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LA PÁGINA DE ROBLES/ La vuelta al mundo del COVID-19

El triunvirato que nos ocupa y preocupa en la actualidad

Aunque han existido posteriormente, y seguirán existiendo por la naturaleza humana, la historia reconoce en los triunviratos romanos ocurridos entre los años 60 a.C.-53 a.C. y 43 a.C.-31 a.C., a los verdaderos antecedentes de esta forma de gobierno. Pero hoy no me voy a referir a ello, sino a los tres temas que imperan en nuestra atención: la preocupante situación de la epidemia en España (y Melilla), al comportamiento ciudadano en la misma y el inicio de las clases.
España está a las puertas de los 500.000 casos, con ello alcanza ya el primer puesto en la Unión Europea, tanto por número de casos acumulados como por tasa de infectados (227/100.000 hab.), algo tan ansiado en otros ámbitos no habla bien de nuestro país, ni de su gobierno ni de sus ciudadanos. Es tal la dimensión del desastre, Francia ocupa el segundo puesto de Europa con una tasa de 92/100.000hab., que hemos vuelto al top ten mundial de países con peores datos de la epidemia; ahora la batalla se centra en mantenerla en las calles y centros de salud, para evitar que llegue-al menos de forma descontrolada-a los hospitales, y con ello el colapso asistencial de marzo y abril pasados. Es cierto, lo dicho es pasado, pero es que el futuro no lo veo más halagüeño, ya hablaremos de la reserva logística, del refuerzo de la Atención Primaria, de los centros docentes, del reparto de la financiación europea para la recuperación,….

En Melilla la situación no es mejor, el contagio se ha disparado-al igual que los datos-, y no es el escenario ideal para alcanzar la normalidad, ni siquiera para vivir en la nueva normalidad. Al avance que supuso la realización de los tests PCR en Melilla por el INGESA, no le han seguido otras posibles medidas que ayuden a controlar la trasmisión; siguen abiertas de par en par las puertas marítima y aérea al virus, al no realizarse el test a la llegada a Melilla (una medida efectiva, incluso sólo con su aplicación desde 15 de agosto al 30 de septiembre), y que hubiera permitido tener testado ya a gran parte del personal docente, entre otros colectivos de interés epidemiológico. Por otra lado, sigue aún pendiente la implantación de la Apps Radar-COVID, cuando hay ya diez comunidades autónomas que han manifestado que está operativa en su territorio (lo que no es cierto, ya lo hablaremos); y la mano del presidente De Castro sigue amagando con dar, esperemos que lo haga cuando le deje de temblar. Y una cuestión, al igual que en resto del Estado, el aumento de los contagios va a mucho mayor ritmo que el de realización de tests.

Cambio de tercio en la trilogía, recordando que desde estas líneas, y especialmente al acabar el estado de alarma, se ha incidido y reiteradamente en que la ciudadanía observara las normas higiénicas dadas por las autoridades sanitarias; también en que el comportamiento de muchos irresponsables, era el orígen de los numerosos rebrotes que están asolando España desde mediados de julio. Y hoy lo mantengo.

Pero veo con asombro, cómo Pedro Sánchez-el presidente del gobierno-, habla de relajamiento de la población, señalando a los ciudadanos como los responsables (¿únicos?) de dicho estado, con una incidencia similar a la de marzo y abril pasados; y lo hace sin reconocer en grado alguno, el que de nuestro estado actual, gran parte-la mayor, sin duda- de la responsabilidad recae en su gobierno y también en el de las autonomías, incluído el de la Ciudad de Melilla. Porque como única estrategia epidemiológica se asumió el confinamiento indiscriminado y prolongado, porque ante las numerosas alarmas que llegaron, no se fue previsor en los imprescindibles stocks de material-ni asistencial, ni diagnóstico, ni preventivo-, porque a pesar del estado en las residencias de mayores (la de Melilla depende del IMSERSO) las dejó al albur de su gestión más cercana-su Vicepresidente Iglesias tomó su dirección 24 horas, y al ver el panorama “entregó las llaves”-; y así podríamos seguir citando disfunciones, errores e imprevisiones, cuando no incapacidades, ineptitudes e irresponsabilidades. Y qué decir del hecho de que en pleno repunte de los datos de incidencia, el gobierno echara la puerta para tomar vacaciones-merecidas por algunos, inmerecidas por muchos otros que ni se habían estrenado-, injustificables para todos por la situación de España.

