De este modo, cree que, independientemente de que Oviedo fuese mejor en lo deportivo, el partido se decidió por una situación extradeportiva. “Las dos faltas que nos pitan al final del choque no lo son y considero que es una falta de respeto al Melilla Baloncesto que ocurran cosas así. Me considero atracado y siento que juegan con mi trabajo, con el dinero y el futuro de mi familia. Lo que he sufrido aquí es una vergüenza, y los colegiados no pueden ser los protagonistas y decantar el encuentro para uno u otro”, aseguró.
Siguiendo con este asunto, opina que “los equipos de LEB Oro hacen un grandísimo esfuerzo económico para que los árbitros tengan un buen salario y hay que exigirles, a algunos, mucho más. Y también menos chulería y prepotencia, así como más humildad. Que hubiéramos ganado o no, no lo sé, pero el final hubiese sido muy diferente”.
Para concluir con la crítica hacia los árbitros, en especial sobre el vasco Antonio Sacristán, el preparador melillense recordaba que, “antes de empezar el choque se avisaba a Brown que no hiciera ‘flopping’ y al final del mismo hace dos seguidos, es un escándalo. Les regalaron a ellos 7 puntos consecutivos”, resaltó.
Acerca del choque en sí, Alcoba piensa que fue “muy disputado e igualado”, y en el que a los suyos les “faltó agresividad en el bloqueo”, mientras que los ovetenses “entraron mejor al partido y lo notamos, teniendo las cosas más claras, estando más serios en ataque y defensa y cometiendo menos errores”. También destacaba el hecho de que “ninguno de los dos equipos enlazaron dos o tres ataques y defensas de forma consecutiva”, y ambos fueron “inconsistentes” en ese aspecto.
El técnico del MSC Baloncesto no teme ser sancionado por sus declaraciones, admitiendo igualmente que la situación clasificatoria de su equipo es “muy incómoda”, pero está tranquilo porque confía en sacar esto adelante “con trabajo y evitando hacer tantos regalos”, porque están siendo “una montaña rusa, capaces de lo mejor y de lo peor en cuarenta minutos”, apuntó.
