La colección denominada “Biblioteca de Melilla” se destinó a recuperar textos apenas conocidos, que aunque inicialmente tenían una finalidad claramente literaria, hoy se han convertido en textos históricos por lo que aportan al mejor conocimiento de la historia de Melilla. Esta colección se inició con la obra de Francisco Carcaño Mas “La Hija de Marte” y su segunda publicación se dedicó en 1997 a Juan Berenguer con su novela “Melilla la codiciada” que fue editada por primera vez en 1930 y de la que se conserva un ejemplar en la Biblioteca Militar de Melilla. Si la trama de la obra de Carcaño abarca los veintisiete primeros años del siglo XX, Berenguer se centra en la vida de Melilla desde el veintiuno hasta el veintitrés. Estas dos obras son una imagen de la vida en la ciudad y su desarrollo que no se debe pasar por alto para los interesados en el tema.
Vicente Moga Romero y Francisco Saro Gandarillas fueron los encargados en la reedición de 1997 de introducirnos en la vida de este maestro que se incorporaba en marzo de 1921 al Regimiento de Infantería Melilla 59 pero que los designios del destino le situaron en Melilla en los trágicos días del mes de julio. Si bien su participación en el conflicto se limitó a escoltar convoyes, que no es poco, con su ascenso a alférez de complemento se hace cargo de la dirección del periódico “El popular de Melilla” sus crónicas de guerra le hacen acreedor de una cruz al mérito militar, pero merece la pena leer las notas introductorias de los autores mencionados en la reedición de su novela para conocer mejor al maestro militar novelista y periodista.
En 1924 publica, en lo que hoy reconoceríamos como edición de bolsillo, otra obra poco conocida fruto de su observación “El ejército es el pueblo. Nuestras glorias por los campos de África”. Son apenas noventa páginas estructuradas en tres conceptos. Uno a modo de ensayo en el que trata temas que hoy en día están de rabiosa centenaria actualidad como son los prejuicios y las presunciones y como su manipulación y difusión “puede llegar a confundir lo real con lo ilógico hasta llegar al punto que los mayores absurdos se convierten en dogmas”. Continúa con una dura crítica a los gobernantes y un elogio a los que luchaban en el frente. Tampoco deja pasar el precio que se paga por ignorar la historia con un interesante alegato en la defensa de la verdad hasta el punto de afirmar que “viendo cómo se escribe en nuestros días la historia, hay que cerrar los oídos al conocimiento del pasado”.
Adentrándose en los acontecimientos de 1921, describe la situación de las cábilas que terminaron por levantarse contra el Protectorado. Analiza el chispazo inicial de la toma de Abarrán y sus consecuencias para terminar en el reconocimiento a los que valerosamente retomaron la reconquista.
Una interesante lectura que deja para el lector la gratificante sensación de descubrir entre la prosa del autor conceptos de profundo calado.
Juan Berenguer nació en Córdoba en 1899 aunque es en Badajoz donde crece desde su infancia, donde estudia magisterio y hace sus primeras incursiones en el periodismo, sus dos grandes vocaciones, con un claro ideal “Cree que es preciso llevar la cultura al niño en la escuela y en su defecto al adulto a través de la prensa”. En su paso por Melilla nació su primera hija regresando a Badajoz a finales de 1926 hasta que en 1936 según su propia familia, las envidias, los odios o simplemente la brutalidad de la guerra acabaron con su vida cuando tan solo tenía 37 años.