Por ello, y a partir de ahora, no sólo pediré la responsabilidad de la ciudadanía, sino que también la de los que nos gobiernan, que se quiera o no, es mayor que la de los ciudadanos, y para ello-además de cobrar-están en sus cargos públicos.

Pero hoy, la actualidad lo demanda, debo de referirme a lo que será noticia a partir de la próxima semana: El inicio del curso escolar 2020-21. Los gestores de educación gustaban de decir que estaban valorando todos los escenarios posibles para la vuelta a las clases, pero de todos los escenarios posibles, tenemos el peor por los datos de incidencia existentes; y encima, de las posibles estrategias para afrontarla, en mi opinión se elige la peor, no retrasar el inicio, o hacerlo más escalonadamente, o telemáticamente y ver su evolución, sino presencial y a “marcha martillo” como un dogma de fe.

Desde el pasado junio que se elaboró un documento conjunto por ministerio y CCAA, hasta el pasado 27 de agosto, no ha habido contactos-al menos conocidos, públicos y mucho menos fructíferos-; ha sido a partir del 1 de septiembre, y no de forma generalizada, cuando se ha empezado a informar a la comunidad educativa de cómo sería este curso, aunque hay equipos directivos-es justo reconocerlo-que, de forma previsora han estado preparando los centros y sus planes de COVID, sino hubiera sido así no se hubiera llegado a tiempo a las fechas previstas.

La situación epidemiológica que sufre Melilla, aconsejaba en mi opinión retrasar el inicio de las clases de 2 a 4 semanas, y en todo caso no iniciarse hasta:
1.- Realización de tests rápidos a todo el personal de los C.C.D.D., PCR a los positivos, aislamiento de los confirmados y cuarentena de los contactos de riesgo.

2.- Actividades de formación al personal de los CCDD, objetiva y profesional, lejos de sensacionalismos mediáticos, y como eje el plan de centro respectivo.

3.- Actividades de información a las familias, pueden ir desde la nota informativa a una reunión más cercana con los docentes de sus hijos, como vía para lograr su confianza y con ella su implicación.

4.- Habilitación de un sistema docente alternativo carente de riesgo, para docentes y alumnos con factores de riesgo para el COVID.

Con ello se persigue minimizar el riesgo en el ámbito escolar, y sensibilizar a toda la comunidad educativa en la prevención frente al COVID; si se actúa también en el ámbito familiar, puede lograrse algo hasta ahora no conseguido: la implicación de los jóvenes. Considero imprescindible monitorizar la incidencia en la población escolar, tanto para conocer su situación real, como para establecer una referencia a observar en la evolución, imprescindible para una racional toma de decisiones, que ayude a evitar cierres indiscriminados de aulas y centros.

La vuelta a las clases era imprescindible, ¿ pero debía de ser así?, sólo nos queda entonces desear que las medidas de los equipos directivos-basadas en las directrices del Ministerio, aquí en Melilla-, sean suficientes y observadas por toda la comunidad educativa, y otra vez dependeremos de la responsabilidad de los administrados, en este caso de los docentes y del personal de los centros, de las familias y de los alumnos.

Y acabo ya, los triunviratos no acabaron bien, Julio César fue asesinado dejando un vacío de poder ocupado por la anarquía, el desorden social y u a guerra civil; el segundo con Octavio Augusto implantando el Imperio en defecto de la República, y él fue el primer emperador de Roma (la paradoja es que fue apoyado por los republicanos).

Deseo sinceramente que éste sí, porque todos estamos en el mismo barco, y que nuestro Gobierno y su maestro pase de la suerte del capote a la de muleta, y la use con sapiencia para evitar que llegue el tercio de muerte. ( En honor a mi amigo Ricardo Fdez.)

Nota.- Por afectarme directamente, y porque parecía que iba en vías de solución, no me quise hacer eco antes, pero leo que aún colea el asunto de a qué entidad le corresponde el control de los casos no afiliados a la S.S., y ello me parece incomprensible e insoportable. Más cuando se van a hacer tests rápidos al personal de los centros docentes, y a los positivos se les deberá hacer PCR, ¿aún no se sabe quién las debe de hacer?. Cerremos la llave de paso, y evitemos la inundación, ya aclararemos de quién es la responsabilidad y el correspondiente coste, y recuerdo que estamos ante un problema de Salud Pública.

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