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Malvive en su coche, separado de su mujer e hijos, por falta de ingresos para un alquiler

Karim duerme en su coche

Se lamenta Karim K. de que por parte de la Ciudad Autónoma se le han denegado todo tipo de ayudas, incluso poder disponer de una plaza en el albergue de transeúntes para él y su familia, por lo que se ve obligado a dormir desde hace más de un mes en su coche, mientras que unos familiares acogen a su mujer y a sus tres hijos en su casa. Se declara desesperado y pide ayuda. Explica que tanto él como su mujer y sus hijos tienen nacionalidad española y el DNI que lo acredita. Indicó que por falta de recursos económicos no pudo encontrar una casa y pagar un alquiler, y que un conocido le arrendó un pequeño espacio “en no muy buenas condiciones” en la Cañada en el que se alojaron, pero que lo perdieron cuando durante una visita familiar a Marruecos se vieron sorprendidos con el cierre fronterizo.

Durante muchos meses se encontraron varados al otro lado de la frontera sin recursos propios, por lo que agradece que sus familiares marroquíes les acogieran y atendieran. Afirma que cuando el Consulado de España les confirmó que podrían volver, “tuvimos que salir corriendo para poder llegar a Tánger donde embarcamos destino a Algeciras y ya en la península, pudimos coger un barco de Málaga a Melilla y cuando llegamos aquí nos encontramos que no teníamos nada”.

Unos familiares les han hecho el favor de acoger a la mujer y a los tres niños que están matriculados en un centro escolar y al que acuden todos los días. Los pequeños tienen 5, 7 y 9 años. “Pero yo no puedo estar también en la casa, porque es abusar, así que tengo que dormir en mi coche. Mis hijos me piden que no me vaya cuando anochece, que me quede con ellos y se me parte el alma”, relata.

Cuando oscurece se encierra en su coche y explica que además de la soledad, no le resulta fácil encontrar un baño, así que acude a los aseos de la estación marítima donde se acicala por las mañanas e inicia de nuevo su periplo por Emvismesa y servicios sociales, pero siempre con el mismo resultado.

Indica que con el cierre de la frontera no puede buscarse la vida laboralmente y que los ingresos son nulos, por eso no puede pagar un alquiler. “He ido a Emvismesa, le he pedido que me den un techo para mi y mi familia, pero solo son promesas que no se cumplen. Yo lo que quiero es poder trabajar para darle un hogar a mi familia, pero nadie me ayuda”, afirma.

Desde el pasado 8 de octubre malvive en su turismo y asegura que en más de una ocasión se ha planteado ponerle fin a todo, pero que no lo hace por sus hijos, pero reitera estar desesperado. “Mi familia la pueden acoger una semana o como mucho un mes donde están, pero no para siempre, y por eso necesitamos una casa para vivir”, indica Karim K, que denuncia que no se está cumpliendo en su caso todo lo que dice la Constitución de que los españoles tienen derecho a una vivienda y un trabajo digno.

En Emvismesa “me dicen que no hay casas y en servicios sociales que me pueden poner en lista de espera del albergue porque hay otros que tienen prioridad, y ¿es que yo no? Pero el caso es que me mandan de un sitio a otro, me marean, pero todos me cierran las puertas”.

Karim K. se ofrece a hacer chapuzas de albañil o de lo que haga falta para poder contar con algún tipo de ingresos, pero se declara desencantado con el Gobierno de la Ciudad Autónoma porque, aunque afirma que ha acudido a CPM a pedir ayuda, solo ha recibido promesas y ninguna realidad.

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Redacción

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