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Cañada Viva! asegura que las “penurias económicas" de las familias se han visto recrudecidas por el COVID-19

Imagen de archivo de algunos de los pequeños de Cañada Viva!

José Luis Villena, representante de Cañada Viva!, explicó a este Diario que muchas familias están sufriendo “penurias económicas” en este inicio de curso que se han visto recrudecidas con los efectos del coronavirus. Asimismo, señaló que en Melilla “no se sabe las condiciones en las que sobreviven muchas familias y que solamente soportan lo que se les viene diariamente encima”. Por ello, confían en el resultado de varias convocatorias de ayudas a las que han optado para revertir algunas de estas situaciones. También, les gustaría que Medio Ambiente pudieran ayudarles con el tema del camino escolar. José Luis Villena expuso que han empezado este curso académico con “pocos medios y muchas necesidades” a atender respecto a la alimentación, material escolar además de las acciones que realizan desde hace años como las formativas, culturales, deportivas, etc.

Señaló que las restricciones para el uso del colegio también es un problema porque en la atención organizativa de la pandemia se ha pensado “poco o nada en la imprescindible acción de las AMPA”.

Sobre las actividades, detalló que ‘Campeones para la Cañada’ siguen con sus entrenamientos, el ‘Nido de Libros’, la biblioteca de la Cañada ha supuesto “un soplo de aire fresco” con mucha más demanda de lo que pueden ofrecer; la biblioteca viajera por las calles del barrio y la “intensa actividad” asociativa como AMPA, atendiendo peticiones de diversa índole cada día y a veces cada noche.

Asimismo, resaltó que tienen cierta colaboración con la Ciudad Autónoma; con el Banco de Alimentos y con Guelaya Ecologistas en Acción, que van a desarrollar hoy un taller de elaboración de “bombas” de semillas para replantar el espacio agreste.

Respecto al aforo, Villena apuntó que lo han ido ajustando constantemente a lo que se va indicando por las autoridades sanitarias, a pesar de que se les “agolpan las solicitudes de madres y padres que ven cómo el día se hace eterno y no tienen posibilidad de dar una atención educativa y cultural complementaria a lo poco que están en clase o los niños sin escolarizar”.

El responsable de Cañada Viva explica que la vuelta al cole se ha producido con “un nivel de resignación quizá demasiado alto ya que la hipoteca que supone para familias vulnerables o en la trampa de la pobreza el perder las opciones que una escuela de calidad y completa podría darles, pues es muy grande”. Detalló que están prácticamente todo el día llevando y trayendo a escolares además de las tareas de la casa y les gustaría que Medio Ambiente, a través del viceconsejero Francisco Vizcaíno, puedan ayudarles en materia del camino escolar.

En cuanto al programa de material escolar para el AMPA del León Solá que este año es mayor que otros, respondió que era “muy necesario y oportuno” porque se ha incrementado de manera “muy importante” el programa de gratuidad de libros, llegando 100% en los colegios y en el León Solá es “algo vital”.

Sobre las becas para familias vulnerables de Infantil y Primaria, remarcó que siguen teniendo un sistema de otorgamiento “muy mejorable, con numerosos fallos e incongruencias, pero que ha incrementado también a más del doble su partida económica y eso se nota”.
“Las familias van a recibir más del doble que otros años, pero igualmente sabemos qué supone una hija en edad escolar y los gastos que tiene, más si pasa más tiempo en casa y hay que buscar libros de lectura o materiales añadidos”, sostuvo.

¿Cómo afecta la brecha digital?
Respecto a la brecha digital, José Luis Villena recalcó que hay problemas estructurales donde hace falta mucha implicación a diferentes niveles y “no se puede desde un despacho pretender accionar un botón que haga que todo de repente fluya”. “Hay que contar mucho más con las personas y atender necesidades básicas para poner a todo el mundo en funcionamiento y exigir que se pueda desarrollar el talento colectivo e individual para que las cosas funcionen mejor”, dijo.

Expuso que no puede ser que, en un centro como el León Solá, a pesar de las súplicas, cada verano se queden plazas de comedor vacías por problemas con la informática o con el idioma o con la burocracia. “Hablamos de que niñas y niños coman, y que coman adecuadamente, con unos mínimos de calidad, de acuerdo a las recomendaciones de las propias autoridades”, señaló. Por eso cree que hay “muchísimo camino” también por recorrer porque prácticamente la AMPA está sola en esta tarea cada curso.

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Lorena Japon

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