El título de la Columna Sanitaria de hoy era una expresión muy utilizada hace muchos años porque el aguardiente (de agua ardiente ) era un licor, que “rajaba al beberlo” y cuyos vapores también tenían sus consecuencias, si además iban acompañados de una buena dosis de tabaco. De ahí venía lo de “Vamos a matar el gusanillo”, ese gusanillo de la noche que tenía forma de mucosidad acumulada y cuyo remedio eficaz era provocar, junto con el tabaco, la tos y su compañera la expectoración, o el otro que anidaba en el estómago vacío de toda la noche y amenazaba con morderlo y saciar el hambre del ayuno. En nuestra Columna de hoy vamos a hablar de la DISFONÍA o RONQUERA, muy relacionadas con las bebidas alcohólicas de alta graduación y sobre todo si van acompañadas de altas sesiones de “Fumeteo”. Vamos, lo propio de toda celebración cuando se pierden los estribos, hoy perdidos muchas veces a pesar de los protocolos y recomendaciones “AntiCoronas”. Por el contrario la AFONÍA es la pérdida total de la voz.
La ronquera se refiere a la dificultad de producir sonidos al tratar de hablar y casi siempre por un problema en las cuerdas vocales que forman parte de la laringe, ubicada en la garganta y que es la entrada a las vías respiratorias. Cuando estas cuerdas se inflaman o infectan, se hinchan y pueden causar la ronquera. Entre las CAUSAS más frecuentes tenemos:
Resfriado Común
Reflujo de ácido desde el estómago a la garganta
Alergias
Cáncer de laringe
Tos crónica
Infecciones de vías respiratorias superiores
Fumar o beber en exceso, separadamente o a la vez
Sobrecarga o abuso de la voz como gritar o cantar
Otras causas menos frecuentes son, después de una Broncoscopia o de una Intubación, Ingestión de sustancias Caústicas, Cáncer de cuello, Inflamación de la glándula Tiroides.
El cambio de voz en los varones en la pubertad no se considera ronquera.
La Ronquera puede ser esporádica o aguda y crónica. La forma esporádica o Aguda no suele precisar EXPLORACIONES, en cambio en la forma Crónica o persistente sí son necesarias. Se debe solicitar un examen completo de sangre que incluya hormonas tiroideas, una Laringoscopia (Visualización de la laringe con un espejito introducido en la boca) Cultivo para detección de gérmenes, de la zona en cuestión, Pruebas de Imágenes (Rx de cuello, Ecografía y TAC de cuello si fueran necesarias) El Médico de Atención Primaria o el Otorrino marcarán la ruta exploratoria a seguir así como el TRATAMIENTO más adecuado para cada caso en particular.
No obstante es imprescindible observar una serie de Cuidados que suelen ser suficientes para la desaparición de la ronquera, en muchos casos, a saber: Hable solo cuando sea necesario e imprescindible, beba mucho líquido, evite gritar, cantar, susurrar y fumar, tome medicación para reducir el ácido del estómago si tiene reflujo, aumente la humedad del aire con un vaporizador.
Consulte con su médico si aparece ronquera en un niño menor de tres meses o si babea en un niño pequeño, si la ronquera ha durado más de una semana en un niño o más de dos-tres semanas en un adulto.
