“El Big Data -que es un gran negocio- no solo aparece en la forma de Big Brother (el Estado Gran Hermano de Orwell) sino también de Big Deal (el Gran Desafío o el Gran Negocio). El Big Brother y el Big Deal se alían. El Estado vigilante y el mercado se fusionan”. Conscientes o no de que no será y no ha sido lo estadísticamente probable, sino lo improbable, lo singular, el ‘acontecimiento’ lo que determinará la historia, el futuro humano”. (“Psicopolítica”, del filósofo coreano -del Sur, claro- Byung-Chul Han).
El ‘acontecimiento’, según Foucault, es una inversión de las correlaciones de fuerza, el derrocamiento de un poder. El consenso es visto como problema, no como solución. “La violencia del consenso reprime los idiotismos”, concluye Byung- Chul Han, que define al idiota (“Sócrates, que solo sabe que no sabe nada, es un idiota”) como “un idiosincrático”, o sea, un ser con un conjunto de rasgos y un carácter distintivo, que representa “una praxis (un ejercicio) de la libertad” y es “un hereje (herejía significa elección libre) moderno, que dispone de una elección libre”.
Contra “las republicanetas que algunos defienden y llevan en sí la semilla de la auto destrucción” se ha pronunciado ahora Felipe González, el que fuera líder indiscutido del socialismo español. Ahora, según el dominante socialismo comunista de Sánchez, al que Felipe González desprecia, él, el antiguo líder, apenas existe, es un “idiota”, como Sócrates, un idiosincrático, un socialista ahora distinto, con un carácter distintivo que representa un ejercicio práctico de libertad, inadmisible para un socialcomunista como Pedro Sánchez. Ahora, el otrora idolatrado Felipe González no existe para los numerosos gloriarojas que idolatran al nuevo líder del PSOE. Cambia, todo cambia… menos la lamentable e insoportable estructura política de Melilla.
También cambia el mundo digital. En Estados Unidos hay una empresa, todavía poco conocida, que ya ha tenido una gran influencia en el resultado de las elecciones norteamericanas. La empresa se llama Acxiom, ha sido bautizada como “el Gran Hermano de Arkansas”, gestiona información precisa de uno de cada diez adultos con capacidad de compra que hay en el mundo y comercia -como indica el libro de Byung-Chul Han- con datos personales de más 300 millones de ciudadanos estadounidenses. Acxiom “sabe más de esos ciudadanos que el FBI” y clasifica a los individuos en 70 categorías, desde los consumidores con valor económico escaso, a los que denomina ‘waste’ (basura), hasta los ‘shooting star’, los más dinámicos y con un valor de mercado superior. En 2019 vendió datos por valor de 1.130 millones de dólares.
De lo general paso a lo particular. El nombre Ana, de origen hebreo, significa benéfica, compasiva y se asocia con una mujer creativa, amable, emotiva, cordial. Una extraordinaria, entrañable persona, Carmina Hernández San Martín, a la que conocí de muy niña, ahora madre de dos hijas, a la segunda de las cuales le ha puesto el nombre de Ana, escribe (MELILLA HOY del pasado domingo) un emotivo, admirable -como es ella- artículo descubriendo que el significado primigenio de Ana es el de “bendecida por Dios”.
Para mí Ana es un nombre muy querido. Así se llamaba mi madre, así se llama mi hija, que sigue haciendo ciertas las cualidades que se asocian con su nombre, las de benéfica, creativa, amable, emotiva y cordial, además de sumamente inteligente. A Carmina Hernández San Martín, para mí siempre “Carminita”, le deseo lo mismo para esta nueva persona, su segunda hija, llegada al mundo en esta turbulenta época de pandemia y angustias. Y, como escribe ella al final de su gran artículo, le deseo también que la vida las proteja ahora y siempre.
Posdata
Melilla tiene un solo diputado en el Congreso español. Ese diputado es ahora Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, Fernando para los amigos -como es mi caso-, Otazu para la mayoría de los melillenses y como recuerdo a su ascendencia bilbaína. Antes de empezar la entrevista publicada el martes que le hizo Francisco Bohórquez, este le dijo/preguntó al diputado “eres de Bilbao” y Fernando le contestó, con su agudo sentido del humor, “no, Bilbao es mío”, que es como contestaría cualquier bilbaíno que se precie de serlo. Nuestro diputado tiene humor y, algo muy raro en la mayoría de los políticos, resulta creíble. Por ejemplo, afirma: “cuando acabe la legis¬latura seguiré estando disponible para servir a los españoles, si es en la política será en la política, sino donde me toque”. Todos los políticos dicen lo mismo. La inmensa mayoría transmite la impresión-corroborada posteriormente por los hechos- de que mienten. El político Otazu es un rara avis, un político singular que transmite lo contrario, o sea, te hace creer, y crees, que lo que te dice es cierto.
