El presidente de la Ciudad Autónoma, Eduardo de Castro, dejó patente ayer que no es partidario de solicitar por el momento al Gobierno central la declaración del estado de alarma en Melilla, por el hecho de que otras comunidades, con un mayor índice de contagios y fallecimientos, no lo han hecho. Considera que “no es un recurso baladí” que supondría paralizar de nuevo la economía melillense, por lo que apuesta por otras medidas, como un mayor control sanitario en el puerto y el aeropuerto. También apela a la responsabilidad de los melillenses para que cumplan las normas, como el uso de la mascarilla, para evitar nuevos rebrotes. De Castro indicó ayer que los rebrotes en Melilla obligan a “adoptar medidas más drásticas” y afirma que se ha encargado al consejero de Sanidad, junto a los técnicos del área, “estudiar posibles medias para situarnos en un escenario similar al de la primera fase de desescalada y, de esta forma, estar a tiempo de evitar el estado de alarma”, algo que el presidente descarta por el momento.
Estado alarma
Entiende que el estado de alarma es un recurso in extremis, que “implicaría la paralización de la actividad económica en la ciudad, ya suficientemente mermada con el cierre de la aduana, el cierre fronterizo y con ello, la caída de las importaciones y de la recaudación del IPSI”.
Preguntado si descarta solicitar esta declaración, el presidente manifestó que es “partidario de hacer lo que permita la legislación” e insiste en que no se trata de un recurso “tan sencillo de aplicar”, y aunque no lo descarta en un futurible si “se descontrolan los contagios”, entiende que previamente se pueden adoptar “otras medidas”.
Añadió que hay otras comunidades con unos niveles de contagio y cifras de fallecimientos superiores a los de Melilla, que no se han planteado la declaración del estado de alarma, porque “no es algo baladí, es complicado”. Además, anunció que, en previsión de que fuese necesario solicitarlo, se han encargado informes a Abogacía del Estado, a la Secretaría General de la Ciudad y a los servicios jurídicos municipales para determinar cómo podría solicitarse y si Melilla, por sus competencias, puede demandarlo. Los informes se espera que puedan estar listos la próxima semana.
Sí dejó claro De Castro que el competente para trasladar esta petición al Ejecutivo central, llegado el caso, es el presidente de la Ciudad, por lo que no tendría que aprobarse con anterioridad en el Consejo de Gobierno. El presidente añadió que tampoco tendría mucho sentido cerrar Melilla durante quince días porque cuando se regresara a la normalidad, volverían los contagios, de ahí que apelara a la responsabilidad de los melillenses, a los que pide que cumplan las normas de la distancia social, el uso de mascarillas y evitar las aglomeraciones. Deja patente que “por muchas normas que se dicten, si no somos responsables, si por ejemplo no cumplimos la cuarentena que se dicta, continuarán los contagios”.
El apoyo del Ministerio de Sanidad
El presidente afirmó que el ministro de Sanidad, Salvado Illa, en las conversaciones telefónicas que ha mantenido desde el viernes, le ha dejado patente la implicación del Ministerio y su interés en ayudar a Melilla en todo lo que sea necesario. “Se ha abierto un canal de colaboración estable y permanente para afrontar en estos días la situación que tenemos en la ciudad”, afirmó.
De Castro le ha trasladado, oficialmente a Illa, la petición de que se refuercen los controles sanitarios en el puerto y aeropuerto, recurriendo para ello a la instalación de cámaras termales que midan la temperatura a los viajeros que lleguen a la ciudad. Estas peticiones se analizarán en base a los reglamentos existentes y se intentará ajustarlos a las necesidades de la ciudad. Añadió que se ha pedido a la dirección del aeropuerto y a la Autoridad Portuaria que puedan ceder un espacio a la Ciudad para realizar test rápidos e incluso PCR a viajeros de forma voluntaria.
Reitera que estos contactos y las medidas que puedan adoptarse no darán fruto si no existe una colaboración ciudadana, y es que reconoce que en estos momentos en la ciudad cuestiones como la obligación de usar mascarilla no se cumplen, y que lo mismo ocurre con las aglomeraciones.
Por ese motivo indicó que se trabaja en la elaboración de medidas de menor calado que contribuyan a luchar contra el covid, que espera puedan contar con el respaldo de la autoridad judicial y no colisionen con derechos fundamentales como la libertad de movimiento de los ciudadanos. Se pretende recurrir, por ejemplo, a las ordenanzas municipales para limitar aforos en locales y terrazas. Afirma que “hay que conjugar los intereses empresariales con la salud pública, y de la misma forma que se pide a los melillenses su implicación, también lo hacemos a los empresarios” y deja claro que se sancionará a los que incumplan las normas.
