio y un sector vecinal al que no se avisa ni se le dan mayores explicaciones”, apostilla.
Esta residente en la zona, que recuerda que hace unos días pidió a las autoridades competentes que aclarasen el perfil de los acogidos en la Plaza de Toros “porque ya ni se ven familias ni mujeres”, tiene claro que el recinto “se ha convertido en algo que no tiene nada que ver con el supuesto fin que iba a dársele en el confinamiento”. Lamenta que “nadie explica nada” y que “ni siquiera hay vigilancia policial permanente, al contrario del CETI original, que siempre está protegido y vigilado por la Guardia Civil además de los agentes de seguridad privada”. Deja claro que “alguien tiene que pronunciarse, porque no basta con decir que no hay más sitios donde crear esta especie de CETI 2 y, a la vez, centro de reforma oficioso de jóvenes extranjeros problemáticos”.
“Vamos para atrás. Entre la asfixia a la que nos está sometiendo Marruecos cada vez con más encono y la torpeza e insolvencia demostrada del Gobierno De Castro en este y otros asuntos, no podemos tener peor panorama. Hastiada”, expone.
A la intemperie
La queja de esta vecina se acompaña de una foto en la que se ve, bajo una carpa en plena acera, junto a la plaza de toros, a un grupo de inmigrantes y se pregunta si son los que protagonizaron el salto de ayer y si se van a quedar allí mientras llegan los resultados de las pruebas del covid a las que han sido sometidos a pesar de las elevadas temperaturas que registra Melilla. Por todo ello, insta al presidente de la Ciudad a que “abandone su indolencia y su conformismo, e implique a la delegada del Gobierno y sea sincero con los vecinos, no pusilánime y acomodaticio”.
