El presidente regional del PP en Melilla, Juan José Imbroda, anunció ayer que el partido retira “la mano tendida”, el ofrecimiento de pacto al PSOE local para llevar a cabo un cambio de gobierno y deja patente que, hasta las próximas elecciones, realizarán “cien por cien una oposición constructiva defendiendo los intereses de los melillenses”. Considera que en el gobierno tripartito “no saben qué van a hacer con Melilla y su futuro, pero nosotros no vamos a permitir que se hunda utilizando todas las medidas a nuestro alcance”. Imbroda aseguró ayer que el PP podía haber mantenido dos posturas en esta pandemia, la posición “cómoda de la oposición, o la del interés de arreglar este desaguisado, porque este es un mal que se puede convertir en tragedia”, de ahí que hayan apostado por aportar sugerencias y propuestas “aunque no se han tenido en cuenta”.
Mano tendida
De hecho, ha reconocido que “han tendido la mano al PSOE” para llegar a un acuerdo porque “para Melilla sería muy importante y beneficioso que las dos formaciones nacionales con capacidad para gobernar España estuvieran de acuerdo en sacar a Melilla” tanto de la situación generada por la crisis como por su situación geoestratégica.
Ha afirmado que, aunque “éste sería un buen acuerdo”, ha lamentado que “hasta ahora ha sido infructuoso” porque ha aseverado que el PSOE local “se dedica a ser palmero, colaborador y cómplice de Mustafa Aberchán (CPM) y de este presidente que tenemos, Eduardo de Castro, que no sabe ni a dónde va”.
Por todo ello, el PP retira su oferta de acuerdo a los socialistas y anuncia que se dedicará los dos próximos años y medio que restan hasta las elecciones “a ejercer como oposición al cien por cien en defensa de los intereses de los melillenses para que este barco que se hunde cada día más, se pueda reflotar con el PP, aunque costará hacerlo”.
Hizo un llamamiento a la “movilización general de los melillenses para que apoyen una alternativa real” que entiende es la que representa el PP y “podamos recuperar la ciudad”. Ha apostillado que el Partido Popular tiene “la legitimidad moral, política y democrática suficiente para usar los medios legales a su alcance para que esta situación no vaya a peor” y ha añadido que llevarán a los tribunales todas aquellas cuestiones que “estén mal y puedan ser presuntos delitos”.
Ha asegurado que el gobierno tripartito “no sabe qué van a hacer con Melilla y su futuro, pero nosotros no vamos a permitir que se hunda utilizando todas las medidas a nuestro alcance”. Así, durante estos dos próximos años y medio “haremos una oposición constructiva luchado por Melilla, y en las elecciones se verán los que anteponen los intereses de Melilla a los partidistas y los que buscan intereses partidistas”.
Ha reiterado que ya el PP “no ofrece nada” al PSOE, y afirma que se dedicarán a realizar una oposición “pura y dura, pero no para destruir, sino para proponer cosas, aunque hasta ahora no nos han hecho caso”.
También ha desechado la posibilidad de presentar una moción de censura contra el Gobierno tripartito que preside Eduardo de Castro porque en Melilla, según la ley de régimen local, sólo puede recurrirse a este tipo de iniciativas siempre que estén respaldadas por una mayoría absoluta, es decir, 13 diputados y el PP solo cuenta con 10.
“Recibimos muchísimas peticiones de los melillenses que nos dicen que hagamos lo necesario para acabar con esta situación, pero tenemos 10 diputados, nos faltan tres para cambiar esto y el PSOE no ha querido, por lo que no está en nuestras manos promover una moción de censura para desplazar a este gobierno. Haremos oposición”, reiteró.
Falta de control
Imbroda dijo que Melilla se encuentra a la cabeza en nuestro país en cuanto al número de contagios por covid-19 y aunque reconoce que “no es fácil la lucha contra el coronavirus, sí que se puede hacer mejor que como se ha estado haciendo en Melilla, y no podemos callar más ante tanta desidia y falta de planificación y control”.
Afirma que existe un claro descontrol en Melilla a la de hacer frente a la pandemia y recuerda que sindicatos sanitarios y colegios como el de médicos, enfermería o psicología “han salido para pedir mayor control porque esto es un desastre”. Tiene claro el popular que cuando se da “una situación de emergencia” como la presente, toda la gestión política que desarrolle cualquier gobierno debe estar enfocada en aportar soluciones, pero “aquí, en el Gobierno tripartido, cada uno ha ido a su esquina”.
Imbroda mantiene que el Ejecutivo local “no ha trabajado en la economía de la ciudad a pesar del cierre fronterizo” y añade que no ha planteado alternativas ante la situación de “quiebra económica que supondrá para Melilla” la decisión del país vecino de endurecer su posición en este sentido.
Además, apostilla que no se han adoptado “medidas sociales de impacto para ninguna economía privada, no hay medidas para los emprendedores, autónomos o pymes y las tomadas, además de cicateras, no incluyen a todos los sectores y aún no se ha pagado ni un euro”.
Esta situación contrasta con la de Ceuta donde “en mayo empezó a pagar estas ayudas”, una ciudad que a pesar de tener “nuestra misma situación estratégica y geográfica, tiene menos contagios, pero ahí está lo que es un gobierno que lo hace bien y uno que es un desastre”, aseguró.
El “esperpento” de Altos del Real
Imbroda calificó de “esperpento” que el presidente Eduardo de Castro “haya elegido la peor opción” a la búsqueda de un espacio para trasladar a los contagiados del CETI para cumplir la cuarentena, como ha sido la Ciudad del Fútbol en Altos del Real, a pesar de que incluso Delegación del Gobierno, como hizo el PP, apostaba por Rostrogordo. La solución “era sencilla y menos costosa”, trasladar a los menores que acoge al Centro de Purísima y utilizar este recinto ya acondicionado para los positivos del CETI, pero afirma que si no se ha llevado a cabo es porque este centro de menores “es un negocio de colocaciones para CPM”.
El presidente del PP, que anunció que llevarán el expediente de Rostrogordo a los tribunales, acusó al Gobierno tripartito de haber aprovechado el Estado de Alarma “para cualquier otra cosa menos para ayudar a la población; para hacer contratos ilegales, obras que no tenían que hacerse, y todo en beneficio de intereses partidistas”.
