Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

“El artículo ‘Legalizar Melilla’ publicado en el 85 en El País firmado por Duddú es obra mía pero para que tuviera repercusión debía ir firmado por un musulmán”

Un momento de la entrevista realizada por Jadilla a Jesús Morata

El programa Tercer Grado publica una entrevista, en redes sociales, del que fuese, allá por los años ochenta, delegado de los ministerios de Cultura y de Obras Públicas, en Melilla. Aunque el rostro de aquel movimiento fue Aomar Mohamedi Duddú, Jesús Morata fue un personaje clave en los acontecimientos que tuvieron lugar en nuestra ciudad por parte del colectivo musulmán para que fuesen reconocidos sus derechos. Por citar dos ejemplos: fue el autor del artículo publicado en El País el 11 de mayo de 1985 que dio al problema relevancia nacional y quien propuso crear la Asociación Terra Ómnium, con un nombre inclusivo, que fuera aceptado por todas las culturas y religiones de Melilla. Morata volvió en 1999 para ser candidato por el PSDM, pero, admite que se equivocó porque la información que se le ofreció era propia de “fantasía” y porque comprobó que los musulmanes de Melilla que encontró en el 99 no tenían nada que ver con los del 85. Jesús Mª Morata Pérez nació en Rioja (Almería), en cuya entrañable Escuela Nacional “Antonio Devalque” aprendió las primeras letras. Posterior y sucesivamente estudió en el Colegio Diocesano de Almería, en el Seminario de Jaén-Baeza (bajo el inolvidable rectorado de D. Victoriano Renedo), en la SAFA de Andújar (su institución más querida, dirigida por el extraordinario jesuita Miguel Ángel Ibáñez) y en el INEM Masculino de Jaén. Más adelante se licenció en Filología Románica en la Universidad de Granada y se doctoró en la Universidad de Málaga, con una tesis sobre el poeta antequerano Luis Martín de la Plaza (1577-1625). En la entrevista, Morata recordó que fue un socialista malagueño, Rafael Ballesteros, quien le introdujo en el mundo de la política, en el Partido Socialista. Esta es la parte de la interviú, referente a temas de Melilla, realizada por Jadilla en el espacio de Mohamed Omar Ouariachi. Morata, en estado puro, sin pelos en la lengua: ¿Quién le ofreció o le convenció para que aceptase el puesto de delegado de Cultura en Melilla? Los compañeros del PSOE en Málaga así como Javier Solana y Pilar Miró. Yo por entonces estaba en Málaga. No conocía Melilla, pero mi padre, que era militar, estuvo aquí y le pilló el alzamiento militar del año 1936, e hizo toda la guerra en el bando nacional. No tenía ideología, era simplemente militar. Yo traté de aplicar en Melilla el programa que el Partido Socialista acababa de presentar a la sociedad española con el que había ganado las elecciones por mayoría absoluta en 1982. La izquierda tradicionalmente ha abordado muy mal todo lo que se refiere a la presencia española en el norte de África. Unas veces por mala fe y la mayor parte de ellas por ignorancia, tristemente. ¿Cómo fue su primer contacto con Melilla? Me encontré una Melilla muy diferente a la que fue años después. Era una ciudad muy militarizada, pero no lo digo negativamente. Muchas veces se ha reprochado a Melilla la presencia militar en Melilla, que era prácticamente la mitad de la población, y se decía que influía mucho en la vida político social de la ciudad, pero no era verdad. Los errores de la política en Melilla, cuando yo llegué, eran propios de los civiles, no de los militares, que tenían una vida paralela, al margen de la política y de los conflictos entre partidos. Había una amalgama de partidos políticos, casi más que habitantes. Era una cosa muy curiosa. Cuando llegué, el Partido Socialista tenía copado el diputado y los dos senadores y, además, tenía mayoría absoluta en el Ayuntamiento. Era el momento para hacer unas transformaciones que a mí me parecían imprescindibles. ¿Qué recuerdos guarda del PSOE en Melilla y de los compañeros? Hay de todo. En general, fui muy bien acogido, pero al poco tiempo mi posición política empezó a desviarse un poco del enfoque general que entonces se imponía en la ciudad. Yo vi que las únicas fuerzas productivas reales eran el llamado colectivo musulmán. Lo demás eran mayoritariamente funcionarios y militares, pero todo lo que producía realmente era por otros que estaban mal pagados y peor documentados, y eso no podía ser posible. Personas que ni siquiera estaban dadas de alta en la Seguridad Social. Otra cosa que yo observé y me quedé estupefacto era la no documentación. La no existencia jurídica administrativa de miles de melillenses sencillamente por decisiones políticas contrarias no solamente a la legislación española, sino a los derechos humanos. En ese PSOE se encuentra usted con Aomar Mohamedi Duddú. ¿Cómo recuerda su primer encuentro? Con afecto. Estuvimos hablando bastante de la situación de Melilla. Recuerdo que, injustamente, se le acusó de algo. Hablé con un abogado de Málaga, José María Fortes (que en paz descanse), que rápidamente solventó esto en la Audiencia de Granada y se le hizo justicia en ese aspecto. Siempre hemos tenido una relación muy afectuosa y le deseé y le deseo lo mejor en esta vida. ¿Cómo influyó su amistad con Duddú en el inicio del llamado movimiento musulmán? El llamado