La organización Guelaya, con el objeto de promover la creación de las Zonas de Bajas Emisiones en la ciudad de Melilla, considera necesario que la población “conozca la información científica disponible y olvide las declaraciones políticas que ha escuchado durante los últimos años restando importancia a la contaminación atmosférica en la ciudad”. Los ecologistas señalan que los resultados de los análisis de la calidad del aire realizados en Melilla en 2013, refrendados por los de 2019, “demostraron varias superaciones de valores límite en dos contaminantes, partículas grandes PM10 y ozono. Además, también debe preocupar el caso de los óxidos de nitrógeno.
En las PM10 los datos del Parque Hernández, superar el valor límite 320 veces en 3.972 mediciones que se hicieron durante los quince días que duró la campaña. Es decir, “supera el límite un 8% de las veces, presenta dos picos de superación del valor límite muy elevados, a principios y a final de la campaña. El último de estos picos coincide con un periodo de condiciones meteorológicas de lluvias”.
Estos valores se ven confirmados en los estudios realizados del 12 de enero al 12 de marzo de 2019, con mayor precisión si cabe: “Las partículas PM10 han superado el umbral inferior de evaluación en 25 ocasiones, y el umbral superior de evaluación en 18 ocasiones, ya que, con el periodo de análisis de 3 meses, es previsible que a lo largo del año se superen estos umbrales más de 35 veces, límite establecido por la legislación a partir del cual es obligatorio efectuar mediciones de calidad del aire en lugares fijos”.
Ozono
Por otro lado, los datos del Ozono en dicho parque, en 2013, señalan que el valor límite para el ozono “se sobrepasa en dos ocasiones durante la campaña de mediciones, un total del 2% respecto al total de las mismas, llegando a alcanzar valores de 325 μg/m³ en su punto álgido”. Normalmente los niveles elevados de ozono “son más frecuentes en los días calurosos o en zonas densamente pobladas, ya que se emiten los precursores necesarios”. Estos niveles elevados “no pueden atribuirse únicamente a fuentes naturales, el tráfico y la acumulación de precursores de ozono contribuyen a estos niveles”.
No obstante, en los análisis del año 2019 no se registraron niveles extremadamente altos como los del año 2013, pero se recomienda tener una estación de control y verificar los objetivos a largo plazo, porque “se ha de tener en cuenta que para evaluar este contaminante es necesario realizar un seguimiento del mismo durante la época estival”.
NO2
En cuanto a los óxidos de nitrógeno, NO2, tanto en los análisis del 2013 como en los de 2019 los niveles los valores han estado muy próximos al umbral inferior de la concentración horaria máxima, recomendándose su seguimiento, relacionado claramente con la central de Endesa y con el tráfico.
Por ello, la gente de Melilla debe considerar que sí hay motivos de salud para preocuparse, teniendo en cuenta, además, que los niveles legales en España no son seguros según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y que va a ser difícil salir de las emergencias que vivimos si no unimos como una sola las emergencias climáticas y sanitarias”.
