Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

La página de Robles

La vuelta al mundo del COVID-19 Los cuatro trampolines de la segunda oleada del COVID

Viví en Corea, el barrio de pescadores para los foráneos, desde los 10 a los 27 años de edad, y entre los muchos y entrañables recuerdos de las navidades allí pasadas, tengo unas imágenes televisivas en la retina: el concierto de Año Nuevo en Viena-así conocí a la familia Strauss- y la competición de saltos de esquí de los cuatro trampolines, que se disputa entre finales de diciembre y principios de enero, en Alemania y Austria. Personalmente, me reconforta el ánimo cuando ahora las veo, porque rememoran el agradable entorno familiar de aquellos años, y también por el regusto a rosco de anís y mantecado de canela, que inunda mi paladar.
Hoy voy a hablar de otros cuatro trampolines, en este caso figurados, los que para agravar sus efectos tiene a su disposición, la segunda oleada epidémica del COVID en España, que prevista para el otoño, adelanta su llegada y puede estar ya entre nosotros; en concreto me refiero, y los cito por orden cronológico, al final de las vacaciones estivales, al inicio de las clases, a éstos les seguirá la llegada de las procesos infecciosos de vías respiratorias, y finalmente la llegada del invierno con sus efectos sobre nuestros hábitos -junto al pico gripal- , será la última plataforma que puede impulsar al COVID a un crecimiento de cifras desbordantes.

Esta separación conceptual no es real, ya que dos e incluso tres de ellos van a convivir en el tiempo, como actualmente lo hacen los dos primeros, y más tarde lo harán claramente los dos últimos; sin embargo su delimitación conceptual es imprescindible para establecer las estrategias preventivas necesarias, aunque también pueda actuarse mediante acciones conjuntas. Su importancia radica, es claro, en que cuanto más elevado se coloque el suelo (nivel de incidencia), más lo estarán estos “trampolines", y mayor “pico” alcanzará la incidencia de la epidemia en España, y por lo tanto en Melilla.

El primero, aún en acción, tuvo y tiene una gran importancia, tanto cuantitativa-han sido miles de personas las que han salido y regresado a Melilla por vacaciones-, como cualitativo, ya que nuestros destinos de enlace son ciudades de alta incidencia ( al menos-hasta ahora-, superior a la de Melilla); ello le da a este componente un alto interés epidemiológico, tanto para la trasmisión del COVID, como-y es lo más importante-para la estrategia de su prevención y control. Considero que no se ha hecho nada para controlar este factor, cuando realmente no veo cuestiones insalvables para acometer un plan de prevención; el mismo podría haber ido desde la simple-pero siempre necesaria- educación sanitaria a los viajeros (tanto a su ida como a su regreso), hasta la oferta y realización de tests diagnósticos, durante el período de interés epidemiológico que cifro en 30-45 días. El virus ha utilizado y bien este trampolín, no hay nada más que ver las cifras actuales de incidencia en nuestra ciudad, ya que el propio consejero de Salud Pública reconoce obedecen a este fenómeno. ¿Porqué se hizo caso omiso a los avisos dados desde estas líneas?
El segundo. Asistimos estos días al inicio de las clases, ya dije la semana pasada lo que pensaba sobre cómo-y cuando-, se debía haber afrontado el mismo; pero el hacerlo de nuevo tarde y con parcheos, tras 6 meses de inactividad escolar, no augura nada bueno, y ante la irresponsabilidad de los gestores ministeriales implicados, sólo queda confiar que el buen y disciplinado trabajo del personal de los centros docentes, y la responsabilidad de las familias de los escolares, logre evitar que el virus utilice para sus fines, esta nueva plataforma de impulso. Aún se podría reparar, a medias, el afrontar este riesgo y mantener el inicio de E. Infantil y Primaria (más controlables y disciplinados), y dilatar dos semanas la incorporación de E.S.O. y Bachiller, en base a la evolución epidémica.El trampolín ya está en su sitio, y el nivel del suelo para el impulso es elevado, más que nunca debemos de creer en la comunidad educativa, que además tiene una oportunidad única, para lograr la sensibilización e implicación de las familias en la lucha contra la epidemia.

El tercero. Con septiembre llega el otoño, y empieza la estación epidémica de las conocidas como virosis respiratorias representadas por el virus respiratorio sincitial(VRS), que afecta especialmente a la población infantil-sobre todo de corta edad, aunque pueda darse también en adultos-; esa mayor frecuencia en niños, le da más fuerza epidemiológica en su potencial papel como trasmisor del COVID, ya que causa cuadros respiratorios agudos que generan mayor número de contagios, por lo que la escuela pasa a ser un escenario de contagio fortalecido. La buena noticia es que las medidas preventivas inespecíficas ( distancia e higiene) aplicadas frente al COVID, son las aplicables frente al VRS, ya que tampoco existe vacuna efectiva contra el mismo, por lo que-si había dudas-se deberá incidir en su mantenimiento por mucho tiempo.

El cuarto y último, la llegada del invierno traerá las condiciones que favorecen una mayor aglomeración o hacinamiento de las personas, así como el pico epidémico de la gripe y del resfriado común, aunque los primeros casos puedan parecer en octubre; el cuadro gripal se convierte en un gran generador de partículas de contagio, tanto de gripe como del COVID si coexisten ambas infecciones. Por lo tanto, además de las medidas preventivas inespecíficas-en gran parte coincidentes con los anteriores cuadros-, la vacunación antigripal cobra en este escenario aún más valor, de un lado por su natural efecto de evitar un alto porcentaje de casos de gripe, y con ello sobre la transmisión del COVID-de modo directo-; de otro, hay estudios que hablan de una posible inmunidad cruzada entre el COVID y otros virus, lo que intervendría también en la prevención y/o amortiguación del COVID.

De hecho el Ministerio de Sanidad acordó con las comunidades autónomas, en el Consejo Interterritorial de finales de agosto, que la campaña de vacunación antigripal se adelantaría, y comenzaría en la primera quincena de octubre. Los objetivos eran por un lado centrarse en el COVID en otoño, y por otro, asegurar unas tasas de cobertura del 60-75% en colectivos de especial interés (personal sanitario y sociosanitario, embarazadas y mayores de 65 años); el primero es obvio que no se ha conseguido porque la nueva ola del COVID ya ha llegado, solo queda desear que el Servicio Nacional de Salud alcance los objetivos de cobertura citados, lo que no será nada fácil, y para ello serán precisas estrategias específicas donde antes otras han fracasado.

Reconociendo que la situación está en un contínuo cambio, ¡por ahora a peor!, no es menos cierto que en el actual cuatrimestre se atisba una situación con los denominadores comunes descritos, y que hacen posible elaborar una estrategia preventiva basal, abierta a la influencia de los cambios que se vayan produciendo; ello se hace aún más necesario porque, aunque a finales de año o inicios de 2021 exista ya la posibilidad de vacunar a los grupos de riesgo (profesional, epidemiológico,..), no será posible una vacunación masiva-que alcance una suficiente cobertura-en la población, antes de 2022.

Nota.- Melilla, su población, está intranquila, porque al notable incremento de contagios que se viene dando en el mes-y especialmente en la última semana-, se le añaden tres factores incontrolados de riesgo epidemiológico, el C.E.T.I, los MENAs y el colectivo alojado en la plaza de toros; sin ser alarmista-ni discriminador-sino realista, es perentorio que por las autoridades competentes se tomen las medidas legales necesarias, tan drásticas como sea posible, porque el descontrol del comportamiento de estos colectivos, aumenta aquella intranquilidad, y de ésta a la agitación social la distancia es corta.

Loading

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€