La primera noche de toque de queda bajo el mandato del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla estuvo marcada por la confusión. El Ejecutivo que preside Eduardo de Castro, tras un Consejo de Gobierno urgente la tarde domingo, anunciaba que a partir de este lunes 26 de octubre se iba a restringir el movimiento de personas en la vía pública desde las 22.00 horas hasta 06.00. Sin embargo, no fue hasta pasados dos minutos de las diez de la noche del lunes cuando el gobierno PSOE-CPM-Cs publicaba un tuit en el que comunicaba que el toque de queda se mantenía en las once de la noche. Todo ello después de celebrar ayer lunes dos Consejo de Gobierno, de cuyo contenido no hubo noticias porque nadie del Ejecutivo informó de los mismos. Policía que paran a ciudadanos antes de las 11 de la noche, ciudadanos que salen corriendo pensando que había comenzado el toque de queda, personas que abandonan las casas de sus padres con necesidades especiales creyendo que se iniciaba la prohibición de circulación… Estas son algunas de las incidencias que nos han transmitido nuestros lectores en la primera jornada de toque de queda en Melilla bajo mandato local.
En concreto, está el caso de un joven que estaba paseando su perro por la calle Polavieja poco después de las diez de la noche y al ser abordado por la policía, concretamente por efectivos de la Guardia Civil, tuvo que enseñarles un tuit en el que se informaba que el Gobierno de la Ciudad había decidido que finalmente no se adelantaba el confinamiento nocturno a las 22.00 horas y se mantenía para este lunes las once de la noche aprobado por el domingo por el Consejo de Ministros. Así se libró de la reprimenda y, llegado el caso, de la multa.
Otros se quejan de que el Ejecutivo local comunicara su decisión después de las diez de la noche y han pedido que la próxima vez que actúen de este modo “avisen antes porque he tenido que salir pitando para la casa para no pasarme de las diez”.
Y los más, critican que se confunda de esta manera al ciudadano, con mensajes contradictorios sobre los horarios límites, que los podrían llevar a equivocarse y en consecuencia correr el riesgo de tener que pagar una sanción por no respetar el toque de queda por el lío horario montado.
