Tras la reunión de la Mesa Sectorial de Educación celebrada ayer, 27 de agosto –más vale tarde que nunca-, más allá de la valoración positiva respecto al consenso al que hayan llegado las distintas administraciones educativas y de que se hayan acordado unas normas más o menos comunes, a SATE-STEs le surgen una serie de dudas que ponen claramente en tela de juicio la viabilidad de no pocos importantes puntos recogidos en la Guía de actuación ante la aparición de casos de COVID-19 en centros educativos.
La Guía se centra en cómo actuar ante la aparición de casos en los centros, pero prácticamente nada dice respecto a la prevención, más allá de la referencia a las Medidas de Prevención, Higiene y Promoción de la Salud frente a COVID-19 para centros educativos en el curso 2020-2021 elaborado conjuntamente por los Ministerios de Educación y Formación Profesional y Sanidad, documento que SATE-STEs considera que dice mucho qué pero poco cómo, y que precisa de un desarrollo de las medidas que o bien no se han tomado o que son claramente insuficientes.
En este sentido, cabe destacar que, de momento y en función de los documentos aportados por el Ministerio hace unas semanas, sólo sabemos que se producirán desdobles en turno de mañana, con la consiguiente reducción de horario lectivo para el alumnado, y sin que hasta el momento tengamos noticia alguna sobre el imprescindible aumento de cupo para ello.
Pero centrándonos en la Guía consensuada ayer, el documento dice que “Los centros educativos deberán contar con una figura de responsable en el manejo de COVID-19, entre cuyas funciones estará la comunicación y coordinación con los servicios sanitarios y los servicios de salud pública de su comunidad autónoma”. SATE-STEs nos preguntamos de dónde va a salir el responsable, ¿del personal docente?, ¿se va a dotar a los centros de personal sanitario especializado?, ¿se va a reducir horario y dar formación a quien lo asuma?, todas ellas cuestiones de vital importancia.
Asimismo, recoge que “existirá un canal de comunicación entre el centro educativo, el centro de salud de referencia y el servicio de prevención del personal docente”, y a este respecto cabe destacar que no nos consta que en Melilla exista tal Servicio de Prevención del Personal Docente, servicio al que se hace repetida referencia en la Guía.
Respecto a la presencialidad, la limitación en algunos niveles atenta contra el principio generalmente admitido de que la enseñanza presencial resulta imprescindible en todos los niveles, y para ello son exigibles medidas concretas que garanticen la seguridad de la comunidad educativa y de los docentes en particular. Y ello pasa, entre otras medidas y como SATE-STEs ha afirmado en repetidas ocasiones, por la reducción de la ratio sólo posible con el desdoble de los grupos y la consiguiente contratación de personal docente. La posibilidad de combinar la enseñanza presencial con la telemática nos preocupa seriamente, en la medida en que no sabemos cómo puede afectar al horario lectivo de los docentes y dados los precedentes con los módulos on line de la Formación Profesional, cuyos horarios SATE-STEs denuncia como abusivos desde hace varios años.
Por tanto, cabe concluir que todos los documentos generados hasta el momento, desde el modelo y escenario de inicio de curso hasta la Guía aprobada ayer, pecan de falta de concreción, tanto del desarrollo de las medidas como de la dotación económica y de personal para llevarlas a cabo, lo que puede dejarlos en mero papel mojado.
