El vicepresidente de CSIF, Sergio Ramírez, explicó a este Diario que siente que el Ministerio de Educación ha abandonado a Melilla en “su peor momento” porque siendo una de las ciudades donde tiene competencias ha hecho una contratación “de vergüenza” al ser el mismo número de docentes que el año pasado sumándole solo jubilaciones.
Remarcó que improvisación, incertidumbre, miedo y caos son las palabras más utilizadas por la comunidad educativa en los últimos días puesto que no existe “una hoja de ruta clara para volver al colegio”.
Ramírez cree que van a descargar la responsabilidad de la reapertura sobre unos docentes que “ya están al límite” y se desconoce si se harán test a los docentes, administrativos, celadores y a los alumnos. Señaló que debe de estar planificado porque “no se hace de un día a otro” ya que hay muchos docentes mayores de 60 años y con enfermedades crónicas.
Se preguntan si será obligatorio la mascarilla y desde qué edad además de si habrá geles en todas las clases o se reducirá las ratios a lo mínimo.
El vicepresidente de CSIF exige seguridad en la vuelta al colegio porque está en juego la salud de los alumnos, docentes y sus familias. “Si no tenemos unas condiciones claras, este sindicato se plantará”, concluyó.
