El PP acusó ayer al presidente del Gobierno de Melilla, Eduardo de Castro, de haber propiciado con su gestión la conversión de la ciudad en “un centro permanente de inmigrantes” y ha dejado claro que los melillenses no quieren ser “el CETI de España ni de Europa”. La diputada local del PP Isabel Moreno lanzó esta acusación contra De Castro durante el Pleno de Control al Gobierno celebrado ayer, en el que los populares plantearon dos interpelaciones relacionadas con la situación de la pandemia, “agravada por el acogimiento de los extranjeros que están en situación irregular”, tanto adultos como menores. Moreno recordó que, durante la pandemia, se han abierto tres centros migratorios nuevos en Melilla, uno de ellos para la acogida de menores en el Fuerte de Rostrogordo, que supone un desembolso de 250.000 euros mensuales a las arcas públicas de la Ciudad Autónoma, y que denominó “chiringuito” del principal partido del Gobierno local, Coalición por Melilla (CPM).
Otro de los centros se encuentra en la Plaza de Toros, que cuesta más de 400.000 euros mensuales, según Moreno, y que, además de estar provocando un “franco deterioro en ese patrimonio de Melilla”, más de 500 personas se encuentran “en condiciones inhumanas y de insalubridad” debido a que no son unas instalaciones aptas para acoger a un colectivo tan numeroso.
Además, “se está exponiendo a los vecinos a una situación penosa y dramática” porque son testigos diarios de “reyertas e incidentes de todo tipo” provocados por algunos de los acogidos en dicho albergue provisional instalado a mediados de abril, mayoritariamente marroquíes atrapados por el cierre fronterizo.
El tercer centro al que se refirió Moreno es el centro de aislamiento habilitado en la Ciudad del Fútbol, en los Altos del Real, donde la Ciudad Autónoma ha desembolsado más de 70.000 euros “en los escasos días de vida de esta instalación”.
Ello, a pesar de la “oposición frontal de los vecinos y la inmensa mayoría de melillenses, que no quieren que Melilla se transforme en un centro permanente de inmigrantes” y que es algo de lo que acusó directamente a De Castro, “al albur de los intereses espurios de CPM mientras el PSOE está de perfil”.
La diputada popular dejó claro que Melilla “no tiene capacidad suficiente para soportar tanta presión migratoria, máxime en medio de una pandemia sin precedentes”, e insistió en que la apertura de nuevos centros en diferentes barrios “pone en riesgo la salud pública de los vecinos y de todos los melillenses”, además de a los cuerpos de seguridad, “a los que pusieron en riesgo” en el motín del CETI.
No hay quejas
De Castro, por su parte, afirmó que nadie se ha quejado desde la puesta en funcionamiento del centro de aislamiento de inmigrantes en la Ciudad del Fútbol y se defendió al recordar que la Ciudad Autónoma no tiene competencias en materia migratoria. También mostró recortes de periódico de 2014 y 2015, cuando el CETI estaba saturado con el Gobierno del PP.
Asimismo, negó la acusación de Moreno, que aseguró que De Castro mintió a los representantes de la asociación de vecinos del Barrio del Real al decirles que no había nada decidido sobre la ubicación de ese centro de aislamiento, puntualizando que la decisión no la tomó él, sino la secretaria de Estado de Migraciones, que pidió ayuda a la Ciudad Autónoma.
El presidente melillense aclaró que desde dicha administración pública se ofrecieron tres posibles ubicaciones para aislar a los inmigrantes del CETI afectados por la pandemia y fue la Secretaría de Estado la que eligió la Ciudad del Fútbol. Acusó al PP de “aleccionar” a los vecinos del Real en sus protestas por esta medida.
