Se sienten injustamente tratados y castigados por las autoridades, y estas no cesan de darles motivos para que sigan creyendo que van a por ellos. Son los integrantes del gremio de hostelería, que ayer vieron cómo decenas de agentes de la Policía Nacional a bordo de cuatro furgones irrumpían en la Plaza las Culturas cuando pretendían celebrar una asamblea abierta, al aire libre, para a dar conocer las últimas novedades del gremio tras el cierre total de la hostelería, a la que fueron obligados desde las 00.00 horas del domingo. Un encuentro que tenía como objetivo principal intercambiar pareceres sobre “el abandono de las autoridades”. Los agentes les comunicaron que, al tratarse de más de veinte personas, debían solicitar un permiso especial de la Delegación del Gobierno, a pesar de que el centenar de hosteleros asistentes, se repartieron en pequeños grupos para cumplir con la norma del máximo de seis personas por grupo.
El cabreo entre los asistentes era generalizado porque lamentan que se les trate como “delincuentes” cuando este gremio se ha esforzado por cumplir con las medidas anti-Covid, para que en sus locales no se produjeran contagios de coronavirus y a pesar de ello ahora se les “señale” con un cierre, que reclaman que cese, porque opinan que hay otras medidas más eficaces y menos gravosas para la economía de Melilla.
El sector que lidera Chakib Mohamed, que se considera el más castigado por las medidas anti coronavirus en Melilla y de los más afectados en España, ha destacado el acuerdo con la Ciudad para la comida para llevar con todas las garantías y que servirá como pequeño respiro para quienes opten por este servicio , que son una minoría, porque el grueso importante de la hostelería se va haber abocada a acerrar por completo estos 15 días, si no son más, como admitían anoche, al considerar que el cierre de la hostelería no es la solución frente al alto número de contagios del Covid en Melilla. Mientras tanto, ellos “pagarán el pato”, como subrayó uno de los participantes.
