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“Este cierre de 15 días supondrá que muchos hosteleros no puedan volver a abrir sus locales”

Los hosteleros piden desde el desconfinamiento más información y concienciación

Carlos Crouseilles, el hostelero que leyó el manifiesto durante la concentración para protestar por las medidas de Salud Pública, recuerda que solo de este gremio dependen entre 1.500 y 1.700 empleos directos, más otros muchos indirectos. El cierre de 15 días que ha ordenado Salud Pública para la hostelería melillense a partir del domingo podría suponer la despedida definitiva de una buena parte de los establecimientos de este gremio. Así lo advirtió ayer Carlos Crouseilles, uno de los empresarios que ayer acudió a la concentración de protesta en la Plaza de España, donde además tomó parte activa leyendo el manifiesto.

Mientras sus compañeros de profesión se concentraban, muchos de ellos con pancartas recordando que no son “delincuentes” y exigiendo que no desaparezca el sector hostelero, Crouseilles, ante los micrófonos, era tajante al recordar que muchos de los que conforman el gremio viven al día y esos podrían no resistir una inactividad de 15 días, plazo que podría prorrogarse si Salud Pública así lo estima conveniente.
No en vano, este hostelero recordó que el confinamiento decretado durante el estado de alarma ya perjudicó sobremanera al sector y parte de sus compañeros han seguido abriendo, incluso con pérdidas, a la espera de que la situación remontara y se pudiera volver a la que había antes.
Sin embargo, lejos de ello, el rebrote ha provocado un importante aumento de contagios de coronavirus en Melilla y ahora las autoridades sanitarias han decretado el cierre de la hostelería, a pesar de la importante inversión en medidas de seguridad e higiénico-sanitarias que, como recalcó Crouseilles, han realizado estos empresarios para que sus establecimientos fueran lugares seguros frente a la pandemia.
“Muchos han invertido todos sus ahorros en hacer mejores sus locales y hemos estado trabajando estos cuatro meses desde la desescalada, que han sido un caos total y con medidas ambiguas”, lamentó.
La hostelería, dijo este empresario, recibe la orden de cierre como “un ataque a un sector que lo está pasando bastante mal”, en vez de ir hacia “el descontrol” de la pandemia y pese a que “en Melilla todo el mundo sabe quién lo hace bien y quién lo hace mal”. Por ello, los empresarios reivindican un mayor control, sobre todo, en vez de “medidas que fomentan la clandestinidad”.

Las ayudas
Además, incidió en la seguridad que ofrecen los establecimientos hosteleros frente al “entorno más íntimo”, ya que en un bar o una cafetería se guardan las distancias, algo que no se puede controlar en la esfera privada. Tampoco la posibilidad de abrir para reparto a domicilio es un consuelo porque, como recalcó, solo podrán recurrir a ello quienes ya ofrecían anteriormente ese servicio al tener la logística necesaria.
Otro aspecto que preocupa a los hosteleros es el de las ayudas anunciadas por la Ciudad Autónoma. “¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo?”, preguntó Carlos Crouseilles ante los periodistas para recordar que de momento “no se sabe nada”, ni siquiera “si van a llegar o no”, dada la tardanza de las que se impulsaron por el confinamiento. Además, apuntó que es posible que muchos no se puedan acoger al ERTE para sus trabajadores, ya que ayer mismo los asesores les decían que solo existía esa opción para los que ya acudieron al ERTE en la primera ola del virus.
Por todo ello, los hosteleros inciden en las reivindicaciones que vienen realizando desde que empezó el desconfinamiento, entre ellas, más información y concienciación.
Creen que, de haberse aplicado, probablemente hoy habría otro escenario en la pandemia en Melilla y no obligarían a cerrar a la hostelería, lo que afectará directamente a más de 1.500 empleos, más otros muchos indirectos, como proveedores de productos de alimentación.

Jorge Noceti: “Esto no llevará a ningún lado más que a la ruina”

Jorge Noceti, uno de los primeros hosteleros que se posicionó en las redes sociales contra del cierre ordenado por Salud Pública, acudió ayer a la concentración, donde se mostró convencido que, cuando pasen los 15 días del cierre, se podrá comprobar que los hosteleros tienen razón en sus quejas.
“Si realmente creyéramos que esta medida de cierre de nuestros locales va a parar el virus, yo soy el primero en hacerlo, pero esto no nos va a llevar a ningún lado más que a la ruina”, dijo al recordar que “la hostelería da trabajo a muchísima gente” en Melilla.
A su juicio, es incongruente que se cierren los bares y se permitan aglomeraciones que se ven a diario de personas que viajan en barco, en avión o en los centros educativos. Además, advirtió de que los locales hosteleros permiten un mayor control de la pandemia que las reuniones en casa, donde “la gente se junta sin tomar medidas”.

Javier Mateo: “Castigan al sector que tiene más control sanitario”

El exviceconsejero de Turismo, Javier Mateo, también estaba ayer entre los asistentes a la concentración. Fue a título particular, en apoyo a un sector del que ha formado parte desde 1991. En su opinión, la orden de cierre de la hostelería durante 15 días es “un castigo a un sector que es el que más control sanitario tiene respecto al coronavirus”. Esa es la razón que le llevó hasta la Plaza de España junto a decenas de hosteleros que el domingo tendrán que bajar sus persianas dos semanas.
Mateo tiene claro que las medidas adoptadas son “un parche a la mala gestión que se ha hecho desde el Gobierno local y nacional en esta cuestión”. De hecho, apuntó que en Melilla hay “otros focos que campan a sus anchas”, como los botellones, “los comercios de conveniencia que están abiertos hasta la madrugada y con concentraciones de gente consumiendo”, o quienes van sin mascarilla o con esta mal colocada.

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Redacción

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