movimiento musulmán en Melilla contó desde un primer momento con mi simpatía y con mi mayor involucración, tanto dialécticamente como ‘direccialmente’, e incluso escrituralmente, ya que había que dar a conocer, fuera de Melilla, una situación que, para un peninsular que llegaba a la ciudad, socialista, no era admisible. Cuando me enfrenté a esa situación yo no me consideraba ni un héroe, ni un rebelde ni nada de nada. Traté de hacer en Melilla lo mismo que hubiera ido como delegado de Cultura a Antequera, por poner un ejemplo. Tenían que cumplirse las leyes y aquello era una situación inaceptable. En ese sentido simpaticé con Aomar Duddú, y observé que ese movimiento no podía ser posible sino trascendía a las fronteras de Melilla. Por eso pensamos que teníamos que dar a conocer este problema fuera de la ciudad. Conseguimos un contacto con el diario ‘El País’ y se publicó un artículo que yo escribí, llamado ‘Legalizar Melilla’. ¿Cómo se gestó Terra Ómnium y cuál fue su implicación? Yo era delegado de Cultura y era quien tenía que dar de alta a las asociaciones. Hablando con Aomar le dije que una buena solución sería crear una Asociación abierta a la participación. Estuvimos hablando de nombres y entonces para no ponerle un nombre shelja ni español, le comenté de poner un nombre en latín. Barajamos dos nombres, Terra Nostra o Terra Ómnium. Yo me incliné por Terra Ómnium (Tierra de todos). ¿Cómo vivió Jesús Morata el desarrollo del Movimiento Musulmán? Prácticamente desde Málaga, porque a raíz de mi enfrentamiento con el PSOE de Melilla no soporté la presión, ya que, además a Madrid llegaban informaciones absolutamente falsas sobre mi actuación como delegado. Me reincorporé como profesor en Málaga y la seguí con todo el interés del mundo. Desde Málaga contribuí con algunos textos para la creación de la lucha. En aquel momento con el PSOE de Melilla, que dirigía entonces el desaparecido Julio Bassets, había una ruptura total. De todos modos, sentí profundamente su fallecimiento, porque, con el tiempo, yo no tengo cabida para el rencor. Él tenía otras ideas e incluso convenció al que era alcalde –Gonzalo Hernández-, una persona con la que yo discrepaba totalmente, pues considero que un alcalde tiene que ser para todos los melillenses, no solamente para un sector de la población. Morata moro, Morata traidor fue parte de la reacción de una parte de la población melillense. Yo no podía seguir en Melilla, porque había un delegado del Gobierno –Andrés Moreno Aguilar- totalmente inepto y pequeño en todos los sentidos. Era una persona muy proclive a contar las cosas con bastante lejanía de la verdad, no sé si me explico. ¿Por qué escribió ‘Carta a Ahmed’, dirigida a los musulmanes de Melilla? Yo escribí muchos artículos para los medios de comunicación, pero no los firmé, pues entonces no tendría efecto. Esa carta la hice como anónimo. Yo tenía a Ahmed, como el arquetipo del musulmán melillense maltratado por la administración. Tomé unos versos muy famosos para encabezar el poema, de Javier Celaya. A partir de ahí compuse una carta dedicada al musulmán, a sus mujeres y a la situación de explotación que tenían. Se hicieron 3.000 ejemplares y la policía, en cinco minutos, secuestró todos los ejemplares. ¿Por qué no firmó usted el artículo que aparece firmado por Aomar Duddú, y que tanto Irene Flores como el desaparecido Fernando Belmonte insistieron en atribuirle a usted su autoría? Ellos estaban muy bien informados. Fernando Belmonte era ‘mi hermano’. Políticamente teníamos muchísima simpatía. Ha sido una de las muertes melillenses que yo he sentido más en mi vida, porque no estaba en el guión que muriese Fernando. Para mí es un golpe del que es muy difícil reponerse. Él tenía una información privilegiada, porque estaba en todos los foros. Era el típico periodista de investigación. Era un lince para seguir y ‘oler’ las noticias, al igual que su compañera Irene Flores. Ellos sabían perfectamente el origen del artículo. Sabían perfectamente que si ese artículo, ‘Legalizar Melilla’, lo firma uno con apellidos ‘españoles’, como yo, no habría tenido el menor impacto en la Península. Hacía falta que alguien de Melilla, con otros apellidos sirviera como impulso y llamada de atención a las autoridades españolas y a la opinión pública. Y tuvo su efecto, ya que el movimiento musulmán encontró rápidamente una enorme simpatía entre la población española peninsular, que ahora nos parece increíble por los asuntos que han pasado posteriormente. ¿Cómo ve la Melilla actual? Melilla no se parece en nada a lo que era en los años ochenta. Era un municipio casi de Málaga. Ahora funciona como una Comunidad Autónoma cuando realmente es un municipio sin término municipal. Tiene una gran cantidad de recursos económicos que, en aquellos tiempos, no se podían ni soñar. Además, tiene una burocracia terrible, como si eso fuese la Comunidad de Madrid, cuando todos sabemos la población de Melilla. Me alegro que tenga todos esos recursos, pero que se repartieran debidamente y que se invirtiera en lo que pudiera significar una mejoría para la inmensa mayoría de la población. LA ENTREVISTA COMPLETA: https://cutt.ly/XfcEMPU

Loading

Enrique Azaustre

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€