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La Ciudad prorrogará el toque de queda y prepara ya medidas para reducir las salidas “a la mínima expresión”

El consejero de Economía y Políticas Sociales, Mohamed Mohamed Mohand (Foto CAM)

El Gobierno de Melilla anunció ayer que prorrogará el confinamiento nocturno a partir del 9 de noviembre y está preparando un nuevo paquete de medidas para reducir la estancia en la vía pública “a la mínima expresión”, así como los grupos de personas que no sean convivientes y el cierre de actividades que no sean consideradas esenciales. El consejero de Economía y Políticas Sociales, competente en materia de Salud Pública, Mohamed Mohamed Mohand, avanzó en rueda de prensa que la nueva orden que contemplará este paquete de medidas estará lista “pronto”, una vez que el Consejo de Gobierno de Melilla haya deliberado al respecto.

Mohamed Mohand evitó dar más detalles hasta que el borrador que ha planteado Salud Pública no se convierta en una decisión por parte del Consejo de Gobierno, aunque el objetivo es que pueda empezar a aplicarse “lo antes posible”.
Por ahora, los servicios jurídicos de la Ciudad Autónoma están intentando perfilar la manera de poder asegurar la “mínima presencia” en las calles, algo que ya se inició hace varias semanas, con una orden anterior que precintaba todos los elementos comunes en la vía pública, como los bancos y las instalaciones de parques y zonas deportivas de la ciudad.
Las nuevas medidas, indicó el consejero, seguirán esa misma línea porque, a pesar de que las autoridades han apelado a la responsabilidad individual de los melillenses, sigue habiendo personas que se reúnen en la vía pública, lo que requiere adoptar medidas para reducir esos encuentros “a la mínima expresión”.
De hecho, el consejero explicó que Melilla, durante la celebración este miércoles de la Comisión Interterritorial de Salud, se mostró partidaria de aplicar un confinamiento domiciliario “con salvedades”, como la posibilidad de que niños y mayores puedan salir en un horario determinado, y se permita también la práctica deportiva.
Además de las nuevas medidas que se están preparando, el Ejecutivo melillense mostró su intención de mantener las que ya había aplicado, como el confinamiento nocturno entre las 22.00 y las 6.00 horas, que será prorrogado desde el 9 de noviembre, a la espera de ver si un nuevo real decreto permitiría una flexibilización de los horarios.
El consejero advirtió de que las medidas que se están implantando por parte del Gobierno de España y el de Melilla son para “un escenario difícil de transmisión del virus” que “no es para 15 días ni un mes”, sino que es proyectado “de aquí a 6 meses” con el fin de “ir corrigiendo la situación que nos ha tocado vivir”.

Presión en UCI
Respecto a la situación sanitaria, Mohamed Mohand puntualizó que si Melilla sufre una de las mayores tasas de ocupación de camas UCI no es porque tenga más pacientes graves por cada 100.000 habitantes, sino porque es la región que menos camas de UCI tiene de todo el país. “Qué falta nos haría hoy ese Hospital Universitario”, se lamentó.
Mohand no dio detalles sobre el desarrollo del montaje del hospital de campaña, aunque aseguró que la Ciudad Autónoma colaborará en todo lo necesario. También está pendiente de una reunión con el Ministerio para ver si podría regresar el buque hospital Galicia.

La flexibilización de las medidas adoptadas, como el cierre de la hostelería, llegará “cuando la situación lo permita”

Respecto al cierre de la hostelería, que está a punto de cumplir su tercera semana, Mohamed Mohand insistió en que le gustaría poder flexibilizar las medidas adoptadas, pero “cuando la situación lo permita”, algo que ahora no es posible con una incidencia acumulada de cerca de 1.500 casos en los últimos 14 días.
“Esto invita a endurecer las medidas. Ojalá llegue el momento lo antes posible de flexibilizarlas y que el sector de los comerciantes y hosteleros se recupere y empiece a haber actividad”, afirmó el consejero para recalcar la “responsabilidad” con las que son adoptadas las decisiones por parte del Gobierno melillense, incluso aquellas que limitan la actividad económica y que no son “plato de buen gusto”.
De igual modo, aclaró que con ellas no se quiere señalar a ningún sector como culpable de esta situación, como la hostelería o la cultura con el cierre de su actividad, sino que “están contribuyendo a reducir el grado de transmisión” porque son “vectores de contagio” y el objetivo es “eliminar el mayor número posible”.

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Redacción

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