El PP acusó ayer al Gobierno de Melilla de ocultar datos de la evolución de la pandemia del coronavirus en la ciudad, lo que ha provocado que parte de la población “se haya relajado” en la segunda ola, dando lugar a un aumento de los contagios y del número de fallecidos en las últimas semanas. En rueda de prensa, el secretario general del PP local, Miguel Marín, recordó que su partido lleva tiempo afirmando que se estaban ocultando datos, si bien lo ha considerado confirmado después de que el consejero de Salud Pública, Mohamed Mohamed Mohand, aclarara el pasado viernes que el número de contagios que se da a conocer es solo el de los que han sido notificados a los pacientes y no de todos los que son detectados.
En este punto, Marín denunció que Melilla, por población, debería tener 30 rastreadores, pero solo tiene 16, apenas la mitad, lo que impide que se informe a todos los contagiados el mismo día en que se conoce el resultado positivo de la prueba, de manera que los datos que se dan a conocer a la población no se corresponden con la realidad.
“¿Alguien puede entender este cúmulo de despropósitos desde el inicio de la segunda ola de la pandemia?”, preguntó el dirigente popular, en cuya opinión ello se une a las declaraciones de la líder del PSOE y vicepresidenta primera del Gobierno de Melilla, Gloria Rojas, diciendo que “todo iba muy bien y Ciudad Autónoma y Delegación del Gobierno trabajan de manera coordinada”.
“Todo el mundo sabe que es mentira, que es todo lo contrario. Rojas vive en un mundo paralelo que nada tiene que ver con la realidad. Y si no, que le pregunte a las familias de los fallecidos, los cientos de contagiados en estas semanas o a los familiares que tienen a seres queridos en el hospital”, dijo Marín para instar al Ejecutivo melillense a que “deje de tomar el pelo”.
“Más que razonable”
A su juicio, a los melillenses “se les tenía que haber dicho desde el minuto uno la verdad, el número de contagiados, que la situación era realmente preocupante y adoptar medidas importantes y no haber llegado a la situación a la que ha abocado este desastroso gobierno de Melilla y de la nación”.
Marín cree que la propuesta del Sindicato Médico de declarar el estado de alarma en Melilla es “más que razonable” y una consecuencia de que el Gobierno de la Ciudad Autónoma “no ha hecho absolutamente nada” desde que el 21 de junio finalizó el estado de alarma.
Asimismo, denunció que “el descontrol, desorganización y falta de planificación” por parte de los gobiernos de Melilla y de España en nuestra ciudad ha provocado que cada semana haya “peores datos”, y acusó a ambas instituciones de dejar a los melillenses “abandonados a su suerte”.
Al hilo, preguntó si, ante esta situación, no hay nadie que vaya a “coger las riendas”, ya que “la deriva en la que ha entrado la ciudad es alarmante”. Además, aseguró que en Melilla “no existe” el Plan Especial que el Ministerio de Sanidad obliga a tener a los municipios con menos de 100.000 habitantes.
“La Ciudad Autónoma y el Gobierno de España señalan como culpable a la hostelería con su cierre”
En cuanto al cierre ordenado en la hostelería, que empezó a aplicarse este domingo, el número dos del PP acusó a la Ciudad Autónoma y el Gobierno de España de estar “buscando responsables” y “señalando indirectamente a los bares y restaurantes como culpables de estos rebrotes”.
Sin embargo, fue tajante al afirmar que ambos gobiernos “se han equivocado” porque los datos en España y Melilla constatan que en la ciudad autónoma “no ha habido contagios de COVID-19 por ir a una terraza o a un bar”. Además, puntualizó que “la inmensa mayoría cumplió las normas”, por lo que felicitó al gremio por el trabajo realizado.
Por ello, consideró incongruente que el domingo no se permitiera a los hosteleros servir comida para llevar en sus establecimientos y, en cambio, pudiera darse esa situación sin ningún problema en otros comercios. El dirigente popular también cree que lo que se debería haber hecho es hacer un control efectivo desde el final del estado de alarma de aquellos establecimientos que no cumplieron las normas en vez de adoptar una medida que perjudica a todo el sector. “Este es un Gobierno dañino para los intereses de Melilla”, afirmó.
