El director del centro penitenciario de Melilla, Francisco Rebollo, afirma que en estos momentos hay “una normalidad absoluta” en una institución que se encuentra libre de casos de covid tras los 9 que se contabilizaron hace unos meses y que obligó a cerrar el servicio de cocina. Aún en las condiciones actuales de cero contagios, el centro no baja la guardia y mantiene la comunicación de internos con familiares a través de locutorios y videollamadas. En declaraciones a ese Diario, Francisco Rebollo, afirma que actualmente no cuentan con casos positivos de covid-19 dentro del centro penitenciario melillense, y explica que únicamente se les hace pasar un periodo de cuarentena a los internos que regresan a la institución después de un permiso. En estos momentos son tres los que deben guardar esta medida de aislamiento tras su retorno.
Medidas
Se mantienen suspendidas las comunicaciones familiares íntimas por orden del Centro Directivo en Madrid de Instituciones Penitenciarias. “Siguen vigentes las comunicaciones por locutorio, que entran dos personas por interno en cabinas alternas, tanto con familiares como con sus abogados, y continúan los permisos de salida porque Madrid quiere que se mantengan”, manifiesta. De la misma forma, se sigue ofreciendo el servicio de videollamadas para el contacto de los internos con sus familiares.
Francisco Rebollo reitera que “hay una normalidad absoluta y se está intentando que el virus se mantenga fuera del centro, tomando las medidas preventivas posibles” aunque reconoce que es complejo. Según detalla, el centro cuenta con una ocupación actual de 240 internos y afirma que el número de trabajadores es “suficiente”. Aclara al respecto que la RPT (Relación de Puestos de Trabajo) “está cubierta y se puede funcionar, pero surgen bajas por el riesgo de covid”. El director de la institución dejó de manifiesto que el personal del centro penitenciario “se está comportando de una manera excelente y muy profesional, haciendo su trabajo, no faltando, y ofreciéndose a colaborar en todo lo que haga falta”.
De la misma forma, destacó el “comportamiento y madurez que está demostrando la mayoría de los internos, porque todos ayudan y colaboran a la hora de la limpieza y las fumigaciones, en el uso de las mascarillas y entienden perfectamente que no puede haber comunicación directa con los familiares, que es algo que está restringido por el tema del covid”.
Los internos “son conscientes de la problemática de la ciudad y muchos de ellos guardan sus permisos para cuando la cosa mejore”. Apostilla que entre “la profesionalidad de los funcionarios y el comportamiento de los internos la gestión que estamos teniendo en el centro es la adecuada y estamos consiguiendo estar libres del covid en la actualidad”.
Una mala experiencia
Reconoce que pasaron “una muy mala experiencia cuando tuvimos 9 positivos, con la cocina cerrada y tuvimos que recurrir a un servicio de catering y reforzar plantilla” y aunque aquello “ya está olvidado, nos ha servido para prevenir y planificar para que no se pueda repetir”. “Ojalá sigamos en esta línea de no tener contagios, pero no es fácil -reconoce Rebollo- porque sabemos que con cualquier descuido el virus puede entrar en el centro, en especial porque la ciudad está en un nivel alto de covid y habrá que estar preparados para volver a guardar cuarentenas y volver a empezar de nuevo con la experiencia que ya tuvimos”, apostilló.
El director del centro penitenciario melillense explicó que el centro dispone de un departamento de enfermería con 21 plazas y, de ser necesario, se puede ampliar usando otros departamentos.
“Las necesidades sanitarias están cubiertas porque tenemos tres médicos, cuatro enfermeros y cuatro auxiliares. No tenemos impedimentos ni de personal ni de capacidad para poder responder a posibles contagios”, aaseguró.
Con estos medios y recursos, los internos que hayan dado positivo o los que tengan que estar en cuarentena previa, podrán “ser atendidos perfectamente” en estas instalaciones sanitarias, y señala Rebollo que únicamente se trasladarían al Comarcal los casos graves, como internos con patologías previas o de avanzad edad.
