Vaya por delante que la situación fue y es muy complicada, también en Melilla donde estamos al borde del colapso epidémico y consecuentemente asistencial, si no hemos entrado ya en ellos, ¡y del económico! ; para su resolución o control, los gestores tienen un largo y difícil camino hasta que la misma se resuelva o al menos se controle, y con ellos también lo tendrá la ciudadanía, que debe de asumir su parte de corresponsabilidad. Sin embargo, las evidentes faltas de liderazgo y de transparencia de nuestros gobernantes, incrementan la natural desconfianza hacia ellos de la población, y generan rechazo hacia la corresponsabilidad por su parte.
En esta crítica situación, el gobierno de España parece estar más preocupado en tomar medidas efectistas que efectivas, y está ahora ocupado, ¡ahora!, en elaborar un “semáforo” que simplifique la calificación de los estados o situaciones de la epidemia, para lograr una más rápida-y consensuada-toma de medidas para su control; toca preguntarse qué han estado haciendo desde el 21 de junio que acabó el estado de alarma, ya han pasado casi 4 meses y no tenemos marco legal útil o adaptado a la nueva situación-para el ámbito autonómico-que no sea el estado de alarma, ni normas sanitarias claras y homogéneas para aplicar en toda España. Esta es la herencia de la cogobernanza y la desescalada asimétrica.
La prédica. En Melilla lamentablemente no estamos mejor, incluso estamos mucho peor que la media de España, pero ya están cerrados los bares, las cafeterías, y los restaurantes, ¡ya podemos estar tranquilos!; una medida de esa rotundidad debería haber ido acompañada de otras del mismo calado y en otras esferas de la vida social, ¡y con medidas sancionadoras para ser efectivas!. Sólo así sería razonable, si no, hágase una desescalada en su apertura, cerrando primero los locales de actividad de mayor riesgo-lo dijo Salud Pública, de pie y copas-, pasando por recorte de aforos, de horarios de cierre, etc.. Y por favor, controlen todos los barrios de Melilla, ¡y especialmente a nuestros jóvenes!
La información epidemiológica que deben de tener los responsables, ¿no permite ser más quirúrgicos en las medidas adoptadas?, aprovechando el centenario de Miguel Delibes, hago un símil del político con el cazador, el bueno es el que-llegado el momento-dispara con fusil de precisión, y el malo lo hace con trabuco de postas, y aunque ambos pueden fallar, éste hace un destrozo a veces irreparable. ¡Vamos de cabeza al confinamiento!
El trigo. Hecho de menos cribados de PCRs o antigénicos, generales (guiados por la información epidemiológica) y específicos (grupos profesionales de mayor riesgo), así como un mayor y efectivo control en la observación del aislamiento y cuarentena de los casos y de los contactos; también la distribución gratuíta de mascarillas-universal o sectorizada-, o al menos bajar al mínimo su I.P.S.I.. Y como no, vigilemos nuestras puertas de entrada, ¿qué hubiera pasado si se hubiera hecho desde julio o agosto? Nunca lo sabremos.
A los empresarios afectados, esto va a durar así que aprovechen este parón, y prepárense para la época de inclemencias meteorológicas que llega (viento, frío, lluvia,..), mediante la instalación de marquesinas adecuadas y calefactores en espacios abiertos; en los locales cerrados sin posible terraza, toca hacerse con equipos de HEPA (filtración de aire de alta eficacia) o de similar efectividad, para no tener que cerrar. Aquí tiene campo la Ciudad Autónoma para apoyar al sector, y a los consumidores, porque disfrutaremos de mejores y más seguras instalaciones hosteleras.
N.A..- No cesan las ilusionantes noticias de nuevos avances frente al COVID, tanto en el diagnóstico con los tests antigénicos-rápidos, económicos y fiables-, como en su tratamiento con proyectos como el Vall de Hebrón de Barcelona. A la espera de la mejor noticia-una vacuna eficaz, eficiente y ssegur-, deberemos ser responsables, no por nuestros políticos sino por nuestro propio interés, y respetar las normas higiénicas.
