La Guardia Civil ha detenido a tres jóvenes como presuntos autores de un delito de daños al patrimonio, ya que fueron sorprendidos por dos viandantes, uno de ellos policía fuera de servicio, mientras destrozaban por completo las cristaleras de una pasarela de la Playa de Los Galápagos, situada en el recinto histórico de Melilla la Vieja. En una nota de prensa, la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla ha informado de que los hechos ocurrieron el pasado día 16, cuando una ciudadana que se encontraba paseando por la Plaza de Armas, ubicada en Melilla La Vieja, escuchó unos fuertes golpes que provenían de la playa de Los Galápagos.
Al asomarse desde el muro, pudo ver cómo tres jóvenes provistos de objetos contundentes, como un corta cañas y piedras, la emprendían a golpes con las cristaleras de seguridad de la rampa de acceso a la playa para personas con discapacidad, inaugurada hace apenas dos años.
Según el instituto armado, las cristaleras de este mobiliario urbano y de embellecimiento quedaron completamente destruidas, algo que ha recalcado al tratarse de “un lugar emblemático y protegido” al estar integrado dentro del conjunto de Melilla La Vieja.
En esos momentos la playa estaba cerrada, por lo que los autores tuvieron que acceder escalando de forma premeditada, trepando por el monte que circunda la playa, de la misma forma que salieron de allí hasta la Plaza de Armas tras fracturar todas las cristaleras, que quedaron inservibles.
Al llegar arriba, se encontraron con la ciudadana que había sido testigo y que la Guardia Civil ha calificado como “valiente”, ya que había grabado la acción delictiva con su teléfono móvil.
Los tres presuntos autores se dirigieron hacia ella y, en tono amenazante, le dijeron “tú no has visto nada”.
Los siguieron
Sin embargo, la mujer los siguió a cierta distancia hasta que se encontró con otro ciudadano, que resultó ser un policía nacional libre de servicio, el cual paseaba por el lugar y al oír los fuertes golpes, se asomó a la puerta de acceso a la playa, cuyas rejas de hierro estaban cerradas y con el candado puesto.
No obstante, desde el exterior pudo ver cómo este grupo de jóvenes fracturaba a golpes las cristaleras, por lo que se involucró de forma directa y, al dar con la mujer que presenció los hechos desde arriba, le solicitó la grabación de las imágenes y dio aviso inmediato a la Guardia Civil.
Al mismo tiempo, interceptó al grupo, identificándose como policía y permaneciendo allí junto a ellos, pese a las amenazas que estos hicieron hacia él, hasta que llegó la Guardia Civil y se hizo cargo de la situación.
La Ciudad Autónoma presentó una denuncia, en la que cuantifica los daños producidos en unos 15.000 euros, tras la cual el Área de Investigación se hizo cargo del caso y pudo detener tres días más tarde a los presuntos autores a partir de los testimonios recabados, el análisis de las imágenes e integración de datos.
Los detenidos son tres jóvenes naturales y vecinos de Melilla, dos de ellos de 18 años y un menor de 17, que han pasado a disposición judicial como presuntos autores de un delito de daños al patrimonio.
La Guardia Civil ha agradecido de forma pública “la decidida y valiente colaboración” de estos ciudadanos que, viendo lo que sucedía, se han involucrado directamente en esa protección del patrimonio que es de todos, evitando con su actuar que el delito pudiese quedar impune.
