Nunca vivió Melilla una situación tan compleja, marcada por la frontera y la pandemia. Estamos viviendo los tiempos más difíciles de nuestra historia. Es un momento de ser o no ser. El futuro inmediato de nuestra ciudad es muy preocupante a nivel económico y sanitario. Los dirigentes que tenemos para llevarnos a las resoluciones de estos problemas son los más incompetentes de nuestra vida política de los últimos 40 años.
ECONOMÍA
Por fin, ha movido ficha el gobierno local con las ayudas a empresarios. El pasado martes en el BOME se publicaron las primeras ayudas después de varios meses de anuncios. Se han cubierto de gloria con esta primera entrega: 222.00 euros para 38 empresas. Y estarán muy orgullosos por este enorme esfuerzo en favor de los melillenses.
A este ritmo los 12.000.000 euros de crédito que pidieron a un banco no se va a ejecutar. Normalmente, cuando se toma una medida como ésta, la primera entrega es más grande para inyectar liquidez en la economía local y dar una esperanza al tejido productivo. Por ahora tiene más de decepción que de ilusión.
Esperemos que se gasten el crédito para lo que fue solicitado porque para tenerlo en el banco no tenemos que estar pagando intereses. Les voy dar una sugerencia para que se gasten parte de este dinero. Está muy bien el fin previsto. El objetivo de estas ayudas es que haya capital circulante en la economía de la ciudad.
El señor consejero, “el niño maravillas”, no sé si sabe que es también consejero de Consumo. Supongo que en estos meses de cierre de la frontera y pandemia habrá mandado hacer un estudio sobre la incidencia de esta situación en la cesta de la compra.
Al menos, los que vamos a la plaza nos hemos dado cuenta de la subida de precios justificada o no. El hecho es que muchos productos, al menos, han duplicado su precio.
Se imaginan a los pensionistas de régimen no contributivo, que son los que tienen las pensiones más bajas de nuestra ciudad, cómo ha podido influir la subida de precios en su calidad de vida.
Por eso quiero proponer a quien corresponda del gobierno (ya no sabemos quién manda), que del crédito de los 12.000.000 eruros se destine también a dar una ayuda finalista, de al menos 200 euros al mes, a estas personas. Y no contradice esta acción con el objetivo del crédito, porque es inyectar dinero para los comerciantes, si estas personas tienen más capacidad adquisitiva al sector le irá mejor y estas personas tendrán un poco de mejor calidad de vida. Estas personas mayores necesitan menos circo y más trigo. ¡Acuérdense ellas, por favor!
SANIDAD
No tenemos competencias de esta materia, porque no somos autonomía. La responsabilidad la tiene la delegada del Gobierno y el director del INGESA, pero han preferido esconderse tras “el niño maravillas”, el locuaz consejero. Estos no han establecido un protocolo para que los posibles afectados tengan claro lo que tienen que hacer.
Por ejemplo, cientos de funcionarios públicos que tienen la condición de mutualistas. Si, por ejemplo, han estado en contacto con un positivo, hasta que no presenten síntomas nadie les hace la prueba ni el seguimiento y son tratados como una pelota de ping-pong: la aseguradora privada le envía a la sanidad pública y esta los remite a la privada.
Si caes en manos de la sanidad pública por haber estado en contacto con un positivo, no te hagas ilusiones. Tardarán dos o tres días en conectar contigo, otros dos en realizarte la PCR y 24 o 48 horas en saber el resultado. O no, porque si la envían a Madrid, como ocurrió la última semana debido a que se rompió la cadena de frio de los reactivos, te verás envuelto en un bucle interminable de silencio sobre tu estado de salud.
Esta situación, la están sufriendo muchos melillenses debido a la gestión de la pandemia COVID-19, solo acompañados por el silencio y la falta de trasparencia. La clase política gobernante actual, tan valiente y crítica cuando estaba en la oposición, se reconvierte en cobarde y se escuda en el silencio cuando el viento no le viene favorable.
Lo dicho más arriba, la peor situación de Melilla, los políticos más incompetentes.
PD: Los dirigentes políticos que tenemos actúan bajo demanda o exigencia de sus “amigos”. No tienen ninguna capacidad de iniciativa.
